Heberto Taracenal Ruiz
Dicho, los sentimientos
ocupan un lugar
en el espacio
del continente humano;
y pueden enfocarse
en las causas y cauces
que, por lo general,
se han mirado
por encima del hombro
de tiempos que no son
inmemoriales.
Si, recordar
a padres con el duelo
trabado en la garganta
y el corazón cruzado.
Si, AFECTADOS
por lluvias
y el pésimo manejo
de las presas:
nadie podrá vivir
lo que vivieron,
por horas,
días,
madrugadas.
Lo mínimo, sentir
un poco
de lo que ellos sintieron;
y resarcir en lo posible,
previo cotejo,
daños morales
y materiales.
Si, los AFECTADOS.
No aquellos cuyas formas
de vida
han hecho del reclamo
su estandarte.
Y, vaya, por qué no,
ponerse entre caminos
y calles de viajeros,
cientos, miles
quienes, a su vez
resultan AFECTADOS
dizque por AFECTADOS:
qué sentimientos mascan,
en qué desprotección
la espada y la pared
los paraliza,
por causas tan añejas,
tan actuales…
El cuento es viejo,
no de circunloquios
para hacer competencia
con las Mil y una noches
en enojo social
que aumenta a diario.
Cunduacán, Tab., a 14 de octubre de 2020