Mascarriel
Mario Ibarra *PEMEX: “el mejor negocio del mundo…” *4T: un navío cargado de…. “Un reto colosal, complicadísimo, quizá insuperable para las capacidades del gobierno, del Estado mexicano y de la Nación en su conjunto”, decíamos en nuestra pasada entrega sobre la gran apuesta del gobierno de la 4T: el rescate de PEMEX. Subrayábamos que el […]
9 de marzo de 2020

Mario Ibarra

*PEMEX: “el mejor negocio del mundo…”

*4T: un navío cargado de….

“Un reto colosal, complicadísimo, quizá insuperable para las capacidades del gobierno, del Estado mexicano y de la Nación en su conjunto”, decíamos en nuestra pasada entrega sobre la gran apuesta del gobierno de la 4T: el rescate de PEMEX.
Subrayábamos que el gobierno no tenía opción: o le salía al toro o le salía, no había de otra.

Intentamos resumir la historia del fracaso -ya irremediable- de la llamada “empresa de todos los mexicanos”, pero que, en realidad siempre, de 1938 al 2018, ha tenido un solo propietario: el presidente mexicano en turno.

Con una salvedad: de 1970 a enero de 1989, PEMEX tuvo dos dueños: el Ejecutivo y el sindicato petrolero o, mejor dicho, su jefe, amo y patrón: Joaquín Hernández Galicia, alias “la quina”.

Fue el Estado mexicano -bajo la tutela de los presidentes Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto- el que llevó a la ruina insalvable a PEMEX.
Decidieron quemarse la colosal riqueza de ese bien no renovable para financiar el gasto del gobierno, absteniéndose de recaudar los impuestos necesarios que demandaban el crecimiento y la realidad del país.

Se la llevaron muy fácil; a toda madre; gastaban como locos -y unos más otros menos, metiéndole a su buchaca-, los diluvios de dólares que recibió México de 1975 al 2013.
Hasta que llevaron a la quiebra a PEMEX y agotaron las reservas petroleras de la nación…

EL ABISMO…
Con números, con cifras, con datos duros, con los volúmenes de la Memoria Anual de PEMEX de 1975 al 2018 sobre el escritorio, lo volvemos a decir: son esos expresidentes los únicos responsables de la catástrofe de PEMEX.

Esa es la herencia gangrenada que recibió este gobierno: una ilimitada red de agujeros negros.
Pero AMLO tenía que entrarle al toro.

Sin culpa alguna en la hecatombe, desde el 1 de diciembre del 2018, PEMEX es responsabilidad de su gobierno.
Y como le dijo “la quina” a Miguel de la Madrid: “si se hunde PEMEX, se hunde el presidente y se hunde México”.

De manera que la 4T, el Estado mexicano, el presidente López Obrador y la nación mexicana entera están -y no es exageración- frente a un abismo…

LA INUNDACIÓN…
Un último dato, por si faltara: “Esta es la historia de un país que del 2001 al 2015, extrajo más petróleo que en todo el siglo XX; que gozó de uno de los periodos más prolongados de precios altos del petróleo crudo (85 dólares por barril en promedio), y que aún con todos esos ingresos obtenidos careció de la capacidad para mejorar la miserable realidad de 50 millones de mexicanos pobres”. Jorge Chávez Presa.

Ahí está dicho todo.
Y como de 2012 al 2018 la producción declinó de 2.5 a 1.7 millones de barriles diarios, la deuda de la paraestatal se disparó ¡en 144%!
En 2019 se logró casi frenar la caída, sí, pero incrementando la explotación de Koo-Maloob-Zaap, campo maduro y en declive.

Entre KMZ y Xanab, en el litoral de Tabasco, aportaron el 85% de la producción.
Y debido a la sobre explotación acelerada, los depósitos de este último se inundaron, cayendo su producción a 20 mil barriles diarios, recuperándose apenas a los a los 70 mil barriles diarios en diciembre del 2019.

En Refinación, ya vimos, se procesaron sólo 590 mil barriles diarios, utilizando apenas el 35% de la capacidad instalada…

LA QUIEBRA…
Un axioma mundial durante todo el siglo pasado fue: “el mejor negocio del mundo es una petrolera bien administrada; y el segundo mejor negocio del mundo es una petrolera mal administrada”. Sin embargo…
PEMEX es una empresa quebrada.

La más endeudada del mundo: 106 mil millones de dólares.
Con un pasivo laboral de 20 mil millones de dólares.
Su rescate con dinero del presupuesto es imposible.
El costo de sus bonos en el mercado internacional de dinero anda cien puntos arriba que el resto de las petroleras mundiales.

Si el Estado mexicano no la avalara, no le prestarían un centavo, caería su grado de inversión, sus certificados serían entonces “bonos chatarra”, y la calificación riesgo/país de México sería negativa.
La catástrofe…

LA DECISIÓN…
¿Se da usted cuenta del terrible problema con que se topó la 4T?
El año pasado, las pérdidas integrales de la empresa ascendieron a 34 mil millones de dólares.

O sea: 658 mil 100 millones de pesos.
Y para acabarla de amolar:
Al 30 de enero pasado, la deuda interna del Estado asciende a ¡7.2 billones de pesos!
A la misma fecha, la deuda externa es de ¡207 mil millones de dólares!
¡Imposible endeudarse más para salvar a PEMEX…!

¿Entonces…?
AMLO es un gran líder político.
Como gobernante está a prueba, como todos en su rango y en su turno.
Pero el Presidente no es experto en la industria petrolera; tampoco en finanzas internacionales; y no tiene porqué serlo.

(Un presidente no es un administrador y, menos, un hombre de negocios. El Presidente es el conductor de la república. Y para gobernar utiliza a los técnicos, a los administradores, a los especialistas. Su principal encargo es la conducción política de la Nación. Debe estar atento al hoy, debe estar pensando en el mañana, pero sobre todo construyendo y sembrando para el pasado mañana).

Para elaborar el plan de rescate a PEMEX y el Plan de Negocios 2020-2024, tuvo que recurrir, necesariamente, a sus colaboradores expertos en finanzas y en la industria petrolera (se supone).
Pues mal: el plan de rescate y el plan de negocios que le presentaron (vaya usted a saber bajo qué argumentos ingenuamente optimistas o, de plano, hijos de la ignorancia azas de un voluntarismo angelical) son irrealizables.
Eso es lo que se discute desde hace rato en Palacio, y alguna decisión tienen que tomar…

EL TIEMPO…
Dos bandos se disputan la decisión.
Octavio Romero Oropeza, que ha entendido la situación, hace equipo con Alfonso Romo y con Arturo Herrera.

Proponen la modificación del Plan de Negocios y del Plan de Rescate; propugnan la apertura al capital privado según reglas de la ley energética vigente e, incluso, acarician la entrada de PEMEX al mercado accionario, conservando siempre, eso sí, el control estatal sobre la empresa, siguiendo el modelo de Noruega, Brasil y Colombia, petroleras exitosas controladas por el Estado.

En la acera opuesta, los “nacionalistas” Manuel Bartlett, Rocío Nahle y otros asesores externos del presidente -muy influyentes, se dice de ellos-, defienden la estrategia establecida y el Plan de Negocios en aplicación (de realización imposible, como está demostrado).

El estira y afloja es intenso.
Pero como el tiempo apremia y la situación se complica cada día, muy posiblemente el próximo día 18, PEMEX sea noticia mundial, y en sentido positivo…

EL ABARROTE..
Gobernar es endemoniadamente difícil.
Todo son exigencias, demandas, conflictos, reclamos, inconformidades, peticiones sin fin, expectativas impacientes, toooodos los días.
El gobierno nunca recibe reconocimientos sino requerimientos.
Críticas por sus decisiones, nunca felicitaciones.
Denuestos y no aplausos.

Si el gobierno es apto y eficiente la gente dice que para eso se le paga, que para hacer bien su trabajo es que los hoy altos funcionarios ofrecieron sus servicios como candidatos.
Que votar por ellos fue contratarlos para que cumplan con eficacia las labores para las que se ofrecieron.

Y bueno, mucho hay de razonable en esta idea.
Será por eso por lo que el reconocimiento de alguna acción eficiente por parte del gobierno sea tomada por Juan Pueblo como lambisconería o abyección chayotera.
Así es este abarrote…

EL NAVÍO…
Gobernar es extremadamente complejo, riesgoso, embrollado.
Más en un país como México, tan extenso, tan complejo, tan emproblemado, tan bronco.
Son 135 millones de mexicanos que conforman la 14 potencia económica del mundo, el principal exportador hacia Estados Unidos, un país competitivo a nivel mundial en varias ramas de la producción y el comercio y el turismo etcétera.

Y con 50 millones de pobres. 35 mil asesinatos violentos el último año. Una inseguridad creciente. Una impunidad del 95%. Con problemas de crecimiento económico. Narcotráfico. 10 mujeres asesinadas diariamente. Y un infinito etcétera.
Conducir a este gigantesco navío está bien cañón…

LA MEDIOCRIDAD…
AMLO precisaría en esta hora un gabinete como el que tuvo Benito Juárez: “el mejor de la historia”, volvió a decir el martes pasado el propio López Obrador.
Un gabinete de gigantes.

En cambio, salvo dos o tres excepciones, los componentes de su plantel van de la mediocridad a la franca ineptitud.
Para colmo, son muy dados a pelearse entre ellos mismos.

Así, el Presidente tiene que prodigarse para sacarles el buey de la barranca hoy sí y mañana también.
Pero AMLO no es Superman…

EL DESGASTE…
EL lunes pasado, admitió su descenso en las encuestas, apuntando que deberíase ante todo al lógico desgaste del ejercicio de gobernar.
Sin embargo, el nivel de aprobación de AMLO como presidente y como persona sigue bastante alto.

Ese 62% sería una delicia para cualquier gobernante en el mundo.
Ahora, si nos vamos a los rubros, el asunto se hace más claro.
En Seguridad (Alfonso Durazo) 70% juzga negativa la gestión y sólo un 17% la percibe positiva.

En Economía hay un 41% aprobación, pero 38% desaprueban.
61% opinan que el combate a la corrupción no avanza.
Inseguridad, violencia y feminicidios alcanzan un 82% en desaprobación.

Si comparamos el nivel de aprobación de AMLO como presidente y como persona, 62%, con los resultados de su gobierno (de su gabinete): 42%, vemos claro: la gente sigue confiando mucho y apoyando al Presidente, pero ya le está señalando que su plantel de funcionarios no está dando el ancho.
¿Vendrán los relevos que la situación pareciera requerir?
AMLO se sabe terco, lo dice y lo asume.

De tal suerte, lo más seguro es que aguante incluso a los más ineficientes, hasta que se vuelva materialmente imposible sostenerlos.
Pero ese 62% de aprobación presidencial sigue siendo muy alto…
(Fuentes: El Financiero, El Economista, El Universal y Mitofsky).

EL VENADO…
En tanto, la realidad se desarrolla en campos paralelos.
El 7 de octubre arranca el proceso electoral hacia el domingo 6 de julio del 2021.
Una cosa son la gobernabilidad, la gobernanza y la administración y otra la política de partidos y la política electoral.

Y si de ello se habla hay que referirse a tiempos, proyectos, estrategias, tácticas y planes de acción.
Y en esto AMLO es una lumbrera. Es un venado muy lampareado. Un experto, pues.
Además, en esta cancha, sí que cuenta con un plantel de cracks.

La ruta crítica hacia el 2021 arrancó para la 4T el 2 de diciembre del 2018.
Mientras en MORENA andan en babia y peleándose (ya les pusieron orden), mientras el gabinete cascabelea, las divisiones electorales de la 4T avanzan cumpliendo al centímetro el plan establecido por el Alto Mando.
Que está en Palacio, no en MORENA. El Mariscal de campo se llama Gabriel Hernández. Y sólo responde ante el Mando Supremo…

AIRES DEL TRÓPICO…
Y van avanzados. Por ejemplo, para las 14 gubernaturas en juego dentro de 15 meses, en el Estado Mayor ya están listos no los perfiles, no: están ya enlistados los individuos: los hombres y mujeres que serán los candidatos.
Puede darse alguna variante, claro -la política es la casa del jabonero-, pero de que ya están encasillados, lo están.

Lo mismo las candidaturas para todas las alcaldías de las capitales en todos los estados.
Por ejemplo: la candidata en Villahermosa será una mujer -que llegará desde CDMX donde hoy ocupa un puesto relevante a nivel nacional.

-Para desde allí trabajar su candidatura a la gubernatura del estado.
¿Más señales? Mire usted hacia Centroamérica y el caribe…
Por otro lado, y en la pista más amplia, al actual gobernador tabasqueño, Adán Augusto López Hernández, le espera una larga temporada en el altiplano.
¿Terminará su mandato o se mudará antes…?
Apuéstele…

“Bonus sine ratione nullum est; sequitur autem ratio naturam”.
Seneca.

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