Mascarriel
* AMLO: “¿y la oposición, apá…” * Adán Augusto: comodidad sin distracciones… Mario Ibarra “Lo que se opone apoya”, dejó dicho famosamente el último ideólogo priísta así reconocido: don Jesús Reyes Heroles. ¡Que tiempos aquellos, señor don Simón, cuando el PRI -tambien conocido como “el partidazo”, tenía una ideología! “Nacionalismo revolucionario” se le llamaba. ¡Y […]
6 de mayo de 2019

* AMLO: “¿y la oposición, apá…”
* Adán Augusto: comodidad sin distracciones…

Mario Ibarra
“Lo que se opone apoya”, dejó dicho famosamente el último ideólogo priísta así reconocido: don Jesús Reyes Heroles.

¡Que tiempos aquellos, señor don Simón, cuando el PRI -tambien conocido como “el partidazo”, tenía una ideología!

“Nacionalismo revolucionario” se le llamaba.

¡Y pensar que ahora el deshilachado PRI ni a partido llega!

¡Tiempos aquellos en que se hablaba, con toda naturalidad, del “priísta que todos llevamos dentro”!

Tan es así que quienes prepararon y llevaron a cabo el derrumbamiento del PRI, fueron priístas.

Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, los principales artífices del desmoronamiento del PRI desde dentro, fueron destacados tricolores. (así se les decía).

El ataque externo provino del PAN encabezado por gente como Luis Álvarez,

Manuel Clouthier, Carlos Castillo Peraza, Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox y Felipe Calderón, entre otros.

Esos son los hechos visibles de esta curiosa historia.

Hechos que fueron los efectos de una declinación que se inició décadas antes.

Ya a finales de los 70`s y principios de los 80`s, el muy inteligente Gabriel Zaid, ensayaba y dibujaba los posibles escenarios del fin del PRI, a partir de un penetrante y certero diagnóstico de los males que adolecía, desde sus mejores épocas “del milagro mexicano” con su “desarrollo estabilizador”, el sistema PRI-gobierno…

El Ayatola…
“Sería muy extraño que el PRI fuera eterno. Avanzamos hacia la fecha en la cual terminará”, apuntaba Zaid en 1983. Y construía escenarios:

1.)“El sistema es tan original, que sería el primero del planeta cuya historia no tendrá fin…

2.) “Habrá un golpe de estado. Este escenario y el que sigue tienen, para empezar, algo poco realista: se esgrimen como el coco, para asustar a la concurrencia…

3.) Habrá una revolución. La miseria de millones de mexicanos oprimidos hasta más no poder por una minoría insaciable, hará finalmente que estallen. Zaid desechaba estos tres escenarios y proponía uno más:

4.) “Surgirá un ayatola contra la corrupción. Este escenario implica alguna verosimilitud, aunque en esto puede mezclarse el deseo de que se acabe el PRI y se castigue a la corrupción. Huelga decir que México no está a salvo del fanatismo y que en la sociedad mexicana hay un deseo reprimido de pureza…”

¡Gabriel Zaid y sus dones de profeta!

Este artículo y otros más sobre el tema, escritos entre 1977 y 1984, los reunió Zaid en el libro “La economía Presidencial”, publicado por Editorial Vuelta, en 1987.

Todas las citas arriba entrecomilladas y subsiguientes proceden de esa primera edición…

Muerte a los 90…
Para apuntalar sus tesis sobre el fin del PRI, Zaid hilvanaba razones, causas, motivos:
a) “Nada garantiza que un sistema, por maquiavélico que sea, evite el error fatal…

b) “El envejecimiento, la pérdida de capacidad autocorrectiva, la pérdida de fe en el sistema, la presión de los cambios del entorno, los accidentes fatales, pueden ser irreparables…

(Todo esto le sucedió al PRI en los últimos 40 años, incluido el accidente: -el asesinato de Colosio).

c) “Todo lo que puede fallar, fallará. No hay sistemas a prueba de errores fatales. Menos aún los sistemas mayúsculos, complejos, interconectados y, así, paradójicamente, vulnerables a errores muy pequeños…

d) “El porfiriato tronó precisamente el año en que festejaba su longevidad…”
(El PRI está a punto de ser cadáver al cumplir 90 años de su fundación).

e) En aquel PRI aún en plan de “partidazo”, escribía Zaid en 1983, “Los políticos y funcionarios no le deben su posición a los electores de abajo, sino al gran elector de arriba (….) conforme la clientela aumente y el pastel disminuya, los excluidos (de la repartición) del queso quedarían en una situación parecida (de exclusión) a los opositores, tentados a probar suerte en otro partido…
(Sucedió).

f) “La renovación política, como la moral, sólo puede hacerse desencadenando fuerzas externas al sistema (…) lo que puede ser aprovechado para que el PRI desaparezca transformado en partido político moderno, por un presidente decidido a que el país madure políticamente…
(Ernesto Zedillo).

g) “Todo esto favorece que el desmoronamiento se produzca en primer lugar en los estados. Dentro de los estados, en aquellos más distantes de la capital. Entre estos, en aquellos que tienen una población más aculturada a la modernidad (…) sobre todo, si hay una tradición de orgullo local. Más aún si está agraviado por el centralismo…Y

h) “No es posible que una población cada vez más moderna siga aceptando un sistema premoderno. Ya nadie cree en el PRI…”

La serie de artículos “Escenarios sobre el fin del PRI” la escribió y publico Gabriel Zaid entre 1977 y 1984, reuniéndola en libro en 1987, lo que pone en relieve su penetrante inteligencia, su estudio metódico del sistema PRI-gobierno, acrisolado en un conocimiento erudito del mismo, que lo llevaron a vaticinios certeros que se verificaron 30 años después. Hoy las reflexiones de Zaid son una gran ayuda para entender el fin del PRI….

La Agonía…
Porque a esas vamos. ¿Puede intentar refundarse un partido político que, como dice Federico Berrueto, “se dedica a administrar la agonía”. La respuesta es: NO.

Por varias razones: si, como afirma Zaid en 1985 “hoy ya nadie cree en el PRI”, 35 años después ¡mucho menos..!

-Porque, como lo previó nuestro autor, surgió el ayatola contra la corrupción, Andrés Manuel López Obrador, que concentra en su persona, toda la necesidad de la masa de creer en algo –el cambio-, y en alguien: el guía.

-Porque política es rostro, imagen, máscara; y hoy la imagen del PRI son Carlos Salinas y Enrique Peña; los gobernadores bajo sospecha y los ex gobernadores presos o prófugos: los Moreira, los Duarte de Veracruz y de Chihuahua, el “gober precioso” de Puebla, los Ulises Ruiz, los Fidel Herrera, los Mario Villanueva y los Roberto Borge en Quintana Roo. En fin, una lista interminable.

-Porque está el expediente negro que el triunfante presidente López Obrador le ha consignado a los 18 años de neoliberalismo (lo correcto sería decir: ultraliberalismo) corrupto, codicioso y despiadado.

(En blanco y negro, sí; de trazos maniqueos en tabla rasa, inexacto en algunos puntos y recargado en otros, sí; pero el 65 por ciento de los mexicanos que hoy apoyan al presidente Obrador, le han comprado ese expediente, esa narrativa furiosa y condenatoria, que es ya la losa sepulcral del PRI).

-Porque lo que queda del priismo carece, total y miserablemente, de los liderazgos y personalidades que puedan salvarlo.

¿Osorio Chong, Ivonne Ortega, Roberto Madrazo, Manuel Andrade, Ulises Ruiz y quien más se le ocurra, podrían?

No. Absolutamente NO.

“Por eso y por mucho más”, como diría Julio Iglesias, el PRI llegará a su fin este año.

¿Podrá de sus cenizas germinar un partido político nuevo, moderno y democrático?

Intentemos respondernos la pregunta en la próxima entrega…

El innombrable …
Porque ese es a fin de cuentas el quid del asunto: ¿va el presidente López Obrador a gobernar sin oposición partidista la totalidad de su sexenio?
No es deseable ni sería bueno para la salud de la achacosa democracia mexicana.

Se apuntaba en este MASCARRIEL en pasada entrega: los tres grandes protagonistas de la transición democrática, PRI, PAN y PRD quedaron tan lastimados, tan descarrilados, tan desarticulados, tan desguanzados luego de que les pasó por encima el tsunami/aplanadora del 1 de julio del año pasado, que les resulta imposible representar una oposición partidista enjundiosa, llamativa y certera, ni juntos ni por separado.

“El presidente López se puede dar el lujo de citar a su aborrecido `innombrable` con aquello de `ni los veo ni los oigo`, anotamos.

La oposición política real, la de peso, la que obliga al poder a pensar bien lo que hace, la que le pone límites y lo pone en bretes, la que lo cuestiona y califica, en un sistema democrático de partidos, se ejerce precisamente desde el frente bélico de los Partidos -si, con mayúscula.

Visto así, es claro que el presidente Obrador y su partido MORENA gobiernan, prácticamente, sin oposición partidista.

Si: en el Senado, de repente, se ponen de acuerdo y logran evitar la mayoría absoluta del 66% más uno para evitar reformas constitucionales.

Pero de ahí no pasan. Y para colmo, las mayorías simpatizantes de AMLO se los reprochan.

El PRI es ya cadáver. El PRD lo mismo. El PAN desarticulado, con un liderazgo ilegítimo, asaz de inepto y torpe, arrastra lastimosamente la cobija.

Lo que se opone apoya. Sin oposición real, con un gabinete mediocre salvo excepciones, con una bancada en el Congreso compuesta de aprendices, ineptos para la política la casi totalidad de ellos -sin AMLO ninguno, salvo las excepciones conocidas, habría ganado nunca su diputación o senaduría-, el presidente López gobierna sin contrapesos políticos naturales y dinámicos.

Eso ¿le favorece realmente…? ¿Cuáles son su contrapesos fácticos?
Seguiremos con el tema…

Aires del trópico…
En Tabasco se reproduce esta situación que se da a nivel nacional, con las particularidades y matices de rigor.

Cierto, en el estado natal de AMLO, en el cual el actual gobernador, Adán Augusto López Hernández ganó su elección con una mayoría aún más aplastante que la conseguida por MORENA en la elección federal, el panorama se ve peor para PRI, PAN y PRD.

Para empezar, desde la primera candidatura de AMLO al gobierno del estado, cuadros dirigentes, militancia y estructura del PRI, iniciaron su migración al entonces PRD.

Esa mudanza se acrecentó con los años hasta que, hoy por hoy, todo lo que fue el PRI de los 80`s y 90`s, -militancia, liderazgos, estructura-, es MORENA.

En esos años, sobre todo en el periodo de Roberto Madrazo, 1995-2000, el partidazo enfermó de autofagia, lo que condujo a su automutilación.

Madrazo corrió del PRI, de facto, a toda una generación de muy buenos políticos profesionales.

Juan José Rodríguez Prats, Humberto Mayans, Héctor Argüello, Raúl Ojeda, Pedro Jiménez León, Adán Augusto López Hernández, Fernando Mayans, Gustavo Rosario, etcétera.

Con el paso del tiempo y el crecimiento de AMLO a nivel nacional, lideres sectoriales y empresariales, como David Gustavo Gutiérrez, Manuel Ordóñez, Arcadio León, Andrés Escudero y muchos más, se alejaron del PRI y se alinearon con Andrés Manuel.

Hoy, ese priísmo histórico de Tabasco, es moreno.

El caso del PRD es más triste aún.

Mucho más que a nivel nacional, en Tabasco el PRD era AMLO y este era el PRD.

Fundado MORENA, el PRD en Tabasco se convirtió en automático en un cascarón, en una entelequia sostenida artificialmente -$$$-, por Arturo Núñez y su gobierno.

Hoy es una franquicia devaluada, la ruina inoperante de lo que fue una estructura y la certeza de un futuro negro, por no decir inexistente.

Del PAN ni hablar.

En Tabasco, en los hechos sustantivos, dejó de existir.

Y nada hay que añadir al respecto.

Como AMLO, Adán Augusto –salvo algunas estridencias en el Congreso estatal-, no enfrenta oposición partidista que lo distraiga o lo incomode.

Se repite la cuestión: ¿esto lo beneficia, lo perjudica -“o todo lo contrario”, que diría el clásico?

Continuemos con el tema.

“Nessum maggior dolore
Che ricordarsi del tempo felice
Nella miseria”.
Dante.

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