Heberto Taracena Ruiz
A MARTHA RAVERS TARACENA.
Eres la tierra bíblica
-Génesis del amor-
y puedes entonar:
-Amo el día, la noche,
al sol, la lluvia,
por veces una lágrima
o una sonrisa.
Amo lo vivo extenso:
árboles y animales,
al viento y la quietud,
latente, de luceros.
Al pájaro en silencio
o canturreando,
los frutos en proceso
de sazón,
aromas y sabores.
-Encuentro, examinando
al interior de todo,
a cuanto aspiro,
y doy la bienvenida
a las visitaciones
más insignificantes
y menudas.
El placer de vivir,
en comunión, ofrece
múltiples evidencias.
Basta hacer una pizca,
por entenderlo.
A veces un resuello
es desahogo,
por donde salen hondas
preocupaciones.
Todos los días son
amor,
entre enero y diciembre,
sin menester de anuncios
ni gastos excesivos.
El amor mora
en cada ser,
gratuitamente;
entendiendo lo que es
salir, cuando es preciso,
o entrar en uno mismo,
en paz constante.
En el aprendizaje
que es vivir,
hasta el dolor enseña
si el amor nos asiste
según y como
lo hubimos abrigado.
Tú eres la tierra bíblica
del amor.
Cunduacán, Tab., a 4 de diciembre de 2021