Mascarriel
*Emilio Lozoya: el inocente y el delator: los dos procesos… *Para Ripley: Tabasco crece a niveles asiáticos… Mario Ibarra La condición humana no cambia con una pandemia. El ser humano sigue siendo básicamente el mismo que nos muestran Esquilo, Sófocles y Eurípides en sus Tragedias escritas hace 2 mil 500 años. El mismo que aparece […]
3 de agosto de 2020

*Emilio Lozoya: el inocente y el delator: los dos procesos…
*Para Ripley: Tabasco crece a niveles asiáticos…

Mario Ibarra
La condición humana no cambia con una pandemia.
El ser humano sigue siendo básicamente el mismo que nos muestran Esquilo, Sófocles y Eurípides en sus Tragedias escritas hace 2 mil 500 años.
El mismo que aparece en el Antiguo y el Nuevo Testamento o en el Tao Te King de Lao Tse.
El mismo que retrataron William Shakespeare y Miguel de Cervantes hace 4 centurias.
Dos Guerras mundiales en un siglo -con la infernal experiencia del holocausto incluida, no cambiaron la condición humana.
Cuando tengamos la vacuna contra el coronavid, saldremos de la pesadilla y volveremos a ser los mismos necios, hipócritas y egoístas, crueles y codiciosos, violentos y voraces, avaros y lujuriosos, iracundos y soberbios que hemos siempre sido.
Lo mismo que la prudencia, la lealtad y el altruismo, la misericordia y el desprendimiento, la ternura y la sobriedad, la esplendidez y el decoro, la templanza y la humildad, la nobleza, la generosidad, la compasión, la disposición al sacrificio y la grandeza de alma seguirán anidando en el espíritu del hombre.
Pero de que la pandemia nos cambiará de condición, para nada; no hay forma.
Seguiremos siendo los de siempre: luz y sombra, soplo divino y escoria humana, hermanos de las estrellas y gusanos de letrina.
“Hay que estar siempre del lado de los oprimidos, pero sin olvidar jamás que están hechos del mismo barro y con el mismo molde que los opresores”, decía Emil M. Cioran.
Y Albert Camus completaba la idea: “El esclavo comienza pidiendo la justicia y termina reclamando la realeza”.
Que este maldito bicho nos va a cambiar…….¡No hombre!
Para nada.
Tahar Ben Jelloum es preciso y claro: “Ninguna tragedia global ha servido como lección a aquellos que escaparon de la enfermedad o de la muerte”.
Al tiempo…

LA VACUNA…
Por ahora menudean los ensayos, las tesis, los tratados que quieren ser elocuentes, visionarios y hasta proféticos sobre lo que seremos después de la pandemia (por fortuna, antes de un año ya tendremos no una sino varias vacunas); de cómo variará nuestro comportamiento o acerca de que “las cosas no volverán a ser como antes”.
Lo más seguro, como sostenemos líneas arriba, es que seguiremos siendo los mismos.
No hay más que ver a la gente: está ansiosa, casi desesperada por salir a la calle, por entrarle a los tacos, por dar abrazos en el bar, en la cantina, en la reunión familiar o en la farra entre amigos; quiere ir al fútbol a intercambiar mentadas contra los simpatizantes del equipo rival, desea ir al mercado los domingos, le urge tomar el avión, el autobús o el coche e irse a revolcar en las playas atestadas…

EL HOMO HÁBILIS…
Y así como no habrá cambios en nuestras costumbres, nuestros gustos, nuestras diversiones, tampoco lo habrá en nuestras cabezotas: en nuestra psique, en nuestras creencias, nuestros miedos, nuestras supersticiones, nuestra fe, nuestros anhelos, en nuestro cerebro, en nuestra mente (el cerebro es el órgano, la mente su funcionamiento).
“El cerebro humano, cuyo volumen es de unos 1. 375 centímetros cúbicos, contiene, aparte del cerebelo, unos diez millones de neuronas y diez billones de bits – “interconexiones neuronales”-, y comenzó a desarrollarse con la aparición de los homínidos, antecedentes del hombre que, como tal, hace 4 millones de años camina sobre la tierra.
“A ese predecesor directo nuestro, lo hemos llamado “Homo hábilis”; tenía una estatura de 1 metro 40 centímetros y un peso de 50 kilogramos. Vivió en las sabanas de África… (Carl Sagan. Los dragones del edén, 1979).
Esa masa maravillosa que es el cerebro humano remonta su origen mucho más allá de la aparición de los homínidos, pero, bueno, no nos vayamos más lejos y remitámonos a ese nuestro primo: el homo hábilis.
Por lo tanto ¿cree usted posible que una pandemia sea capaz de transformar el funcionamiento de esa masa portentosa de un kilo 750 gramos de peso promedio que lleva en formación y desarrollo 4 millones de años?
¡Por supuesto que no!
Además, la mente (el cerebro es el órgano, la mente su función, su “producto”, no lo olvidemos) es tan reacia a cambiar su funcionamiento, que hablar de un cambio en ella debido a la pandemia sería como esperar que mañana el sol salga por occidente y se oculte por el oriente.
Así que, en cuanto estemos vacunados, el coronavirus será cosa del pasado, y nosotros seguiremos igualitos.
Pero eso sí: gozándola como nunca…

LA MINA DE ORO…
Como están gozando en la 4T del nuevo serial mediático que aquí llamamos “el lozoyagate”.
Tal sostuvimos el lunes pasado, el lozoyagate es ya una mina de oro para el gobierno de AMLO, que puede extraerle un lucro político invaluable.
Y si hablamos de política hablamos de las próximas elecciones.
Es más que evidente que el juicio a Emilio Lozoya puede convertirse en la carta del triunfo para el MoReNa dentro de 10 meses, en las más amplias elecciones en la historia del país: 14 gubernaturas, 31 congresos estatales, mil y pico de alcaldías y, la joya de la corona: la cámara de diputados.
El proceso puede alargarse hasta abril-mayo del próximo año, con la consiguiente plusvalía político electoral para los morenos…con una condición inviolable: que jurídicamente el juicio sea ejemplar en todos los aspectos: totalmente transparente, absolutamente apegado a derecho en las investigaciones, sin sombra de duda alguna en las evidencias, impecable en los principios de aplicación de la justicia y recto en la dictaminación de las penalidades a los culpables.
Este trabajo arduo, complicado y decisivo le corresponde en mayor medida a la FGR de Alejandro Gertz Manero.
Porque si al final del lozoyagate no hay culpables cumpliendo su castigo, si no hay devolución de los sustraído y/o lo obtenido por sus acciones criminales, si todo queda como siempre en un sainete político más, la decepción será enorme, generará irritación contra el gobierno y su reprobación se expresará en las urnas…

LA NOVELA NEGRA…
Quien más consciente está de esto es sin duda el Presidente.
Porque sabe que en el sumario “juicio popular” al que él mismo ha convocado (“Que no sea un asunto nada más de tribunales judiciales, que sea asunto de un tribunal ciudadano, popular”, dijo el lunes pasado) ya hay veredicto y condena: culpables y al patíbulo…
¿Quién, quienes…?
El llamado pasado neoliberal y sus cabecillas: Peña, Calderón, Fox (no, Zedillo no) y Salinas.
La novela negra del neoliberalismo que AMLO ha urdido, redactado, leído, releído y recitado por todo México todos los días, ha tenido un gran éxito de ventas.
Ese relato, esa versión de los hechos -narrativa se dice ahora-, ha calado tan hondo en el imaginario de las huestes cuatroteistas, que se imaginan a los cuatro jinetes apocalípticos (así los ven) arriba mencionados tras las rejas.
Como la plebe tras la toma de la Bastilla quieren, exigen que la guillotina corte cabezas.
Anhelan ver correr la sangre de los monarcas sexenales.
Y con menos de eso no se van a conformar…

EL INOCENTE…
Y aquí mete la cola el diablo: porque mucho antes de que esos conjeturales inculpados (Calderón, Peña, los funcionarios ya mencionados por Lozoya y a los que involucrará más adelante) sean vinculados y sometidos a juicio, su debido proceso se estaría violentando desde ahora, por los linchamientos mediáticos azuzados desde el gobierno.
(Claro, ha de suponerse que esto en Palacio lo saben y es parte de su estrategia).
En tanto, la fiscalía tendrá ¡6 meses! para recabar pruebas, recopilar hechos susceptibles de ser presentados como delitos y llegar ante el juez con un caso sólidamente construido, inobjetable e imparable.
Se abre pues -como en las películas largas- un intermedio que durará ¡6 meses!, hasta que, a finales de febrero o principios de marzo, el juez cite a los fiscales y al acusado.
Así, en casa y cuidado por la Guardia Nacional, Lozoya afinará su defensa.
Ya no fue chivo expiatorio, está claro, pues de acusado ha pasado a delator/acusador.
En el absurdo, se declara inocente ¡y al mismo tiempo negocia con la fiscalía!
¿Cómo un inocente negocia ser testigo colaborador?
Sus abogados dicen que Lozoya fue utilizado como “instrumento no doloso”.
Esta figura está contemplada en el Código Penal, en efecto, pero se aplica sobre aquellos acusados que demuestran que cometieron delito sin saber que incurrían en él.
¿Ignoraba Lozoya lo que hacía como director de Pemex?
Bueno, pues de esto y más nos vamos a ir enterando, pero hasta dentro de seis meses…

LA CATÁSTROFE…
Y ya que andamos por los rumbos de Pemex, detengámonos un momento a considerar su situación.
Esta es sumamente grave.
Y si más detenidamente la revisamos, se revela como desesperada.
Alguien tiene que decirlo: y lo decimos nosotros, que tenemos 40 años conociendo, investigando, analizando a Pemex; acumulando un enorme archivo, que no es otra cosa que su ficha clínica, su expediente de paciente terminal.
Lo decimos, Pemex está muy, pero muy cercana a la catástrofe.
De hecho, ya se encuentra en esa situación.
Quebrada financieramente, sin recursos propios para seguir en pie, se mantiene gracias a los recursos fiscales que el actual gobierno de la 4T le metió el año pasado, le mete en este año y le seguirá metiendo en el futuro inmediato.
El año pasado las pérdidas de PEMEX fueron de 600 mil millones de pesos.
En lo que llevamos de este 2020, las pérdidas reportadas ya superaron esa cifra escalofriante: 606 mil millones de pesos.
Y eso que, en su reporte a la BMV, los contadores de Pemex escamotean mañosamente los 100 mil millones de pesos que se le deben a proveedores.
Lo peor del asunto es que este y el próximo año, los ingresos del gobierno se verán severamente menguados, como lo veremos dentro de 8 días, en que conozcamos el proyecto de ingresos y de egresos del presupuesto de la Federación para el próximo 2021.
¿De dónde saldrán los otros 600 mil millones de pesos que Pemex necesitará de aquí a diciembre?
¿De dónde el billón de pesos que necesitará el próximo año?

LA AGONÍA…
Claro, el PEMEX que recibió el gobierno de la 4T estaba ya en estado grave.
Ya era una empresa en quiebra financiera virtual.
La reforma energética fue un intento para salvarla del peligro de muerte primero, para rehabilitarla en el mediano plazo y para convertirla en negocio en un término de 10 a 15 años.
Y la reforma no era el mejor de los remedios: era el único.
Así como usted lo lee: el único.
Pero fue mal diseñada: se quedó a medias del modelo original, comprobadamente eficiente y seguro.
Además, se implementó mal y se administró peor.
Aparte de la sangría incesante de la corrupción, por supuesto.
Digamos que al paciente se le realizó una cirugía poco profesional y se le administró la mitad de las medicinas requeridas, un tratamiento deficiente.
Aun así, se le salvó de la agonía, al grado que muchos de sus congéneres mundiales (empresas petroleras) acudieron en bola para asociarse con el enfermo.
O sea: aun en terapia intensiva le vieron futuro…

LA RECAIDA…
Pero el diagnóstico del nuevo gobierno era otro, opuesto al anterior.
(Todo es del color del cristal con que se mira).
Lógico: la cirugía, las medicinas y la rehabilitación también fueron otras, contrastantes, contra indicadas a las anteriores.
Diagnóstico distinto remite a tratamiento diferente.
Lo cierto es que el enfermo recayó.
Pero la recaída ha sido brutal.
De tal gravedad que en el extranjero ya lo dan por muerto.
Lo más preocupante, ahorita, es que en el gobierno insisten en el tratamiento.
Es más: pretenden duplicarle la dosis al enfermo agonizante (al que no quiera sopa, dos tasas, dice el refrán).
Pero bueno, como siempre, el tiempo, sólo el tiempo, nos guarda el desenlace de esta estrujante historia del cándido enfermo (Pemex) y su tía desalmada (la realidad).

AIRES DEL TRÓPICO…
Modestia aparte, lo adelantamos en este es espacio de Rumbo Nuevo antes de que el Presidente López Obrador tomara posesión.
Lo dijimos: quien sabe cómo le vaya a la 4T a escala nacional, pero a Tabasco le va a ir bien.
Y bueno, en los 2 últimos trimestres, ese es uno de los pocos estados cuyo PIB ha crecido.
Mientras el PIB nacional decreció 18% en el último trimestre, el INEGI reporta en Tabasco un crecimiento del 7.7%.
Asombroso casi: ¡la economía tabasqueña creciendo a un ritmo semejante al de China, Corea o Vietnam!
Como apunta el analista de temas económicos, Jonathan Ruiz, la economía de Tabasco muestra “niveles asiáticos de crecimiento”.
Ello le permite al gobernador Adán Augusto López Hernández presumir -en el buen sentido del término-, de una estabilidad económica y financiera ajena a la mayoría de los estados de la república.
Por supuesto, la construcción de la refinería de Dos Bocas es el principal factor que dispara el crecimiento de la economía de tabasqueña.
A la fecha se han generado 34 mil nuevos empleos, y el índice sigue en aumento a un ritmo de 90 empleos nuevos cada día.
Un dato a ponderar es que, por cada empleo formal, se generan 1.5 empleos informales.
Pero, atención: del 2010 al 2018, la economía tabasqueña perdió la mitad de su valor agregado.
Una tragedia. Una década perdida.
O sea: ese estado inicia apenas el arduo y largo trabajo de recuperación de tantos años perdidos.
Pero, en suma, sostenemos nuestro pronóstico de hace 2 años: no podemos saber cómo le irá a México con la 4T, pero a Tabasco le irá (le está yendo) muy bien…

“Quem putas perisse, praemissus est”.
Séneca.

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