Mascarriel
Mario Ibarra *AMLO: el consejo de Ruiz Cortínez… *El referéndum del próximo domingo… Beatriz Paredes dijo hace poco que la victoria de López Obrador en el 2018 “fue un accidente”.Si alguien en este país sabe de política a la mexicana, es la señora Paredes.O sea: no se puede desdeñar una afirmación de tal jaez si […]
27 de mayo de 2024

Mario Ibarra

*AMLO: el consejo de Ruiz Cortínez…

*El referéndum del próximo domingo…

Beatriz Paredes dijo hace poco que la victoria de López Obrador en el 2018 “fue un accidente”.
Si alguien en este país sabe de política a la mexicana, es la señora Paredes.
O sea: no se puede desdeñar una afirmación de tal jaez si viene de ella: “el triunfo de AMLO en el 2018 fue un accidente”.
Esto lo dijo en el contexto de la disputa por la candidatura presidencial del hoy Frente Fuerza y Corazón por México, por eso la tesis de la señora Paredes pasó casi desapercibida.
Pero es muy significativa y sintomática.
Porque si alguien con los conocimientos de Beatriz piensa que el triunfo de AMLO en el 2018 fue “un accidente”, resulta claro que los priístas (los poquísimos jerarcas que quedan) siguen sin darse cuenta lo que les sucedió en esa fecha.
Quizá doña Beatriz se equivocó de palabra y, en vez del término correcto: coyuntura, utilizó el fallido de: ‘accidente’.
El arribo de Andrés Manuel a la presidencia es todo, menos un accidente…

200 PASOS…
La primera vez que el tabasqueño se soñó en Palacio fue durante el último plantón en el zócalo al frente de sus huestes petroleras en septiembre de 1993.
Pero era eso: sólo un sueño.
La segunda ocasión en que, ya no ensoñando, sino bien consciente, pensó que el sueño presidencial podía convertirse en realidad, fue cuando Cuauhtémoc Cárdenas lo hizo dirigente nacional del PDR.
El día en que ganó la jefatura de gobierno del DeFe, supo, con convicción suprema, que su destino era cruzar la calle de 20 de noviembre y caminar en diagonal los 200 pasos que llevan del Ayuntamiento de la ciudad a la puerta Mariana de Palacio Nacional.
Al caminar sobre la luna, Neil Amstrong dijo que aquello era un paso para el hombre, pero un salto fantástico para la humanidad.
AMLO pensó algo semejante: “serán unos cuantos pasos para mí pero un enorme brinco para México…”

LA COYUNTURA…
Si alguien busca, durante décadas, con persistencia enconada y con pasión de cazador furtivo un objetivo, el día en que lo consiga no será por mero ‘accidente’.
Peeero, si no tiene fortuna y si las circunstancias no se ponen de su parte, nunca tendrá éxito en su afán.
AMLO es un político con suerte; sobran ejemplos a lo largo de sus casi 50 años de carrera política.
Anhelaba la presidencia con frenesí, febril, intransigentemente.
Pero ello no le alcanzó en el 2006.
Fracasó en el 2012.
¿Qué faltaba?
Que las circunstancias le fueran favorables.
Que los astros se alinearan a su favor, como pedían los adivinos.
Y eso sucedió en 2018.
Se juntaron el hambre y las ganas de comer.
En política a eso se le llama COYUNTURA.
Décadas de trabajo y de anhelos y circunstancias favorables convergieron en sus propósitos: nada podía quitarle el triunfo en el 2018.
Nada más lejano a un ‘accidente’ -dicho sea con todo respeto a doña Beatriz Paredes…

EL COLAPSO…
¿Qué sucedió?
Colapsó el sistema de partidos.
Sucedió que la borregada de la que se nutría el presidencialismo autoritario del sistema PRI-gobierno poco a poco se fue convirtiendo en ciudadanía.
La universidad, la movilidad social, el desarrollo económico, el crecimiento de las clases medias, la apertura de México al mundo, la educación, fueron convirtiendo al ‘pueblo’ priísta en ciudadanía consciente, despierta, exigente.
Se manifestó en 1968.
Concurrió con mucha mayor fuerza en 1988.
Exigía democracia.
La obtuvo en 1997.
Por vez primera en la historia de México, hubo elecciones democráticas.
El PRI perdió el gobierno del DeFe. La mayoría en el Congreso. Y empezó a perder gubernaturas.
La sociedad había conquistado la democracia electoral; esta democracia nuestra, tan adolescente, tan débil, tan anémica, tan perfectible, pero tan NUESTRA…

DEMOCRACIA…
En el 2000 Fox sacó al PRI de Los Pinos.
La democracia se afianzaba.
Por vez primera teníamos separación real de poderes.
Una Corte en verdad independiente.
Un Congreso plural y para nada lacayuno hacia el poder presidencial.
Surgieron los Organismos Autónomos del Estado -CNDH, IFAI, ASF, CONEVAL, CRE, CNH, CONACE, etc.-, que empoderan a la ciudadanía ante la fuerza excesiva y alevosa del Estado.
Menudearon las organizaciones civiles vigilantes y críticas de las acciones del gobierno.
La democracia caminaba, la economía del país crecía…

CIUDADANOS…
La ciudadanía se entusiasmó.
Creyó -quiso creer, alborozada, que al fin había llegado la solución mágica de todos nuestros males, taras y fracasos, de toda nuestra larga historia de frustraciones y pesadumbres.
Esperaba mucho, demasiado, de la democracia -que no es un don divino ni una pócima mágica: es sólo un sistema de gobierno, el menos malo de los que se han conocido a lo lago de la historia.
PRI, PAN y PRD se adueñaron de nuestra transición democrática.
Se atragantaron con ella. La usaron en su provecho, la dilapidaron…

CULPABLES…
Digamos que los gobiernos de Fox, Calderón y Peña Nieto estuvieron muy por debajo de lo que les demandaba la transición democrática.
Si bien la economía creció sostenidamente a un promedio de 2.5 en esos 18 años, si bien el país mejoró en muchos aspectos, los problemas cardinales de la desigualdad, la pobreza, la injusticia, la inseguridad, la impunidad, entre otros, se hicieron más patentes.
Y la corrupción.
Con Peña Nieto pareció cubrirlo todo.
La guerra contra el narco iniciada por Calderón se convirtió en un aquelarre de asesinatos desde su inicio hasta ahora (Hoy peor que nunca).
Frivolidad e ineptitud, junto con la corrupción, fueron los sellos del gobierno peñista.
La tan esperada tormenta perfecta por Obrador había llegado.
La COYUNTURA le era absolutamente favorable.
Nada impediría su triunfo electoral.
Tanto así que Peña Nieto, acorralado, se vio obligado a pactar con AMLO, dejándole el paso libre a la presidencia.
Lo mismo hicieron 6 gobernadores del PRI que, previo a las elecciones, ya le habían entregado sus estados al MoReNa.
La gente -la mayoría-, estaba harta: la democracia no le estaba dando lo que esperaba.
Culpó de ello al PAN, al PRI y al PRD; vale decir, al sistema de partidos.
(Buen lector del ánimo popular, AMLO creo en 2014 al MoReNa)…

EL REFERENDUM…
Por vez primera en su historia el PRI no presenta candidato presidencial.
Su dirigente, Alito, un bucanero pedestre y granuja, personaliza cabalmente la debacle priísta.
El PAN padece la peor dirigencia de su historia.
El PRD puede incluso perder su registro.
Pero estos partidos, sus militancias, cuentan relativamente poco en esta elección presidencial.
Xóchitl Gálvez es básicamente una candidata de la ciudadanía.
Y del anti lopezobradorismo, claro.
El próximo domingo iremos a las urnas a decidir el resultado de un referéndum: continúa el lopezobradorismo como gobierno o se decide por la opción que representa Xóchitl.
Punto.
(Ejemplo elocuente: en el manifiesto firmado por cientos de intelectuales la semana pasada en apoyo de Xóchitl, nunca mencionan a Claudia: se refieren siempre a AMLO).
La mañana del 2 de julio del 2018, Andrés Manuel sabía que tenía el triunfo en la bolsa.
La mañana del próximo domingo, el tabasqueño no podrá tener certeza parecida: en un referéndum pude suceder cualquier cosa, incluso la más sorprendente.
AMLO lo sabe, mejor que nadie…

-De Ruiz Cortínez a López Mateos: “Nuestro pueblo se puede equivocar en muchas cosas, pero hay tres en las que es infalible: en sus afectos, en sus enojos y en su calificación final. Cuide sus afectos, cuídese de sus enojos y cuidado con la calificación”.
Recuperado por José Elías Romero Apis.

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