Heberto Taracecena Ruiz
En campañas políticas
desearíamos
se purgaran reclamos
populares.
Cuánto bien nos haría
el purgatorio
como antesala
del paraíso llevadero
en orden, simplemente.
Contornos aplazados
de más de siete círculos,
por terquedad no hallan
desahogo ni espacio.
Abriga la esperanza,
sin embargo,
su actuación de doliente
receptora.
Vuelve ella con sus hábitos,
vestida,
a sacudir polilla
olvidadiza:
con palabras comunes
de otro tiempo
que este tiempo de ahora
de nuevo balbucean.
Ea, si en las campañas
pudieran purgarse
omisiones históricas
entre tantos y tantas
que se han dado,
no harían falta Virgilio,
ni Dante
ni Beatriz.
Serviría ello
de bálsamo y consuelo
que pudieran purgar
al cúmulo de erratas
entongadas.
El pueblo, por un lado
con mil ojos
y oídos buzos,
¡demandando vacíos!
La autoridad,
en otro círculo
en pleno jugueteo
sin solución continua.
Que si las campañas
parecieran
purgatorios de faltas,
antes del seis de junio
estaríamos ganando,
por fin…
Cunduacán, Tab., a 27 de mayo de 2021.