Heberto Taracena Ruiz

Apuntalar
crónicas
de la pandemia:
misión escurridiza,
más allá de vaivenes.
No valieran
la taquigrafía,
clave Morse,
grabadoras,
vídeos:
la pandemia,
en su tendencia,
acelera,
presiona,
rebasa.

Crónicas del pasado
suelen aderezarse
de anecdotarios
que encajan
en el dime chispeante
de las charlas.

Las compartimos
en las buenas
casi al desgaire,
fascinantes.

No hay en ellas
sino engarces
de evocaciones
de que algunas personas
hacen el vínculo
que confirma
parte de lo que fuimos
y somos.

No detalles de estilos
sino de fiel sentido
del humor,
compartido,
para que prendan;
sin que nadie exija
fechas exactas
que cada retentiva
vocaliza
con natural facilidad.

Crónicas del presente
están pasando,
pero no son pasado.
Algunas,
colosales,
nos involucran
porque sí…
-¿cómo se dan?
-¿de dónde vienen?
-¿cuál su causa?
El presente no puede
capturar
con la fidelidad
de las vivencias,
lo que ocurre
en un golpe de tiempo.

Cunduacán, Tab., a 2 de junio de 2020