La Pasión
Heberto Taracena Ruiz
Es ingrediente vivo
la pasión.
Queda en alguna fibra
minúscula.
Va con tu forma
de ser.
Si no lo sabes,
¡ay de ti!
Bien vale escudriñarla,
reconocerle entradas
y salidas
para entenderla.
No la vas a encontrar
invocándola a gritos
demenciales.
Está dentro de ti,
nunca a pedir de boca,
ni a superficie.
Te envía señales
finas,
poco sensibles
en principio,
que si no las capturas
línea a línea
¡ay de ti!
pudieran revelarse
de un momento a otro,
a una velocidad
irrefrenable.
¿Cómo?, dirías,
¡Cómo!,
cuando resulte
demasiado tarde.
No has de rastrearla
en otros continentes
después de grandes
travesías,
reales o imaginarias.
Entiende su llamado
reiterativo
y, al descubrirla en ti,
¡entiéndela!;
no simplemente
hinques la bandera;
cultívale profunda
para verificar
que la pasión ondea:
nació contigo
y puedes gobernarla.
Cunduacán, Tab., a 10 de abril de 2020