Mascarriel
Mario Ibarra AMLO: “México, país de un solo hombre…” “Con tres nombres puede resumirse el siglo XIX: Santa Anna, Juárez y Díaz”, escribió Francisco Bulnes. Es correcto. Ello indica que desde el arranque de México como país independiente, el poder político tendió de manera ¿fatal? a personalizarse, a concentrase en un solo hombre. Cuando esto […]
28 de octubre de 2019

Mario Ibarra

  • AMLO: “México, país de un solo hombre…”

“Con tres nombres puede resumirse el siglo XIX: Santa Anna, Juárez y Díaz”, escribió Francisco Bulnes.
Es correcto.

Ello indica que desde el arranque de México como país independiente, el poder político tendió de manera ¿fatal? a personalizarse, a concentrase en un solo hombre.
Cuando esto no sucedía –como hasta antes de Díaz y luego en la revolución, de 1913 a 1934-, los hombres de poder se dedicaban a matarse entre ellos.

De ahí viene la acepción funesta del verbo “madrugar”, un mejicanismo.
“Madrugar” a los rivales quería decir matarlos a ellos antes que ellos a ti.
O expulsarlos del país, como hizo Lázaro Cárdenas con Calles para cerrar esa cruenta etapa.

(“La política mexicana no conjuga más que un verbo, madrugar”, cavila, ya en manos de sus verdugos, el personaje principal de , la gran novela de la revolución).

EL MONARCA…
La gran invención del “Tata” fue la monarquía sexenal.
México siguió siendo país de un solo hombre -dueño absoluto de vidas, haciendas y todo lo demás.

Con una clave genial: ese poder le duraba 6 años.
“La dictadura perfecta”, le llamaron algunos a los años dorados del sistema PRI-Gobierno.

La “transición democrática”, que arranca en 1997, consiste sobre todo en arrebatarle el monopolio político al PRI y acotarle poderes al presidente con una SCJN independiente, un Congreso plural de mayoría opositora y un sistema de partidos erguido y beligerante, prensa libre y sociedad civil actuante.
Zedillo, Fox, Calderón y Peña fueron presidentes acotados.
(Aunque algunos “analistas” de nuestra comentocracia quieren dar esa etapa por concluida, la tesis de Fernando Escalante Gonzalo: “la 4T es parte de la transición”, nos parece más realista y sólida).

LA ESTRIDENCIA…
Sus críticos pertinaces, señalan que la 4T presenta signos evidentes y numerosos que apuntan hacia un retorno al poder centralizado, al mando monolítico e incontestable del presidente de la república.

Enumeran: “un legislativo sometido”, la SCJN “bajo la égida presidencial”; una embestida contra “la autonomía de instituciones fundamentales para la vigencia del estado de derecho”; los “súper delegados” en los estados y un largo etcétera.

-“Es que los conservadores no entienden, esto ya cambió, ahora sí hay democracia, no somos iguales, se trata de un nuevo régimen”, contesta el presidente.
Y esta incesante y estridente discusión entre sordos, nos mantiene a todos un tanto obnubilados.

En medio de la tremolina (“ojos de papel volando”) buscamos el único asidero firme: el entendimiento.
Necesitamos entender, comprender, ver con claridad lo que está sucediendo.
El análisis objetivo y honesto de los hechos, es imperativo…

EL GABIENTE…
Ciertamente, el estilo personal de gobernar de López Obrador, el diseño peculiar que ha hecho de su gobierno y de su funcionamiento, imponen la impresión de que el suyo es “gobierno de un solo hombre”.
Pareciera que todo, absolutamente todo tiene que atenderlo y resolverlo en persona el presidente.

Y en cierta medida esto es así.
¿Por qué?
Por la irrecusable incompetencia de la mayoría de su gabinete.

La negligencia de muchos de sus integrantes es inaceptable.
“¿Para qué me esfuerzo, para qué me arriesgo (gobernar, decidir, implica siempre riesgos), mejor que lo resuelva el presidente” pareciera ser su procaz divisa…

LO IMPOSIBLE…
Pero eso puede ser, es imposible.
La ubicuidad y la omnisciencia son potencias divinas. Y AMLO es un simple mortal.
Por ejemplo, el presidente no sabía del operativo que se preparaba en Culiacán.
En la mañanera del pasado jueves 17 no se le informó.

Y es que, ahora sabemos, no lo sabían tampoco el General Secretario de Defensa, ni el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, ni el comandante de la Armada.
Una gran falla, sin duda.
Ah, pero a la hora de dar la cara, la da el presidente.

Y, lógico, en su persona se concentran las preguntas, los señalamientos, las críticas, las condenas.
Y no hay nadie más para contestarlas que él mismo.
(La nulidad de su vocero, Jesús Ramirez, es patética…

LOS ALCALDES…
Mire si no: el lunes, se aparecen ante la puerta Mariana de Palacio, 350 alcaldes madrugadores. Panistas, la mayoría.
Quieren hablar con el presidente.

¿Asunto?
Los recortes presupuestales. Los ayuntamientos están en la inopia. Con este nuevo ajuste entran casi en agonía.
Intentan entrar. Logran entreabrir la puerta. Para disuadirlos les arrojan dos granadas de gas. Con los resultados previsibles de inmediato: “a los anarquistas vándalos, a los normalistas que secuestran autobuses y bloquean vías férreas, a los maestros de la CNTE, no sólo se les permiten toda clase de desmanes que son actos delictivos, sino que incluso se les premia”, claman la comentocracia y buena parte de la opinión pública; y añaden: “pero a los alcaldes electos por el voto ciudadano, se les reprime con gas pimienta”.

Y queda el hecho.
¿Ordenó el presidente que se gaseara a los munícipes?
¡Por supuesto qué no!
¡Fue una decisión que tomaron los guardias del portón!
¿Y qué dice el vocero presidencial?
“Se trató de disuadirlos, no estaban guardando las formas, se les aplicó una dosis moderada de gas defensivo” !!!
¡Hágame usted favor…!

¿Y quién finalmente tiene que entrarle al toro?
¡El presidente…!

EL AQUELARRE…
Quien además de los asuntos de gobierno y de gobernanza, tiene que resolver otros conflictos, aunque no quiera.
Por ejemplo, el aquelarre que se traen en su partido.
De plano, el presidente ya hasta amenazó con abandonar a su criatura.

Es decir: de repudiar su militancia en MORENA.
“No me interesa, no me incumbe, yo tengo otra encomienda”, contesta AMLO cuando le tratan el tema.
Mostrando enojo, les recuerda a los morenos que “hacer proselitismo con recursos públicos es delito”.
Exige que los funcionarios sorprendidos utilizando su cargo en labores proselitistas “sean denunciados de inmediato a la FEPADE”.

Lo cierto es que el proceso para renovar la dirigencia nacional morenista ya se les volvió un cochinero.
Lo cual es grave y nos incumbe a todos por 3 cosas: a) MORENA es el partido en el gobierno, b) es el partido hegemónico en el Congreso y c), es el partido que puede volver a arrasar en las elecciones del 2021…

EL TRILEMA…
Se han documentado casos de súper delegados (Jalisco, Colima, Hidalgo, Tamaulipas, Veracruz, Morelos etc.), metiendo la mano, el brazo, el antebrazo y todo lo demás, al proceso interno de MORENA.

Hay tambien evidencias consignadas en varios estados, de trabajo de proselitismo de los grupos de “Siervos de la Nación”.
Evidencias y demostraciones que se han encargado de patentizar los partidarios de Mario Delgado y de Yeidckol Polenvski.
De plano, estos sostienen que el poderosísimo Gabriel García (Jefe de Programas Federales del gobierno, coordinador de los súper delegados etc.) y Bertha Luján –ambos de personal cercanía con AMLO, han decidido hacerse del partido a como dé lugar.

Aquí hay un trilema para Obrador: a) renuncia a MORENA y ahí se ven; b) aquello se convierte en la versión siglo XXI de la antropofagia perredista: guerra de tribus, todas contra todas y caída en el tobogán de la decadencia antes del crecimiento y la plenitud y c), López Obrador mete orden en su partido (asume la realidad: AMLO es MORENA y viceversa), acepta su liderazgo natural y con eso hace de MORENA la versión siglo XXI del PRI de la dictadura perfecta.
Vaya trilema peliagudo…

LAS PEDRADAS…
Nada de lo anterior sorprende. Desde antes del 1 de diciembre este MASCARRIEL sostuvo: “con ese gabinete a Obrador le costará doble o triple esfuerzo el proyecto de la 4T…”

Señalamos cómo el presidente tiene que sacarle las castañas del fuego a gobernadores patentemente ineptos como Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco y Miguel Barbosa.
En las mañaneras se marca agenda, se amonesta, se advierte, se aprueba, se condena, se dirige, etcétera.

Pero, en el mismo movimiento, ello hace que todo el peso –y todo es todo, de la complicadísima acción de gobernar recaiga sobre el presidente.
Y que este tenga que dar cuenta día a día de los errores, fracasos e ineptitudes de sus colaboradores…¡como si fueran suyos!

No será este aun el “País de un solo hombre”, como “El México de Santa Anna” profusamente historiado por Enrique González Pedrero; pero sí parecería el “gobierno de un solo hombre”, dado que toda la chamba se la dejan al “preciso”, lo mismo que la tarea de devolver todas y cada una de las pedradas…

DOS ACOTACIONES…

  1. Ineludiblemente, el presidente López tendrá que meter orden en MORENA (si no es que ya lo está haciendo y todo el sainete es para dormir al velador).
    Las broncas internas son reales. Los intereses que las mueven enormes: el reparto del poder en el 2021 como preámbulo a la disputa por la grande en el 2024.

Como se ven hoy las cosas ¿quién podría disputarle a MORENA el triunfo?
De ahí vienen todas las broncas por el control del partido.
Un manotazo de AMLO y asunto que terminó…

  1. Gasearon a los alcaldes. Sirva la pifia de los cancerberos de Palacio para señalar un asunto fundamental: sin la refundación del Municipio Libre, no puede haber 4T ni transformación alguna que valga.
    El municipio es la base, el cimiento, las extremidades inferiores y más, mucho más de nuestro sistema político.

El municipio atiende (ojo: atender no es cubrir) el 95% de la demanda ciudadana en educación, salud, seguridad, empleo, escuelas, agua potable, calles y vías suburbanas, espacios recreativos, difusión cultural, drenaje, comercio legal e informal, permisos de construcción, limpieza y alumbrado y transporte públicos, movilidad, seguridad preventiva y un larguíííísimo etcétera.

Pues mal: del total del presupuesto federal, apenas el 5% se le transfiere a los municipios.
Imposible funcionar así.
Sin una transformación radical del Municipio Libre, la 4T no será…

Compartir: