Mascarriel
*AMLO: PIB, desarrollo, bienestar ¿falsa polémica? *Toque de queda, claman tabasqueños… Mario Ibarra Es importante tomarle la palabra al Presidente López Obrador: la discusión, la polémica incluso, sobre el “Estado de bienestar igualitario y fraterno” que propone como alternativa al “modelo neoliberal”, debería involucrarnos a todos los mexicanos. En su más reciente aportación sobre el […]
25 de mayo de 2020

*AMLO: PIB, desarrollo, bienestar ¿falsa polémica?
*Toque de queda, claman tabasqueños…

Mario Ibarra
Es importante tomarle la palabra al Presidente López Obrador: la discusión, la polémica incluso, sobre el “Estado de bienestar igualitario y fraterno” que propone como alternativa al “modelo neoliberal”, debería involucrarnos a todos los mexicanos.
En su más reciente aportación sobre el tema, su ensayo “La nueva política económica en tiempos del coronavirus”, el Presidente puntualiza conceptos ya presentes en su último libro, en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND) y en el pasado informe desde Palacio Nacional hace dos meses.
O sea: en el ensayo, AMLO reitera y subraya los conceptos esenciales que conforman el proyecto llamado de la 4T.
Desde que Charles -Louis de Secondat, Barón de Montesquieu (1689-1755) inventó el género, el ensayo ha sido una invitación y un estímulo a la discusión pública, a la polémica intelectual, política, moral, social etcétera.
De tal suerte, si el Presidente se toma el trabajo de escribir un ensayo de 30 cuartillas, mal haríamos en no leerlo con cuidado y opinar con conocimiento de causa y ponderación.
Con una condición esencial: no caer en la falsa polémica y mucho menos incurrir en discusiones bizantinas…

LA TESIS…
El ensayo presidencial arranca con una tesis que admite varias observaciones:
“Como es evidente, el COVID-19 no es la causa principal de la recesión económica global. La pandemia sólo vino a precipitar, en medio de un tremendo agotamiento, el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo”, argumenta el Presidente.
Que la pandemia iniciada en China en diciembre no sea la causa directa de la recesión económica global resulta, cuando menos, discutible.
Lo mismo que “el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo” sea un hecho consumado e irreversible.
Las economías de China, Estados Unidos, India, la Unión Europea, Reino Unido, Canadá ¡y México!; de todos los países de la OCDE, de todos los países desarrollados y de los calificados en vía de desarrollo, son economías de mercado, en las cuales se practican algunas o varias de las fórmulas del neoliberalismo.
México no es la excepción, por supuesto.
La decisión de la 4T de no acudir en rescate de las empresas en peligro de quiebra, es una fórmula del neoliberalismo.
Los tratados de libre comercio como el TEMEC son de inspiración neoliberal.
La aversión al endeudamiento, la apuesta por el control inflacionario y la disciplina fiscal y macroeconómica, prácticas de suma importancia para este gobierno, son medidas neoliberales por excelencia, igual que, en sentido contrario, cerrar estancias infantiles, refugios para mujeres y comedores comunitarios son parte del recetario ultraliberal.
De tal suerte, teorizar sobre la muerte del neoliberalismo como cosa dada, sobre todo si en casa conservamos en parte sus ejercicios, se presta a la deliberación…

LOS LÍMITES…
Sobre todo, porque a nivel global, el modo de producción y el sistema económico está muy lejos de derrumbarse.
Ninguno de los países líderes -con USA, China, Japón, Corea, Canadá, Francia y Rusia a la cabeza-, andan buscando “un nuevo concepto de país” ni, manifiestamente, se plantean “dejar el camino trillado de las últimas cuatro décadas y buscar uno del todo nuevo”, que es el planteamiento reiterado del Presidente Obrador y del gobierno de la 4T.
Lo que sí hay es una corriente de pensamiento social, económico y político, cada día más amplia y fuerte, que postula la necesidad urgente de atascarle frenos institucionales y límites estructurales a neoliberalismo salvaje, postulados a los que en MASCARRIEL nos adherimos sin reservas.
Nunca en la historia del mundo se ha creado tanta riqueza a escala mundial como en los últimos 40 años.
Nunca en la historia del mundo tamaña riqueza estuvo tan cruelmente, tan inhumanamente, tan inaceptablemente mal repartida.
Hoy, hoy, hoy, el 1 por ciento de la población global posee el 50% PIB universal, lo que resulta monstruoso desde cualquier punto de vista.
Sólo por eso, el neoliberalismo salvaje es condenable y poscribible.
En ese orden de ideas, coincidimos con los planteamientos del presidente Obrador…

LA SOLUCIÓN…
El asunto es claro: el neoliberalismo -tumor, excresencia cancerosa del capitalismo liberal-, es el mejor modo de creación de riqueza, y, a la vez, el modo más injusto y cuasicriminal de concentrarla.
¿Entonces?
¿Hay alternativas?
¡Sí: el Estado de bienestar es la solución!
Ya probada.
El problema es la interpretación del término.
El Estado de Bienestar no es lo mismo para Felipe González que para Bill Clinton; no es lo mismo para Tony Blair que para Ángela Merkel, no es lo mismo para Emmanuel Macrom que para López Obrador, todos ellos partidarios del Estado de bienestar.
Es en la forma de entenderlo de cada líder político y en la manera de estructurarlo y de hacerlo funcional cuando el Estado de bienestar se vuelve un crucigrama.
De tal modo, ha menester, siempre, saber qué entiende, especifica y detalladamente por Estado de Bienestar el mandatario en particular que lo proponga como modelo político, económico y social a su nación…

EL MODELO…
Una buena definición del Estado de bienestar es la del ex primer ministro laborista ingles Tony Blair: “Es uno de los grandes logros de los últimos cien años. Ha librado a mucha gente de la pobreza y ha ofrecido nuevas oportunidades a millones de personas. Ocuparse de los que están en los estratos más bajos es la esencia de una sociedad justa”. (Discurso en la Universidad de New York, 1998).
Conviene saber que su primer antecedente es el New Deal, de Franklin D. Roosevelt de 1933.
Luego de la posguerra, a finales de la década de los cuarenta, los británicos lo formularon y aplicaron institucionalmente bajo esta regla: “todos los ciudadanos tienen el derecho de ser protegidos mediante pagos en efectivo o con servicios en situaciones de enfermedad, desempleo, maternidad, vejez, invalidez, catástrofe etc.”
La mayoría de los países europeos adoptó el modelo adaptándolo siempre a sus particularidades y circunstancias.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el Estado de bienestar cumplió una importantísima tarea económica y social en el ordenamiento de las colectividades más desarrolladas. Vertebró la convivencia social, impulsó el progreso económico y fomentó la equidad. Fue el instrumento de ejecución de los derechos económicos y sociales de la población, que de otra manera hubieran sido letra muerta”, apunta R. Borja en su Enciclopedia de la Política (FCE, 2001)

EL PROBLEMÓN…
Es correcto lo que sostiene el Presidente Obrador: el neoliberalismo salvaje es enemigo natural del Estado de bienestar…Y viceversa.
En los últimos 40 años, el predominio del neoliberalismo ha sido, claro, a expensas del Estado de bienestar.
Por eso dice AMLO que “…debemos de dejar el camino trillado de las últimas cuatro décadas y buscar uno del todo nuevo”.
Y añade: “un nuevo modelo de país basado en cinco principios fundamentales basados entre sí: democracia, justicia, honestidad, austeridad y bienestar…”.
¿Quién en su sano juicio no desea lo mismo?
El diagnóstico es acertado.
La propuesta es la correcta.
El problema, el problemón, el problema de problemas está en el CÓMO…

LA PROPUESTA…
El Estado de bienestar sólo germina, crece y se expande en regímenes democráticos sólidos y con economía de mercado.
El Estado de bienestar estimula, promueve, empuja a la libre empresa, la unidad generadora de riqueza por antonomasia.
El Estado de bienestar es la certidumbre del Estado de Derecho: instituciones funcionales, reglas claras, imperio de la ley.
AMLO lo dice en su ensayo: “Es obvio que debe crearse riqueza porque no se puede distribuir lo inexistente, lo que no se tiene”.
Bueno ¡Pues eso es precisamente el Estado de Bienestar!
Un Estado fuerte, instituciones robustas y funcionales, independencia de poderes, respeto total a todos los derechos y libertades del hombre, gobierno transparente, rendidor de cuentas y absolutamente respetuoso de las leyes y las formas de la democracia.
Si esa es la propuesta de la 4T ¡BIENVENIDA!
Con una condición: tan importante como el QUÉ, es el CÓMO.
Más aún: las virtudes del CÓMO determinan las bondades del QUÉ.
Los medios justifican el fin, nunca al revés…

LA POLÉMICA…
Y aquí desembocamos en los peligros de la falsa polémica.
“De modo que nada significa seguir con la misma política económica y continuar manteniendo el término crecimiento a secas como parámetro básico de medición del desarrollo nacional”, aduce AMLO.
Aquí está la confusión: el PIB nunca ha sido un instrumento de medición ni del desarrollo social y, mucho menos, del grado de bienestar de ningún país.
El PIB es un instrumento, una métrica monetaria.
Elaborado por el economista gringo Simón Kuznets en los años cuarenta, es la suma del valor de los bienes y servicios producidos en un país en un periodo determinado: un año, un trimestre, un mes.
Es el valor monetario de esos bienes y servicios. Nada más.
(De ahí que el famoso PIB per cápita (PPC) resulte engañoso o muy engañoso).
Por ejemplo, el PPC en México puede ser equis, pero en la práctica, el 10% de la población es dueña del 60% de la riqueza.
En fin. El PIB es un instrumento de medición imprescindible para lo que es.
Pero nada tiene que ver con los índices de desarrollo y bienestar.
Según la fórmula de Philippe Saint-Marc, en algunos países se mide el Bienestar Nacional Neto (BNN).
La ONU lleva años enriqueciendo y afinando su Índice de Desarrollo Humano (IDH), que pretende ser una medida correcta del bienestar de una nación, de sus condiciones integrales de vida y sus índices de felicidad…

LOS IMPUESTOS…
Concluyendo: los modelos y tasas que propone el Presidente en su reciente ensayo: Estado de bienestar, índice de desarrollo y de felicidad, ya existen y se aplican, pero ello no ha permitido prescindir del PIB, métrica monetaria sin la cual nomás no hay forma de saber qué y cuanto producimos en bienes y servicios al mes, al trimestre, al año.
Y lo central, lo radical: el Estado de Bienestar es un Estado que cobra impuestos.
No hay Estado de bienestar si el gobierno no es capaz de recaudar cuando menos el 30% del PIB. (En México la recaudación es apenas del 13%, pero la 4T se niega a realizar la reforma hacendaria y fiscal sin la cual, nomás no irá más allá de su actual estatus).
Un Estado de bienestar sólido y eficiente, fiscaliza del 50% al 75% de la riqueza nacional (PIB) y la redistribuye principalmente en infraestructura, servicios y una economía de mercado dinámica, empleos justamente renumerados y un índice de desempleo no mayor del 3%.
Tomando hoy, hoy, hoy, todas las medidas necesarias en educación, salud, inversión pública y privada, infraestructura, corrupción, seguridad, combate a la impunidad y al crimen, justicia, certidumbre democracia, libertad de prensa, transparencia, rendición de cuentas etc., etc., etc., nos llevaría 30 años para estar llegando al Estado de bienestar que hoy tienen Canadá, Nueva Zelanda, Noruega o Singapur…

LOS HOMICIDIOS…
Pero si nos demoramos en la demagogia, las medias verdades o las mentiras, pues más tiempo vamos a tardar.
El miércoles pasado en la mañanera, el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo dijo lo siguiente: “Logramos nuevamente revertir la tendencia de crecimiento y estamos ligeramente a la baja en el número de homicidios dolosos respecto al mes anterior”.
Una de nuestras máximas autoridades en esa materia, Alejandro Hope corrigió a Durazo de inmediato: “Ese dato es para celebrarse, salvo por un pequeño detalle: no es correcto”, apuntó Hope.
Demostración con cifras oficiales:
Marzo fue un mes de 31 días. Con 3 mil homicidios dolosos, el promedio fue de 96.3 homicidios por día.
Abril tuvo 30 días. Con 2 mil 950 homicidios, tuvo un promedio de 98.3 homicidios diarios.
Si añadimos los feminicidios, el promedio de marzo es de 99.3 víctimas diarias y el de abril 100.7.
O sea: Durazo mintió en la mañanera.
Si esa información le presentan al Presidente en público, imaginemos como pueden engañarlo cuando no corren el riesgo de ser descubiertos.
Y es no es que AMLO sea ingenuo o tonto, para nada: confía en su intuición y su capacidad para elegir a su gente. Les cree. Les confía.
¿Cuántas mentiras le habrá dicho la Nahle?
(Por ahí vendrá el primer torpedo bajo la línea de flotación del navío de la 4T. Al tiempo).
¿Cuántas Víctor Toledo, de Semarnat?
¿Cuántas Jiménez Espriu, de SCT?
¿Cuántas Jesús Ramírez, de comunicación?
Por más poderoso que sea ¡y vaya que AMLO lo es!, sí se le puede mentir a un Presidente…

AIRES DEL TRÓPICO…
Cómo andarán las cosas allá por la mera tierra del “preciso” que varias personalidades sobresalientes, entre ellas el obispo de Tabasco, le piden al gobernador Adán Augusto que considere la posibilidad de imponer el toque de queda, al menos en Villahermosa.
Esto así porque nomás no hay modo de que los tabasqueños -buena parte de ellos- se comporten responsablemente, respetando las medidas sanitarias oficiales ante el coronavirus.
Eso a pesar de que mantienen el segundo índice mayor de contagios por cada 100 mil habitantes.
De allá mero tendremos en próxima entrega información de calibre especial, relacionada con ciertos hechos que vienen dándose en la SENER de Rocío Nahle. “Venga usté a ver y ya va a ver…”

“La mentira es un arma revolucionaria”.
V. I. Lenin.

“Una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad incuestionable”.
Joseph Paul Goebbels.

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