Heberto Taracena Ruiz
No es igual
escuchar las noticias
por muy crudas
y verídicas,
que estar en el terreno
de personas-familias
inundadas
total o parcialmente.
Proveer a quien precisa
sobre todo
en circunstancias críticas,
es ni más que lo justo.
Manos tienen que abrirse
a corto tiempo,
verificando hechos
que, sin ninguna duda,
todos no aprobarán.
Tal vez pudiera darse
que exijan más
quienes presenten
daños menores
que otros
mayormente afectados.
Ahora bien,
dentro de lo que tiene
que cavilarse en serio,
serio:
es en la realidad
nada justificada
de vivir en espacios
que por decreto
desde años
han estado prohibidos.
Fincar responsabilidades
en contra de quienes,
autoridades,
se hicieron
de la vista gorda:
¡es iluso!
Creer que la necesidad
de tener un solar
consiste en construir
contra viento y marea,
¡otra ilusión!
Este evento
-que otra vez pasará-,
tiene por fin
que sacudir lecciones,
jalar orejas,
para que en adelante
a quién no haga respetar
normas relacionadas
con la vivienda,
también, sin dilaciones,
se le llame a capítulo.
¿Por qué no una figura
estatal, al respecto?
Cunduacán, Tab., a 8 de octubre de 2020