Heberto Taracena Ruiz
Si la pandemia toca
las hojas de la casa
y abres…
ay de ti.
Ella es un ser chocante
de la vivienda.
Si la dejas pasar
podrá salir…
encajada a los tuyos.

No le abras
aunque toque
con sus mil dedos.
No le abras.
Ojo avizor
es la exhortación
de la pertinencia.

Ella es errante,
no doméstica.
Deambula en el dorso,
palma de las manos,
planta de los pies,
las fosas nasales,
la respiración;
en llaves, cerraduras,
lo que compras
y vendes;
lo que pagas
y vuel
tos que recibes.
Pero en la casa no.

Se trata de tener
activas las alertas,
sin crear fantasmas
persecutorios;
en actitud
de ubicar el problema
y obrar para adelante.

Al tomar la palabra
la experiencia
trae a colación
haber situaciones
que nos involucran,
como briznas que somos
de la naturaleza.
Eso,
por una parte
y, por otra, que
una vez entendido
de qué hablamos
las opciones, no pocas,
despabilan salidas.

No permitas, cristiano,
que la pandemia
allane tu morada.

Cunduacán, Tab., a 28 de junio de 2020