Minipoemario lunar: Atender, entender
Heberto Taracena Ruiz A ver, ¿quién atiende a la naturaleza? ¿Y quién entiende sus contorsiones? Ella es mayor que los millones de habitantes terrestres. Si bien llevados de cierta pretensión sentimos formar parte de sus guiños y entrañas. Una parte minúscula, pero, en fin, ¿quién la atiende? ¿quién la entiende? No es coincidencia, no, que […]
26 de septiembre de 2022

Heberto Taracena Ruiz

A ver, ¿quién atiende
a la naturaleza?
¿Y quién entiende
sus contorsiones?
Ella es mayor
que los millones
de habitantes terrestres.
Si bien llevados
de cierta pretensión
sentimos formar parte
de sus guiños y entrañas.
Una parte minúscula,
pero, en fin,
¿quién la atiende?
¿quién la entiende?

No es coincidencia, no,
que vibre permanente:
se trata de mensajes
en los que, pese a todo,
nos recuerda estar viva
y presente.

Que la desatendemos
es obvio,
según la traslación
heredada por viejas
generaciones
y entregada
a hijos y nietos
en cadena perpetua
que suelta nuestros cabos.

Que no la entendemos,
queda de manifiesto
al escuchar llamarse
coincidencia
a expresiones normales
y precisas.
Para natura
fatalidad es cumplimiento.

Después del espanto
queda el olvido
para seguirla ninguneando
en desaires
con que le regateamos
la mínima atención.

La ciencia no ha podido
explicar
con exactitud
día y hora predichos
de sus convulsiones.
En pocos segundos
la naturaleza
imparte lecciones
prolongadas
para las cuales
no estamos preparados.

¿Quién la atiende?
¿Quién la entiende?


Cunduacán, Tab., a 19 de septiembre 2022

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