Heberto Taracena Ruiz
Don Enrique González Pedrero,
sugirió a los Alcaldes
que el año final fuera
de minuciosa revisión.
Mirar al año tres
tiene de sí lo suyo;
y, como ahora mismo,
habían de revisarse
sinnúmero de acciones.
Quienes asimilaron
el encargo,
no más hicieron
que volver a sus pasos.
Constatar pormenores,
ni más ni menos:
sin premuras, no era
sino reconfirmar
naturales retoques
que, cuándo no,
trasluce el tiempo.
No faltó, sin supuesto,
aquel que pretendiese
hacer a las volandas
lo omitido en dos años.
Ese ir y venir
era de nervios
tomados a chuscada
por el dime que yo…
Y, sin traer a cuento
este dos mil veintiuno,
bien que cupiera
en el anecdotario
preguntarse:
-¿Cuántos Alcaldes
recorren por este año,
en los mejores ánimos,
ansias de retener
los dos primeros?
-¿Habrá quiénes avancen
por detallados pasos
de finales tranquilos?
-¿Algunos que pretendan,
día y noche,
reponerse de prisa
los años relegados?
Y en la rebambaramba
el Pueblo sabe,
-con mucha propiedad-,
sobre, si, quién cumplió,
quién no lo hizo,
frente a la voz de Dios.
Cunduacán, Tab., a 28 de julio de 2021