Minipoemario Lunar: A POCO NO
Heberto Taracena Ruiz Quien es depositario del poder, celoso guarda debe ser del qué me ven y qué dirán: dos amigables componedores de vidas y milagros, recurrentes. Ojos y comentarios se enderezan o retuercen al punto fijo de quien lo detenta. A poco no. Costumbres pesan y su kilaje lo apechugamos todos en mayor o […]
24 de septiembre de 2020

Heberto Taracena Ruiz

Quien es depositario
del poder,
celoso guarda debe ser
del qué me ven
y qué dirán:
dos amigables
componedores
de vidas y milagros,
recurrentes.
Ojos y comentarios
se enderezan
o retuercen
al punto fijo
de quien lo detenta.

A poco no.

Costumbres pesan
y su kilaje
lo apechugamos todos
en mayor
o menor proporción,
sin excusa que valga.

A poco no.

Dirían presenciales
despistados:
¡Y qué importa!
Pero ello no pende
de cuántos miren
o qué se diga.
Va con depositarios
y depositantes.

A poco no.

Parecen codearse
con minucias
cuando pudieran ser
lo contrario,
según cartas en juego
de por medio…
Bromas se gastan.
Las miradas no.
Ni el qué dirán.

A poco no.

Ni tan en broma,
ni tan en serio,
pero es una verdad
vista y oída,
que amasa la honorable
concurrencia:
sobrellevarla contribuye
a no irritar cabeza
ni zarandear pies
de su lugar de honor.
Embriagarse
con tantos ojos
y oídos,
es el principio y fin del acabose
a corto plazo:
cuota que,
en resumidas cuentas,
pagamos gobernantes
y gobernados.

Cunduacán, Tab., a 22 de septiembre de 2020

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