Pese a que los accesos al Zócalo capitalino estarían cerrados, las personas asistieron al primer cuadro de la Ciudad, algunos a restaurantes, otros tomaron fotos y algunos más se quedaron a escuchar la ceremonia del Grito de Independencia y ver los fuegos artificiales.
Con banderas en la espalda, bocinas rodantes con música mexicana, trajes típicos y atuendos tricolores, miles de personas recorrieron las inmediaciones del Zócalo capitalino la tarde y la noche del 15 de septiembre, para celebrar el Grito de independencia.
A las 5:35 de la tarde, policías y elementos de seguridad federal vestidos de negro, comenzaron a retirar a la gente de los portales del Zócalo de la Ciudad de México, mientras restaurantes y establecimientos comerciales cerraron sus puertas.
Sobre la calle Madero, un grupo de personas se negó a salir, por lo que fueron cercados con vallas metálicas para limitar su movilidad.
Pasadas las 10 de la noche, más gente comenzó a aproximarse al Zócalo, miles llegaron hasta los filtros de seguridad que se instalaron en toda la periferia.
Con banderas, trajes típicos y atuendos tricolores, cientos de personas de todas las edades, se apostaron en el retén de seguridad ubicado en Palma y Madero.
Al iniciar la ceremonia del Grito, decidieron permanecer en el lugar y dar “el grito”, entonaron el Himno Nacional, festejaron con espuma y huevos con harina.
Otras personas decidieron dar “el grito” en restaurantes y bares.
La celebración transcurrió en calma.