Berlín
Agencias
Alemania acaba de inaugurar una nueva fase de sus relaciones bilaterales con Israel al anunciar públicamente su desacuerdo con la política de asentamientos.
La retirada del apoyo alemán, que ha servido durante décadas de apoyo indirecto, cuando no explícito, a la expansión de los asentamientos israelíes en territorio palestino, podría hacer ahora variar el equilibrio del orden internacional que ha permitido al gobierno de Israel mantener esta política.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha dicho en la rueda de prensa posterior a su reunión con el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu, que «estamos de acuerdo en nuestro desacuerdo sobre los asentamientos», dejando en evidencia alguna de las diferencias que han marcado las consultas bilaterales celebradas esta mañana en Berlín y en las que se abordaron temas conflictivos como las nuevas colonias de Israel al este de Jerusalén, que Alemania y otros muchos países condenan.
Merkel se ha esforzado por subrayar que «la seguridad de Israel es parte de la razón de Estado de Alemania» y ha afirmado que «en las grandes cuestiones que afectan a la seguridad de Israel mantenemos posiciones comunes», pero no ha ocultado en absoluto su disconformidad con la insistencia israelí en avanzar en la construcción de las 3.000 nuevas viviendas.
Además, funcionarios del Ministerio de Exteriores alemán reconocen que en las últimas semanas se ha producido un giro «claramente reconocible» en la posición de Alemania respecto a determinadas políticas de Israel y que el gobierno alemán está dispuesto a llevar esta postura progresivamente a las instancias y foros internacionales en los que tiene voz.
Alemania cobra así un protagonismo inesperado en el conflicto y une su voz a la del resto de países europeos dispuestos a frenar la política de asentamientos. Merkel da este importante paso, con el que termina con la línea diplomática que ha regido las relaciones germano-israelíes desde la fundación de Israel, en un momento prelectoral y cuando, según la última encuesta de Stern, el 59% de los alemanes considera a Israel «agresivo» y el 70% declara que ese país persigue sus intereses sin consideración por otras naciones.