Mascarriel
Mario Ibarra mibarra17@hotmail.com * AMLO: aquí y ahora: el imaginario colectivo… * Adán Augusto: la identidad monolítica… “En el 2024 AMO podría entregar, si no un régimen nuevo e inédito, sí al menos uno bastante diferente respeto al que recibió; sobre todo, podría heredar un México mejor; un México distinto: otro México…” Tal sosteníamos en […]
23 de septiembre de 2019

Mario Ibarra
mibarra17@hotmail.com

* AMLO: aquí y ahora: el imaginario colectivo…

* Adán Augusto: la identidad monolítica…

“En el 2024 AMO podría entregar, si no un régimen nuevo e inédito, sí al menos uno bastante diferente respeto al que recibió; sobre todo, podría heredar un México mejor; un México distinto: otro México…”

Tal sosteníamos en este espacio hace 8 días.
–“Bueno, para empezar, es lo que se propone el presidente, ¿no?, por eso votamos por él 53% de los electores, por eso hoy lo apoyamos cerca del 70% de los ciudadanos…”, diría cualquiera de sus partidarios.

Cierto, pero una mirada aguda y analítica advierte un equívoco, un vacío, entre el ánimo exultante y esperanzado de esa indudable mayoría y las promesas de la 4T, por un lado; y, en paralelo, lo mismo se percibe entre los proyectos de la 4T y la realidad.

Expliquémonos: la prédica del “cambio de régimen” ha sembrado expectativas desproporcionadas, fantasiosas incluso, en ese amplísimo universo de mexicanos que hoy le manifiestan un apoyo incondicional al presidente López Obrador.

Pero, como recurrentemente cita el propio AMLO: “nadie está obligado a lo imposible…”

El paraíso…
En el imaginario colectivo de esa multitud dominante, la 4T equivale al paraíso en la tierra; y no mañana ni a la vuela de la esquina, sino aquí y ahora.

En esa psique masiva, el “antiguo régimen” está bien muerto y enterrado.
A esa dinámica mental, hoy le parece lejano en el tiempo ese México apocalíptico, sucio, desquiciado y criminal (así lo ven hoy los vencedores) de los Peña, los Calderón, los Fox, los Zedillo, los Salinas: hoy vivimos en la celebración de la 4T -la nueva era, la nueva patria, el futuro escriturado-; cantamos sus virtudes y nos solazamos en su ubérrimo, pletórico advenimiento.

Los más entusiastas vitorean al presidente Obrador considerándolo ya como “el gran líder latinoamericano” y paladín mundial.

Esa pasión rayana en la apoteosis es resultado del poder de AMLO para seducir a la muchedumbre, para hechizar a sus seguidores.

“Gran comunicador, el mejor del pasado siglo y de este”, dice una de sus principales críticas, María Amparo Cassar.

“Comunicar: 1, trato de una persona con otra por medio de palabras o mediante un código común; 2, transmitir sentimientos, emociones, pensamientos”: Gran Diccionario Usual de la Lengua Española…

El carisma…
La comunicación más directa entre dos individuos es el beso amoroso y el abrazo coital. Comunicación diríase total.

El abrazo en el mitin entre el caudillo y su feligresía por medio de la arenga política, es sobre todo comunicación emocional, pasional.

Y es dinámica: va del orador a la muchedumbre y de esta al orador: es una comunión: oficiante y multitud conforman una unidad.

El gran comunicador, “el hechicero de multitudes”, tiene el don de comunicar emociones, sentimientos, pasiones, sueños, rencores, ansias, esperanzas y “certezas” de forma arrebatadora y pasional a la masa, con sólo la magia de su palabra, de su discurso, de su lenguaje corporal, de su carisma.

“Carisma:1, cualidad o capacidad que poseen algunas personas para fascinar, conducir y atraer a la muchedumbre; 2, don especial que otorga dios a algunas personas…” -Diccionario Usual de la Lengua Española.

Pero en política, el Carisma es algo mucho más vasto, complejo, abstracto y conciso al mismo tiempo.

Implica historia personal, prestigio, admiración, capacidad histriónica, talento político, legitimidad.

O sea: el líder carismático nace y se hace; trae el don y lo pule. Y eso, el carisma, hace que sus multitudes lo sigan con arrobo y crean en él apasionadamente…

Otro México…
Imprescindible lo anterior para ubicarnos en contexto: 7 de cada diez mexicanos creen hoy que este ya es otro México.

Y lo creen porque eso es lo que deciden entender de los discursos de AMLO: que estamos ya en otro México, mejor; pero no es así.
¿Que puede serlo?

Sí se puede.
Y lo deseamos todos los mexicanos. Todos.
(Menos los malosos; esos, digamos, 100 mil criminales mexicanos desalmados y bestiales, con quienes nuestro presidente ha sido demasiado benévolo: “pórtense bien, piensen en sus mamacitas”).

¿Puede el presidente López Obrador, en los cinco años exactos que le quedan a su sexenio, liderar un proceso de cambio y de transformación para que a finales del 2024 este México sea mejor, menos amargo y más vivible?

Puede…

Las condiciones…
—Que nos convoque a TODOS los mexicanos; que no nos divida entre “buenos” y “conservadores”; entre “chairos” y “fifís…”

—Que su entrada a la historia de bronce no sea su principal objetivo, sino el encabezar un esfuerzo conjunto de TODOS los mexicanos…

—Que tenga presente que para el Estadista que busca el progreso de su nación, nunca el fin justifica los medios; al contrario: los medios correctos convierten a los fines en virtudes y los incorrectos en perversiones…

—Que haga de su terquedad virtud: los errores se corrigen (el ejemplo de las gaseras es elocuente); y de su voluntarismo sabiduría: los rumbos se rectifican: la realidad debe utilizarse, nunca negarse…

—Que convierta la necesidad –el crecimiento económico-, en capacidad para transformar esa realidad…

Las finanzas…
El quid es la economía. No hay de otra.
Tiene razón AMLO: crecimiento no es sinónimo o garantía de desarrollo social.

EL PIB per cápita no refleja el Índice de Desarrollo Social ni el bienestar de las familias que menos tienen.

(Menos en México: donde la riqueza conjunta de las 4 familias más ricas del país, equivale al 8% del PIB anual. G. Esquivel. “Desigualdad extrema en México”, 2013; donde la fortuna de las 20 familias más ricas equivale al 22% del PIB).

Pero sin crecimiento no hay nada.
Sin generación de riqueza no hay impuestos.
Sin impuestos no hay redistribución de esa riqueza.
Sin una hacienda sana no hay gobierno sano. (HAC).

Sin crecimiento y sin finanzas sanas, no hay horizonte. (O sí: horizontes negros: Venezuela, Cuba, Corea del Norte).
México necesita crecer más, el Estado debe recaudar más y mejor y redistribuir mejor y más…
¿Se puede…?
Se puede.
¿Cómo…?
Con un programa quinquenal.

Por lo pronto, en términos de crecimiento, el 2020 ya es año perdido.
El presupuesto de egresos no dará para crecer.
Por lo tanto, a lo largo del próximo año, el gobierno debe tomar las decisiones y preparar las condiciones que le permitan al país aspirar a un crecimiento mayor al 2% anual del 2021 al 2024.
¡Cómo..?
Se lo decimos aquí el próximo lunes…

México – Corea…
Fue compromiso de campaña y es hoy letra constitucional.
Nueva Reforma Educativa habemus.
Sin lugar a discusión, la CNTE es la ganona: digamos que una facción que representa al 5% del magisterio nacional impuso criterios y condiciones.

Los sistemas educativos de Corea del Sur y de Finlandia son los dos mejores del mundo, según calificaciones de la UNESCO y de la OCDE.

En Finlandia no se considera la evaluación individual periódica, pero el método de selección de los aspirantes a maestros es extremadamente riguroso.

En Corea hay selección rigurosa y evaluación periódica.

Un dato: en 1970, el PIB per cápita de México era de 590 dólares y el de Corea de 295.

La tasa de analfabetismo en Corea era tres veces mayor que la de México.

En ese tiempo, los coreanos le apostaron su futuro a tres cosas: educación, educación y más educación. De la más alta calidad y en permanente actualización.

Hoy el PIB per cápita en Corea es de 32 mil dólares; el nuestro de 10 mil.

Ellos han alcanzado los niveles de desarrollo social, bienestar, educación y conocimiento de Noruega, Suiza, Suecia, Japón y Finlandia y Dinamarca.

Nosotros, entre 149 países evaluados, somos de lo peorcito: los 101 en redistribución del ingreso por estratos sociales; los 107 en calidad de educación; 109 en violencia e inseguridad; 117 en corrupción, 137 (¡de 149!) en tasa de homicidios…Y para qué le seguimos.

¿En manos de la CNTE, a qué distancia estaremos dentro de 20 años -una generación- de Finlandia y de Corea…?

La congruencia…
Salud, educación y vivienda, son los rubros básicos que el Estado debe garantizar.
Con la nueva Reforma Educativa, todos los egresados de las normales tienen asegurada su planta laboral en automático.

Pero la salud es más elemental aún que la educación.

En congruencia ¿no deberíamos tambien garantizar sus plazas automáticas a doctores, enfermeras, anestesiólogos, técnicos sanitarios, administradores de la salud etcétera…?

Y para mostrarnos como país de coherencias, pensando en la vivinda ¿no deberíamos tambien hacer lo mismo con ingenieros y arquitectos…?

Aires del trópico…
En charla de sobremesa con colegas de Tenochtitlan, me preguntan sobre la tasa de aprobación, bastante alta, del gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, en la mayoría de las encuestas que aquí se publican.

Les llama la atención la enorme diferencia respecto a los otros gobernadores de MORENA, Cuitláhuac García, de Veracruz; Claudia Sheinbaun, de CDMX y Miguel Barbosa de Puebla.

“¿Es que el gobierno de Tabasco presenta resultados espectaculares que aquí desconocemos?”, inquieren.

Mi respuesta, aquí muy sintetizada, aduce:

1. Adán Augusto es un político profesional de primer nivel desde hace 25 años. De familia conocida y estimada, ha labrado por su parte un prestigio personal estimable…

2. Desde el 2012, AMLO, su amigo de a deveras, lo puso al frente del MORENA, o sea: le encargó toda la talacha para la construcción del partido, trabajo que Adán realizó con total dedicación. La identidad Adán Augusto – MORENA – AMLO es, en Tabasco, diríase monolítica. Eso cuenta mucho…

3.- Si a escala nacional el apoyo para el presidente López Obrador y su 4T es de casi el 70%, en Tabasco es del 85%. Eso cuenta aún más…

4. Con una votación superior al 60%, AALH significa, a nivel local, el cambio radical que los tabasqueños esperan y exigen luego de dos sexenios desastrosos: los de Andrés Granier y Arturo Núñez…

5. Con la excepción de Yucatán -y parcialmente de Quintana Roo, las condiciones generales en los estados del sureste es de una precariedad general difícilmente comprensible para la gente del resto del país. Centroamérica empieza en el sureste.
Consecuentemente, las esperanzas, los sueños, las ansias de una transformación total, son mayores y mucho más perentorias en esa región, podría decirse. Para los tabasqueños, AALH es el agente de ese cambio…

6. Como en el caso de AMLO, el nivel de aprobación de AALH no significa una calificación de los resultados de su gobierno, pero sí la certeza de los tabasqueños de que el cambio está en marcha…

7. En este sentido, los tabasqueños son pragmáticos. Saben que revertir 12 años en gran medida desastrosos, no será cosa que suceda de la noche a la mañana, pero están convencidos de que con AMLO presidente y AALH gobernador, Tabasco resurgirá. Y esa convicción es lo que reflejan las encuestas…

PD: Queda pendiente el tema de la mecánica de la Estafa Maestra que, ciertamente, inició en Tabasco, con el Gobierno de Vicente Fox. Es tema extenso. En la siguiente entrega le dedicamos el espacio necesario…

“La educación explica el éxito y el fracaso de las naciones”.
Somerset Maugham.

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