Heberto Taracena Ruiz
CCLXI
Teje el placer filamentos
casi invisibles, vitrales,
y por ellos el amor
refleja y llovizna luna.
CCLXII
El placer y el amor
construyen dimensiones;
no rebasan fronteras
para guardarse
indemnes,
frente a frente.
CCLXIII
Ambos llevan
semejante medida
cuidando que sus vasos no rebosen
el contenido de su continente.
CCLXIV
Sin rutinas los dos abren su ruta,
-placer, amor-
el mismo viaje
en la pareja,
razón de ser,
indestructibles.