César Graciano Calvario
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En una controversial decisión, cuya factura política puede resultarle cara, el gobernador Arturo Núñez logró que el fin de semana la casi totalidad de los legisladores tabasqueños votaran a favor de las nuevas condiciones fiscales que mejoraran la posición financiera de su gobierno al obtener una mejor participación en los fondos petroleros distribuibles a partir de este año. Reglas  que permitirán al gobierno de Peña Nieto maniobrar con las expectativas de los gobernantes estatales, principalmente los de los estados productores netos de petróleo como el nuestro.

Decimos controversial, porque para nadie resulta desconocida la posición original del gobernador Núñez en contra de la reforma energética aprobada en febrero de este mismo año. También que la oposición legislativa encabezada por el PRD se mantiene en su propósito de llevar a la consulta popular en las elecciones del próximo año la legitimidad de la aprobación de dicha reforma. Que a pesar de que fiel a su nueva línea programática, la legislatura perredista ha dado su respaldo a segmentos importantes del paquete de la legislación secundaria, aún se preocupa por la apariencia del sello opositor que identifica su naturaleza y origen político de izquierda. Finalmente no se olvida la intransigencia que mantiene Andrés Manuel López Obrador a rechazar el 100% de la iniciativa reformista que Peña Nieto comanda en el Congreso, tildando públicamente de traidores, entreguistas y otras lindezas, a quienes se atreven a ceder aunque sea milímetros en la dura batalla legislativa.

Y para que vayamos dejando claro de que le estamos hablando, le diremos que los adversarios de su régimen (enemigos ¿o no?); sus malquerientes; sus publirrelacionistas en sentido contrario, de reversa y a toda velocidad; y hasta los despistados de buena fe que le sirven para maldita la cosa, se han apresurado a celebrar con bombo y platillo el “resarcimiento” para las críticas y vapuleadas finanzas del estado con los mendrugos que se sirvieron autorizarle.

Porque eso fue lo que le autorizaron a Tabasco para los próximos 4 años: mendrugo y migaja. En números gruesos: Si actualmente, con vacas petroleras gordas, se entregan al estado poco menos de 2 mil millones de pesos anuales, en adelante se le redondearan esos 2 mil millones y en los siguientes años se le irá incrementando poco a poco para que en el 5º año dicha participación ronde los 2 mil 500 millones de pesos. Solo recuerde Usted que el gobernador venía solicitando a la federación se le reconociera el derecho a recibir los 8 mil millones anuales que dejó de recibir a partir de 2007. Que ilustrado con una metáfora podemos hablar de un miserable en estado casi catatónico por no ingerir alimentos, a quien se le da para un refresco. Sí. Claro que le impedirá  morir en los próximos minutos. El refresco contiene el azúcar que le servirá de energizante momentáneo, y el gas carbónico le dará sensación de que aún tiene estómago. Pero hasta ahí. Su penuria no será ALIVIADA ni un milímetro.

Y si ve o escucha por ahí que ahora si el gobierno de la alternancia tendrá los recursos necesarios para llevarnos a JAUJA, tómelo con sensatez y prudencia. Fíjese quien lo dice.

….a pie de carretera
Alberto Falconi de los Santos
Dicen que el pez por la boca muere. Eso es precisamente lo que pasó a este negociante quien ayer -y a nombre de los proveedores del gobierno estatal que continúan arrastrando el pago de los adeudos que les dejó la administración Granierista- acudió a conocido programa noticioso radiofónico para comenzar reclamando de manera airada que el gobierno de la alternancia ni los ve ni los oye; y terminar destapando al Perro Llergo para la alcaldía de Centro. Porque según ellos es el ÚNICO que los comprende, los apoya, y  podrá salvarlos. Solo  tendrán que esperar a que el Perro agarre hueso.

Ni quejarnos es bueno. Los Judíos y los Palestinos están peor. Hasta mañana SDQ. Adiu
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