Minipoemario Lunar: ARTE DE LA VISTA
Heberto Taracena Ruiz A doña Bertha Ferrer de Priego. Dos pinceles sus ojos y dos ojos sus manos; proyectaba fulgores de cielo digital. Bertha Ferrer prendía luceros de mirada. Nació para aplicar en el abecedario de la imaginación puntaje en libertad, sin ritos limitantes. Supo echar filamentos profundos, en Tabasco, aparejadas siempre vocación y constancia. […]
18 de abril de 2022

Heberto Taracena Ruiz

A doña Bertha Ferrer de Priego.

Dos pinceles sus ojos
y dos ojos sus manos;
proyectaba fulgores
de cielo digital.

Bertha Ferrer prendía
luceros de mirada.
Nació para aplicar
en el abecedario
de la imaginación
puntaje en libertad,
sin ritos limitantes.

Supo echar filamentos
profundos, en Tabasco,
aparejadas siempre
vocación y constancia.

Bastaba con tratarla
una vez y prendarse
de su bonhomía:
¡sabor de la mostaza!

Tan nativa y hermosa
como la ceiba nuestra,
jamás hizo ademanes
de su frondosidad.

Se esparcía en el arte
de pintar, toda ella
discreta, procreando
cuadros originales.

La savia de que estaba
cuajada le manaba
de goteros caídos
a la obra por llenar.

Bertha Ferrer de Priego
fue nuestra… ¡así quiso!:
amó a Tabasco por
devoción de familia.

El seno tabasqueño
a su vez la hizo suyo
por amor y empatía
que a diario dibujó.

Cunduacán,Tab.,a 11 de abrilde 2022

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