Mascarriel
*AMLO: Jauja, ideales y principios ante la realidad y el futuro… *Tabasco: tras la larga oscuridad ¿la luz al final del túnel…? Mario Ibarra mibarra17@hotmail.com Uno quisiera estar de acuerdo con el presidente López Obrador, quien en su mañanera del miércoles pasado adujo que “términos como el Producto Interno Bruto (PIB) o crecimiento, deberían estar […]
11 de mayo de 2020

*AMLO: Jauja, ideales y principios ante la realidad y el futuro…
*Tabasco: tras la larga oscuridad ¿la luz al final del túnel…?

Mario Ibarra
mibarra17@hotmail.com
Uno quisiera estar de acuerdo con el presidente López Obrador, quien en su mañanera del miércoles pasado adujo que “términos como el Producto Interno Bruto (PIB) o crecimiento, deberían estar en desuso y ser sustituidos por términos como desarrollo y bienestar”.

Resulta claro que conceptos como el “PIB” y criterios como “crecimiento” le resultan indigestos al Presidente, pues son puntales de lo que él llama (y condena) como la “economía neoliberal”, a la que por cierto opone, como propuesta, lo que él llama una “economía moral”.
O sea: no rechaza esa terminología por prejuicio, sino por lo que el mismo mandatario llama “ideales” y “principios”.

Cierto, la preocupación mayor de todos, el objetivo primordial del Estado mexicano y de la nación entera (pasando la contingencia, que algún día pasará) deben ser el desarrollo y el bienestar para todos, empezando por los más necesitados.
Quizá la consigna más taxativa de López Obrador sea esa: “por el bien de todos, primero los pobres”.
En eso no hay discusión posible…

EL SUEÑO…
Ahora, si algún día pudiéramos prescindir de herramientas de medición como el PIB y el índice de crecimiento económico, sería, entonces, porque estaríamos hablando de una sociedad con grados superiores de bienestar y desarrollo.

Ello implicaría que todos los factores políticos, económicos y sociales, como el orden democrático, como la justicia social, la justicia jurídica, la inseguridad pública, la violencia criminal, la violencia doméstica y la violencia de género estarían superados en México.

Implicaría que el hambre, la pobreza, la injusticia y la inseguridad pública fueran problemas resueltos; que el derecho a la salud suficiente y segura, con una educación de primera calidad fueran una realidad fuera de toda duda.

Tendríamos entonces seguridad social universal, salarios que por ley asegurarán un nivel medio de bienestar para todos los trabajadores; la corrupción arrancada de raíz; el derecho a la cultura, al trabajo y a la vivienda digna, asegurados.

O sea: viviríamos en pleno Estado de Derecho, con un nivel de vida comparable o mejor al de Suiza, Holanda o Nueva Zelanda.
Ese es el sueño de AMLO, lo ha reiterado…

JAUJA…
¿Y quién rechazaría ese sueño, quién no querría vivir en Jauja?
Pero la verdad es que estamos muy lejos de esos estadios.

Y más lejos vamos a estar al terminar la epidemia, debatiéndonos en las arenas movedizas de una crisis económica que puede derivar en una recesión que a su vez puede convertirse en una depresión, lo cual sería similar a perder una guerra verdadera: una devastación.

Naufragaríamos en una depresión -de la cual no se sabe nunca cuando y cómo se va a salir- tal quedó Alemania después de perder la segunda guerra mundial.
Pero volvamos al tema…

EL IDEAL…
Hablando en términos idealistas, incluso con referencias al mundo el espíritu, como lo hizo el Presidente el pasado miércoles, se puede invocar ese país o ese mundo quiméricos donde el bienestar y el desarrollo sean tales que resulte “desusado” e incluso inútil, medir la economía en términos de PIB y crecimiento.

Pensando en el Ideal, se vale hablar así.
Pero hoy -y quién sabe hasta cuando- es materialmente imposible prescindir las mediciones mensuales, trimestrales y anuales del PIB, que tasan la producción de bienes y servicios del país en su conjunto, de dónde se deduce el índice de crecimiento económico… Y de Bienestar y Desarrollo.

Sin esas dos mediciones, sencillamente no sabríamos ni dónde y cómo estamos ni hacia dónde vamos.
Otrosí: sin crecimiento económico, sin un PIB al alza, el desarrollo y el bienestar son imposibles…

EL DILEMA…
Mero en medio de la crisis sanitaria (seguimos esperando se “aplane la curva” del doctor López-Gatell) ya nos golpea su aciaga melliza: la crisis económica.
Pero vayamos por partes.

Verdaderamente alarmados por la recesión económica que ya está aquí, la mayoría de los gobiernos del mundo hacen sus cálculos, analizan sus peligros, miden sus posibilidades, urgidos a reanudar la actividad productiva y económica lo antes posible.
Hoy, mañana a más tardar.

En esto coinciden Trump y López Obrador, Ángela Merkel y Bolsonaro, Emmanuel Macron y Putin: “mientras más tardemos en reactivar la economía, peor nos va a ir”.
Y es muy cierto.

Desde un principio ese ha sido el dilema de los gobiernos: qué es más costosa y desastrosa: ¿la crisis sanitaria o la crisis económica?
Pareciera un falso dilema: primero las vidas humanas y luego la economía.

Pero no ha sido así.
Pandemia y economía son las dos caras de la misma moneda, van inseparables.
En el arranque de sus respectivas contingencias sanitarias, países como Inglaterra, Francia, Italia, España, Estados Unidos, Brasil (¿y México?) antepusieron sus cálculos económicos y retrasaron el aislamiento social, la aplicación masiva de pruebas y demás medidas preventivas. Las trágicas consecuencias están a la vista.

Como quiera, el “regreso a la normalidad”, que no será tal, sino un retorno a una actividad nada normal, es eminente. (Hoy en su mañanera el Presidente Obrador debió informar sobre el tema).
¿Cómo será…?

EL SUFRIMIENTO…
El historiador Carlos Tello Díaz nos advierte lo que otros científicos, académicos y especialistas vienen igual señalando. No será nada fácil:
“El ejemplo de China nos ayuda a entrever la vida tras el confinamiento. Está lejos de ser normal. El uso del metro en las ciudades es un tercio por debajo de la normal; el gasto en restaurantes bajó 40 por ciento, el gasto en hoteles el 70 por ciento; la gente está desgastada por la caída del ingreso, vive con miedo de otro brote de covid-19; las quiebras en los negocios aumentan, el desempleo gira en torno al 20 por ciento (una de cada cinco personas no tiene trabajo”

(Al considerar esos datos, añadimos por nuestra parte, debemos tener en cuenta que, dado el régimen político autoritario de China, le fue posible a su gobierno aplicar medidas draconianas y contundentes que fueron totalmente cumplidas por la población.

Esa rígida disciplina aplicada por un gobierno fuerte y cumplidas cabalmente por una comunidad obediente, han resultado factores determinantes para que China haya superado exitosamente la primera etapa de su emergencia sanitaria.

Factores que están ausentes en el proceso con que gobierno y sociedad hemos enfrentado la pandemia aquí en México, hay que señalarlo).

Sigue Tello Díaz:
“El desconfinamiento no es un evento, es un proceso”. Incluso cuando pasa lo peor, las cosas empiezan a mejorar muy poco a poco. La tasa de mortalidad sigue siendo alta, persiste la incertidumbre sobre la posibilidad de una recaída, por lo que la gente mantiene un grado de distanciamiento social (así será mientras no haya una vacuna, y no la habrá en por lo menos dos años). Todo esto inevitablemente inhibe a los que temen la enfermedad. Así, por ejemplo, los estadunidenses, a pesar de que comienzan a ser reabiertos sus estados, no han vuelto como antes a los centros comerciales; la mayoría de los alemanes no acudió a las tiendas cuando fueron abiertas, los daneses cortaron 80 por ciento de sus gastos en viajes y entretenimiento, tanto como los suecos, a pesar de que su economía no fue nunca cerrada por el gobierno”.

(Insistimos nosotros: son países que, en buena medida, han sido altamente exitosos en la primera etapa de la contingencia. Eso es muy importante tenerlo en cuenta).

Añade el historiador:
“El desempleo será alto en todo el mundo, en parte porque muchos de los sectores más golpeados por la pandemia (industrias como la automotriz, servicios como el turismo) emplean un número elevado de trabajadores, que han sido despedidos (…) Habrá malestar y enojo en el mundo al constatar que una parte desproporcionada de la carga cayó sobre la gente común y corriente. Mucho más malestar y enojo que tras la crisis 2007-2009. Mucho más sufrimiento…”

LA APRENSIÓN…
Malestar, enojo, sufrimiento en el mundo…Ni modo de que México sea la excepción.
Preparémonos.
Habremos de enfrentar una recesión económica, la cual ya está aquí.

La economía nacional decreció -2.4 por ciento del PIB en el primer trimestre de este año.
Sumamente preocupante, porque los efectos de la contingencia sanitaria no fueron factor en esa caída.
Los datos desagregados que nos empezó a dar el INEGI la semana pasada, nos impelen a pasar de la preocupación al sobresalto y la aprensión.

En febrero, la venta de autos cayó en 70%.
La producción en la industria automotriz cayó 98%.
La Inversión Fija Bruta (indicador esencial) cayó 8.7%.

La adquisición de maquinaria y equipo (otro indicador determinante) cayó 15%.
Los pedidos a futuro para la industria -factor decisivo- cayeron 17%.
La industria de la construcción cayó 19%.

El sector turismo -que aporta el 12% del PIB y genera 4.5 millones de empleos- cayó 49%.
Todo esto en febrero. Es decir: antes de los efectos de la parálisis debida a la contingencia del coronavid.
El segundo trimestre -abril/mayo/junio- será desastroso.

Anticipamos una caída del 10% del PIB en ese periodo.
Estemos preparados…

EL DESENCUENTRO…
En medio de ese sombrío panorama resulta lamentable el desencuentro entre el presidente López Obrador y los organismos que aglutinan y representan a la Iniciativa Privada. (Justifico las mayúsculas: la IP produce el 90% del PIB nacional y genera el 93% del empleo -formal e informal.

Doblemente deplorable este no-entendimiento entre gobierno y el llamado sector privado.
En serio ¿no hay manera de resolverlo?

Dice el presidente que el Estado mexicano ya nunca rescatará a empresas quebradas propiedad de empresarios megáricos.
En eso, 999 de cada 1000 mexicanos está de acuerdo con AMLO y lo apoya al respecto, sin duda…

LAS PYMES…
El asunto es que aquí no se trata de un nuevo FOBAPROA ni nada parecido.
Se infiere que cuando el Presidente piensa en empresa privada y empresarios, piensa en esa minoría rapaz que ha denunciado, con justa razón, como los grandes beneficiarios de lo que llama el periodo neoliberal, como los grandes ganones de la colusión gobierno –particulares en sexenios anteriores.
Pero en este problema no se trata de las megaempresas, de las grandes corporaciones, de las compañías que cotizan en la bolsa de valores. No.
Según el padrón oficial, en México existen 4 millones 753 mil 955 empresas.
El 96% de ellas son micro, pequeñas y medianas empresas.
Ellas generan y sostienen el 78% de empleo nacional.
Ellas proveen la mayor parte de la recaudación fiscal del gobierno.
De ellas se trata…

EL DERRUMBE…
Sin un gran pacto nacional para proteger el empleo, muchas de ellas (se calcula que entre un 35% y un 50%) quebrarían a fin de este mes o en el transcurso del siguiente.
Un buen ejemplo son las estéticas y salones de belleza.
Existen 209 mil 839 registrados.
Emplean en su mayoría un promedio de entre 5 y 10 trabajadores.
La semana pasada ya ninguna pagó un solo salario.
Porque no pueden.
Dos millones de trabajadores -la mayoría informales- sin salario.
Cuando la contingencia sanitaria decline, más de la mitad habrán cerrado definitivamente.
Sería para este tipo de negocios ese Plan Nacional de Protección al Empleo o como se llame.
Se trata de salvar millones de empleos, no a una decena de mega conglomerados o super empresarios.
Ahí estamos de acuerdo con el discurso presidencial: estos últimos pueden rascarse con sus propias uñas.
Pero, por favor, Señor Gobierno, no desampare a las micro, pequeñas y medianas empresas.
Si se derrumban ellas, se derrumba el país…

AIRES DEL TRÓPICO…
En pasada entrega, ponderábamos el crecimiento de 2.8 del PIB de Tabasco en el último trimestre del 2019.
Aún así, el decrecimiento del PIB en ese estado, el año pasado fue de -7.2%, a pesar del incremento registrado en el poster trimestre.
Lo cual hace aún más significativo ese incremento del PIB estatal.
Quedamos de abundar sobre el tema para entrar en detalles.
Sin duda, decíamos, la inversión en Dos Bocas ha sido importante, pero, al parecer, no es el principal factor para la recuperación del PIB estatal.
Ha menester analizar la inversión federal y la estatal en programas emergentes el año pasado y lo que va de este, para poder visualizar mejor la dinámica de esta recuperación y las posibilidades de que sea permanente.
Recuérdese que en la tierra chica del “preciso” vienen de un decrecimiento continuo en su PIB desde hace ¡8 años!
Una verdadera tragedia.
Desde septiembre del 2018, sostuvimos en este espacio de RUMBO NUEVO que no sabíamos cómo le iría a la 4T y al país, pero que a Tabasco le iría bien.
Y ahí la llevan.
No era difícil el pronóstico: un presidente de la república tiene que ser, ineludiblemente, (es decir: a fuerza) un antes y un después en la historia, en la política y en el desarrollo de su estado.
Más tratándose de alguien como Andrés Manuel.
Más pensando en un estado como Tabasco, que tan inmensa riqueza petrolera le ha entregado al país durante más de medio siglo y que tan miserablemente ha sido retribuido por ello.
Más si el gobernador Adán Augusto es un político cincelado en el lopezobradorismo.
Más si ese gobernador es uno de los pocos amigos cercanos de verdad del Presidente.
Más si el Presidente se refiere a ese gobernador con estas palabras: “Adán es mi hermano”.
Quien sabe como nos vaya en el resto del país, pero, con emergencia sanitaria y crisis económica, a Tabasco le irá bien.

“Salus populi suprema lex esto”.
Código romano.

“Si para un mal se proponen muchos remedios, es que es incurable”.
A. Chejov.

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