Heberto Taracena Ruiz
¿Este diciembre es otro?
No. Parecido
al que sientes y oyes
por doquiera:
vestido de contrastes
marcados por la peste
insensible y oscura,
que simula no estar
y entre sus laberintos
alza voz de : ¡presente!
¿Es diciembre también
asintomático?
No.
Demasiado expresivo.
Por su cuenta,
normalmente,
al despedirse el año
escondidas angustias
nos estrujan
en espíritu y cuerpo.
No que se agolpen
remembranzas ingratas
ejerciendo dominio
por ocupar
lugar de preferencia.
Sino que al par de otros
pasajes deleitables,
tienden a confundirse,
aglomeradas,
al grado de marearnos.
En las intimidades
de cada receptor,
se colocan,
en láminas mensuales,
bienes y males
muy a la usanza
con lo que hemos sido:
algunos, de por sí,
poco entendibles
e inesperados.
Hacer la diferencia
no es tarea menuda,
cuantimenos que el peso
de la costumbre
nos recarga,
invirtiendo papeles;
es decir,
magnificando aquello
que lacera y aturde
y viendo de soslayo
cuanto de bueno tanto
y en punto superior
nos ha tocado.
Este diciembre abriga
expectativas
de las vacunaciones,
que han de llevarnos,
poco a poco,
a inmunizar entradas
y salidas…
Cunduacán, Tab.,a 16 de diciembre de 2020.