Mascarriel
Mario Ibarra mibarra17@hotmail.com * AMLO: el desfile como texto… * Adán Augusto: el único aprobado… Bien: quedamos en que la 4 T es un proyecto de cambio de régimen en marcha. Por lo que llevamos visto, inferimos que tan colosal tarea recae mayormente en las espaldas de un solo individuo: el presidente López Obrador. Esto […]
17 de septiembre de 2019

Mario Ibarra
mibarra17@hotmail.com

* AMLO: el desfile como texto…

* Adán Augusto: el único aprobado…

Bien: quedamos en que la 4 T es un proyecto de cambio de régimen en marcha.
Por lo que llevamos visto, inferimos que tan colosal tarea recae mayormente en las espaldas de un solo individuo: el presidente López Obrador.

Esto así porque la mayoría de sus subordinados aparecen como meros acompañantes en la inmensa faena, aunque son ya, en los hechos, sus grandes beneficiarios.

Un Ricardo Monreal en el Senado es un muy buen ingeniero residente que brega para el proyecto de la 4T; pero en la Cámara de Diputados, en vez ayudarle al presidente, los Morenos lo distraen con sus miserables reyertas internas, al grado que tiene que llamarlos al orden mediante el consabido manotazo sobre la mesa.

En el gabinete, salvo un Marcelo Ebrard, un Arturo Herrera, un Alfonso Romo, tanto como el general Luis Cresencio Sandoval de la SEDENA y el almirante Rafael Ojeda de la SEMAR, cumplen con su aporte visible y tangible; todos los demás caminan llevados de la mano por su jefe, mentor y benefactor: AMLO.

“…¡¡¡Gabinete Juarista!!!…”
¡No ‘hombre! ¡Aquellos sí que fueron verdaderos titanes!

¡Juárez fue a hombros de gigantes!
Salvo las sabidas excepciones, Andrés Manuel tiene que ir jalando a sus “colaboradores”; de muy baja estatura política, hay que decirlo. Así está cañón…

El gabinete…
Así es doblemente difícil cualquier transformación política radical.

El apoyo mayoritario cercano al 70% que le atribuyen las encuestas al presidente, es para él, para su persona, para su proyecto, para su sueño de un México mucho mejor, pero no para los resultados de su gobierno (y menos para su gabinete) que en la mayoría de los rublos consigue una aprobación del 50 por ciento, y que en pendientes tan importantes como la economía, la inseguridad, la impunidad, el empleo y la corrupción, los índices de desaprobación superan a los positivos.

Como apuntábamos en la pasada entrega, hasta el 1 de diciembre del 2024 en que AMLO le entregue la banda presidencial a su sucesor, no sabremos a ciencia cierta si la 4T significó realmente un cambio de régimen…

Las cepas…
¿Pero, y todos los cambios reales que se han dado? ¿y los que se dan todos los días?
Ahí están; la mayoría son más significativos que sustantivos, pero son.
(Constituyen la semiótica de la 4T, dirían los académicos).

El avión presidencial, el EMP, las mañaneras, las compras consolidadas, las obras en proyecto, la forma de legislar, la asignación directa de obras federales, Los Pinos como museo, la supresión de los sueldazos de funcionarios, sobre todo, el apoyo directo y en efectivo a través de los programas modelo del gobierno: adultos mayores, Sembrando Vida, Sembrando Futuro, programas de becas escolares y una larga retahíla de cambios de fondo y forma. Ahí están. Junto con las reformas constitucionales que tiran a la basura las reformas “neoliberales”. Ahí están.

Pero están lejos de significar un cambio de régimen.
En su conjunto, son apenas las cepas para lo que serían los cimientos de la 4T…

La receta…
“¿Sobre qué cimientos propone edificarse la 4T?”, nos preguntábamos en este espacio el lunes pasado.

“No es por presumir”, pero hace 15 días, le adelantábamos que en los Criterios de Políticas Generales para el 2020, veríamos con cierta claridad cual es el rumbo que toma la 4T.
Por supuesto: hablamos de política económica.

La economía es todo: el piso, los cimientos, la estructura y el edificio de la 4T.
(Todo lo demás son los acabados, la decoración, el mobiliario normal, precario o de lujo; da lo mismo).

Ante este imperativo, la respuesta del gobierno es clara: se opta por la continuación de las prescripciones neoliberales en política económica: control inflacionario, control del gasto (no gastar más de lo que se ingresa), autonomía de Banco de México, dependencia de la inversión privada interna y externa, sostenimiento al costo que sea de nuestra posición de primer socio comercial de Estados Unidos (con superávit a nuestro favor, por cierto), reducción (así sea mínima) de la deuda pública, etcétera.

O sea: ya sabemos cuales son los cimientos reales de la 4T: la política económica que llegó con Miguel de la Madrid hace 36 años.
¡Peeeero!, y en este pero reside la gran diferencia: se aplica la misma receta, pero con ingredientes nuevos y para servir la sopa en tazas diferentes.

Los programas de asistencia social no son otra cosa que la multiplicación de las tazas, por ejemplo…

La realidad…
Mantener la política económica no sólo está bien: es al mismo tiempo signo de racionalidad y de sentido de la realidad de parte del AMLO y su gobierno.
Además no había, no hay otra opción.

Porque aquí aparece otra complicación para la 4T: los cambios de régimen a rajatabla, los que barren con todo lo establecido de la noche a la mañana, son producto de revoluciones violentas (Rusia, Cuba, China), o de sangrientas rebeliones militares (España 1936, Chile 1973).

En contraste, la 4T quiere ser un cambio de régimen PACÍFICO (imprescindibles las mayúsculas) realizado por un gobierno elegido democráticamente, es decir: legal y legítimo.

(Hay antecedentes nada estimulantes: Alemania 1933, Argentina 1946, Venezuela 1998… y Polonia y Hungría recientemente. Pero ese es otro cuento).
Eso es lo que intenta ser la 4T: un cambio de régimen pacifico.

De ahí el enorme desafió, las colosales dificultades que enfrentará.
La realidad del país y del mundo, en primerísimo lugar…

La suerte…
Como Cortés en Tenochtitlan: hay que construir con los escombros: conservar lo que sirve y edificar sobre ello.

Como Guerrero e Iturbide: país nuevo sobre costumbres, usos, valores y creencias añejas en tres siglos.

Como Juárez, que separó religión y política pero reunió a la República, la creo realmente…

Como Villa, Obregón, Carranza, Zapata: hacer la revolución con los trenes porfiristas y repartir las haciendas, no quemarlas.

Intentar un cambio de régimen PACIFICO, es el mayor reto que pueda asumir un político o enfrentar un país.

Pero, no obstante, con buena suerte (el mismo AMLO dice que la necesita), con inteligencia, con humildad, con pertinencia, ductilidad y talento, poniendo en verdad al bien de México como fiel de la balanza de cada decisión importante, AMLO podría, en el 2024, si no entregar un régimen nuevo e inédito, sí al menos bastante transformado y, sobre todo, podría heredar un México mejor, mucho mejor; un México distinto. Otro México.

¿Cómo…?
Fácil…está papita…cuestión de talento…(En 8 días se lo decimos ¿vale…?)

La historia…
Talento como el que derrocha López Obrador cuando de utilizar el lenguaje de símbolos y signos de la política se trata. (Semiótica es la ciencia; intuición, habilidad y talento lo de AMLO).
La política se expresa en todo su esplendor en sus rituales.

Todo en la política es ritual, sí, pero hay de rituales a rituales.
Y el del 15 y 16 de septiembre es el ritual máximo no tanto de la mexicanidad y de los mexicanos en su conjunto, pero sí de la República, sí del Estado Mexicano y de su Historia Oficial.

Ahora, el desfile se dividió en cuatro tramos, cada uno representando una etapa de la historia nacional tal como la entiende el presidente:
Independencia, primera transformación…

Reforma, segunda…
Revolución, tercera…
Amlo/Morena/Amlo, la cuarta; la 4T…

El ritual …
En el desfile de ayer, en sus signos, en su narrativa simbólica, la historia ya es otra: las tres transformaciones anteriores fueron la preparación de la 4T, que ya desfila y se expresa en la celebración histórica por antonomasia, en el máximo ritual patrio de la República y del Estado mexicano.

Hay que leer tanto el desfile de ayer y la fiesta de la noche anterior como una reescritura de la historia a partir de la 4T.

La masa patriótica -o patriotizada-, es emoción, pasión desbordada.
El código simbólico que se despliega ante ella, y de la que ella es parte, es un discurso, un mensaje desplegado en signos patrios (emotivos) que la masa asimila emocionalmente…Sí: pero los asimila: la multitud se siente, se percibe a sí misma como parte de la transformación de la historia cuyo paradigma es la 4T.

Para ellos la 4T no es proyecto ¡ya está ocurriendo, ya es..!
Y hacen del ritual su fiesta.

Nadie como AMLO para el manejo de las emociones populares y su encausamiento en símbolos (que son horizontes, que son rumbos) precisos…

La condena…
Y hablando de rumbos -“no es por presumir”, pero en las tres entregas tituladas “Adiós al PRI”, en MASCARRIEL vaticinamos que, de no refundarse con cambio de nombre y todo, el PRI camina derechito a su desaparición.

En el reporte de agosto de la encuestadora C&E rumbo a las elecciones estatales del 2021, el PRI ¡pierde todas las gubernaturas que hoy encabeza! Está condenado.
El PAN alcanza a retener Querétaro y se hace de Nuevo León, que recupera luego de la nefasta gestión de Jaime Rodríguez, el otrora célebre “bronco”.

De ahí en más, si las elecciones fueran hoy, MORENA arrasaría en el resto de las 14 gubernaturas en disputa.
Si PAN, PRI, MC y Futuro XXI (ex PRD) van en alianza con un solo candidato, pueden darle la pelea a MORENA en casi todos los estados…

Aires del trópico…
A propósito de encuestas, en la referente a la calificación de los gobernadores de las 32 entidades, al cierre de agosto, el mandatario estatal mejor calificado entre los gobernadores de MORENA es el tabasqueño Adán Augusto López Hernández.

En la medición mensual que realiza Alejandro Moreno para El Financiero, el gobernador de Tabasco —uno de los poquísimos políticos en verdad, pero en verdad cercanos al presidente López—, alcanza un nivel de aprobación del 55%.

(EL resto, incluida la Sheinbaun están reprobados).
Meritorio el asunto para AALH, si se parte del hecho de que Tabasco es el único estado de la república cuyo PIB interno ha decrecido durante ¡8 años consecutivos!
Que en lo que va del año la tendencia ha disminuido, pero no se ha revertido.

Que, como al resto del país, a Tabasco tambien le llegó muy poca lana para gasto de inversión.
En vista de lo anterior, el grado de aprobación que sus paisanos le conceden al gober de Tabasco, resulta plausible.

—“Hasta Tabasco llegó el tsunami de la Estafa Maestra”, reportan nuestros corresponsales de allá, la mera tierra del “preciso”, al consignar que le han sido congeladas sus cuentas bancarias a la Universidad de la Chontalpa, la primera universidad fundada por López Obrador.

Pues no: sucede que el tsunami viene de allá mismo.
La mecánica de la estafa maestra empezó en Tabasco. Allá inició todo. Al principio fue un procedimiento honesto, útil y beneficioso para PEMEX, las universidades y los tecnológicos. Pronto se pervirtió y se prostituyó.
Le cuento la historia en la próxima entrega.

“El mentiroso debe tener buena memoria”.
Quintiliano.

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