Mascarriel
*Claudia y el arroz cocido… *La soledad de Xóchitl…
25 de marzo de 2024

Mario Ibarra
Rumbo Nuevo

Cierto: “nunca se miente tanto como en la guerra y en las campañas políticas”, tal dejó dicho para siempre el príncipe Otto Leopold von Bismarck, el gran “Canciller de hierro” de Prusia y Alemania.     

Y mire que este señor algo le entendía tanto a la política como a la guerra.

Fue primer ministro y luego Canciller de 1862 a 1888, venció todas las guerras que emprendió, logró la reunificación de Alemania y derrotó al ejército francés en 1871.

(Humillación celebrada por el gran Arthur Rimbaud, dicho sea de paso).

Bismarck, inteligente y pragmático, nos legó muchos apotegmas memorables, entre ellos este: “lo mejor es no ver como se elaboran los embutidos ni enterarse como se procesan las nuevas leyes”.

Estaría uno tentado a pensar que por allá a finales del siglo XIX, Bismarck pensaba en un país del futuro -del siglo XXI más precisamente, llamado México.

Pero vayamos a lo nuestro: las candidatas presidenciales y sus campañas electorales.

(Del tal Máynez mejor ni hablar: equivale a dilapidar tiempo y espacio).

LA ESPOTIZA…

No emocionan ni a su parentela.

Y campaña política que no emociona es campaña deficiente.

Pero lo cierto es que ahí está la espotiza presente a toda hora y en todo lugar, incesante, persiguiéndonos, hastiándonos.

El panorama es claro: Claudia Sheinbaum tiene el rumbo marcado y su estrategia bien definida.

La ruta crítica se la han cartografiado en Palacio y ella la sigue al pie de la letra, con aceptable eficacia.

Incurre en pocos errores y ninguno de ellos grave -hasta ahora.

Su campaña es una réplica de la de López Obrador en el 2018.

Pero diseñada a su medida, a su falta de carisma, a sus escasas dotes de liderazgo, a sus innatas dificultades para conectar con las multitudes.

Por eso el Presidente va por delante de su campaña, pavimentándole el camino, señalándole visiblemente las coordenadas, ordenando a su gabinete que le conteste a Xóchitl, incluso adelantando compromisos que de inmediato Claudia hace suyos.

Es una campaña muy bien diseñada desde las cumbres del poder, con todas las ventajas que da el uso del poder, con la ruda inercia que imponen las estrategias que se aplican con todo el peso del poder…

FUEGOS DE ARTIFICIO…

El discurso de Sheinbaum prolonga el discurso presidencial.

Y de ahí no se sale. Y no tiene por qué ni para qué.

Su tarea, el objetivo de su campaña, es mantener la ventaja que a su favor señalan la mayoría de las encuestas.

Los millones de spots en radio y televisión de Claudia reafirman lo anterior.

Medidos con criterio profesional, la mayoría están técnicamente bien hechos.

Poseen fuerza de impacto, están bien estructurados, son pegajosos y digeribles.

En una campaña electoral la verdad y los datos duros son lo que menos importa.

Un análisis textual de los spots de Claudia nos revela de inmediato muchas exageraciones, inexactitudes, medias verdades y mentiras completas en el contenido de los mensajes.

Pero están bien producidos, son compactos, significativos, llenos de datos impresionantes (aunque inexactos y hasta falsos), tienen coherencia sintáctica y han sido proyectados como cohetes de fuego de artificio que ascienden y estallan luminosos en el cielo del electorado.     

Fueron trazados para iluminar, para impresionar, para encandilar.

Así, a pesar que la emisora, Claudia, está irremediablemente incapacitada para ligar con la masa, los spots cumplen su cometido:

Enviar el mensaje de que Claudia ya ganó.

A eso se le llama “táctica del arroz cocido…”

LA MENSAJERA….

Xóchitl tiene problemas. Graves.

Su mensaje es ella misma.

Y, así, está muy cañón su asunto.

Emocionó y se convirtió en fenómeno político con sólo anunciar que sería candidata presidencial.

Ni ella ni sus asesores (si es que los tiene, lo cual hasta ahora resulta dudoso) supieron aprovechar esa explosión de expectativa popular.

Fue un Tsunami que se disolvió en una ola solitaria y peregrina.

No supo Xóchitl subirse a la cresta de esa ola.

Allí era el momento.

Aprovechar esa erupción de entusiasmo por su candidatura y su persona.

Hacer crecer la ola hasta convertirla en un Tsunami.

Ni ella ni los suyos supieron hacerlo.

No era fácil, cierto, pero la verdad es que ni siquiera acertaron a intentarlo…

LOS SUICIDAS…

Xóchitl está sola.

La más reciente muestra de ello es que anda pidiendo coperacha para sufragar su campaña.

Hasta ahora, PAN y PRI la han dejado sola.

La soberbia de Marko Cortes y Alito Moreno es prueba insuperable de su estupidez.

Mira que agandallarse los espacios de propaganda en radio y TV en vez de cedérselos todos ¡TODOS! a Xóchitl…

No sólo son insensatos y vanidosos ¡son suicidas!

Por otro lado, en el equipo de Xóchitl hay personas inteligentes.

Un Enrique de la Madrid, un Idelfonso Guajardo, una Alejandra Latapí, un Max Cortázar…

¿Es que no se dan cuenta?

Ahí algo sucede. Algo grave…

CAMPAÑAS NEGRAS…

En una campaña presidencial, a la hora de elaborar el discurso propagandístico, la oposición lleva siempre la ventaja.

No hay gobierno que no cometa errores, que no incumpla promesas y compromisos, que no tenga pendientes, que no haya engañado, que no haya sufrido fracasos costosos, que no se haya desgastado en el ejercicio del poder.

Por supuesto, la 4T no es la excepción.

En este flanco de los déficits gubernamentales, Xóchitl y los integrantes de su cuarto de guerra tienen ante sí una veta sencillamente inagotable para los 2 meses que restan de campaña.

Erróneamente se le llama “guerra sucia” a ese conjunto de tácticas electorales.

El término correcto es “campaña negativa” o “campaña negra”.

El manual indica que “cuando un candidato va abajo por un margen de cierta amplitud y carga con negativos altos, mientras que su contrincante lleva una importante ventaja (de dos dígitos) con negativos bajos y que no se mueven, lo indicado es pasar a una estrategia negativa”. (Jorge G. Castañeda).

Personalmente conozco a cuatro o cinco especialistas en esta clase de campañas que, en no más de 30 días, le comerían hasta 15 puntos de su ventaja al candidato adelantado.

(Candidata en este caso: Claudia).

Es su último recurso.

¿Por qué no lo hacen?

Misterio…

LEYES…

Xóchitl comete errores.

Les dice a los tijuanenses que Cancún es bonito (y, por ende, Tijuana feo; lo cual es cierto, pero ¿qué necesidad?).

Se lanza al tema del cierre de refinerías como el Borras: a lo loco.

Lo mismo con el asunto del Aeropuerto. Etcétera.

La primera ley para un candidato es: no hables de lo que no sabes.

La primera ley para una campaña es: no cometas errores…

SUBIR AL CIELO…

En descargo de Xóchitl debe decirse que los 35 puntos promedio que lleva en las encuestas son de ella.

Ni PAN, ni PRI ni PRD le han aportado un solo votante a su campaña.

Le quedan dos meses.

¿Puede aún ponerse competitiva?

Posibilidades reales las tiene.

Claudia llegó a su techo. Sólo puede bajar.

Xóchitl sólo puede subir.

¿Pero tendrán ella y su cuarto de guerra el talento necesario para ello?

Por lo visto hasta ahora, resulta dudoso.

Los debates que vienen influirán poco en la tendencia marcada en las encuestas.

Las campañas locales, estatales y municipales, pueden ayudarla.

Pero, en suma: las campañas aburren.

Y esto beneficiará siempre al oficialismo…    

“La discordia intestina es tanto peor que la guerra unánime: hace a la guerra peor que la paz”.

Heródoto.