Minipoemario Lunar. DENANTES
Heberto Taracena Ruiz Nada qué ver esta pandemia con la de 1918. Entonces la gente tenía qué sacar fuerzas de flaqueza en pos de remedios, a como fuera y tallando a la piedra el sentido común. La técnica, la ciencia, no estaban en el vocabulario de vecinos. Nada qué ver aquello con esto. Pese a […]
10 de julio de 2020

Heberto Taracena Ruiz
Nada qué ver
esta pandemia
con la de 1918.
Entonces
la gente tenía
qué sacar fuerzas
de flaqueza
en pos de remedios,
a como fuera
y tallando a la piedra
el sentido común.

La técnica,
la ciencia,
no estaban
en el vocabulario
de vecinos.

Nada qué ver aquello
con esto.
Pese a todo,
hubo sobrevivientes
por obra y gracia
de la creatividad
humana.
No faltó el curandero
que, con mejunjes
a su alcance,
daba
a quien requería,
¡el gran arte de dar!
De ahí los redivivos
abuelos
quiénes conservaron
la memoria
fiel de los hechos.
Es mas, la heredaron
con tal energía
de sus vivencias,
que hoy puede parecernos
estar escuchando
su relación verídica.

No había información
más que de boca en boca
suficiente
para tomar
providencias
sobre la marcha
en la Gripe Española
de aquel lejano siglo…

Si esos recuerdos
los hubiésemos
procesado
en el laboratorio
generacional,
otra sería
nuestra situación
ahora mismo,
cuando tecnología
y ciencia
-en su grandeza-
empequeñecen
dejando
para quién sabe cuándo
comerciales respuestas.

Cunduacán, Tab., a 3 de julio de 2020

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