Heberto Taracena Ruiz

A mi tía Susana Ruiz De la Fuente, quien
nació en abril: de singular belleza.

Abril, firmaste bodas
indisolubles con la Primavera.
(La estación es mayúscula
por la fecundidad
del cuarto mes del año).
Con tu cara de niño
sonríes y reflejas
infinitos colores
en donde la ternura
de verdes
tiende a multiplicarse,
y pétalos sedeños
de floreros
emiten regocijos.

Hay que estar en Tabasco
para vivirte, abril,
tendido en buganvilias
polícromas, joviales;
o en vasares de altos
guayacanes,
macuilises,
flamboyanes.
Eres el más radiante
de los meses,
mas tu luz no deslumbra,
antes cautiva.

Cuentas la edad de la mujer
en quince refinados madrigales.
No hay mes que hermane
la majestad, abril, de tu inocencia.
En treinta días sirves
mesas copiosas
de manteles largos;
y peripecias
con nidos de cenzontles
en suspenso,
proveyendo de hilachas
escogidas,
a manera de obras
de arte vegetal entrelazado.

Cunduacán, Tab., a 1 de abril de 2022