Mascarriel
*México y la ronda de las generaciones…*La deuda de las élites políticas… Mario Ibarra¿Tiene todo país la clase política que se merece?Para contestar con cierta propiedad a esta pregunta ha menester revisar la historia a partir de principios del siglo XIX, luego de la caída definitiva de Napoleón y del nacimiento del Estado-Nación, que constituye […]
11 de diciembre de 2023

*México y la ronda de las generaciones…
*La deuda de las élites políticas…

Mario Ibarra
¿Tiene todo país la clase política que se merece?
Para contestar con cierta propiedad a esta pregunta ha menester revisar la historia a partir de principios del siglo XIX, luego de la caída definitiva de Napoleón y del nacimiento del Estado-Nación, que constituye “el régimen de asociación humana más amplio y complejo de cuantos ha conocido la historia del hombre”. (R. Borja: Enciclopedia de la política).
El Estado-Nación, nos instruye la misma fuente, “es la forma más sofisticada que se han dado las sociedades para organizarse y autogobernarse y representa la primera forma propiamente política de asociación, puesto que tiene un poder institucionalizado que tiende a volverse impersonal”.
(Bueno, “hasta aquí esta pequeña dosis de ciencia”, que diría nuestro admirado doctor Renee Drucker).
Como esa revisión histórica rebasa con mucho las posibilidades de este espacio, baste decir, para fijar el tema, que los políticos, las generaciones políticas, tomaron la conducción de los Estados-Nación hace 200 años, más o menos.
De hecho, el líder político, convertido en gobernante, sustituyó al Príncipe de Maquiavelo como el Hombre de Poder y en el Poder.
Así, nuestra hipótesis de trabajo es que, los países actuales son el resultado de que lo que sus generaciones sucesivas y sus respectivas élites políticas hicieron han hecho y hacen de ellos.
(Para zambullirse en el tema, recomiendo el libro ‘Por qué fracasan los países,´ de Daron Asemoglu y James A. Robinson).
Si revisamos nuestra historia -los 200 años que llevamos como Estado-Nación independiente, nuestras élites políticas salen mayormente reprobadas.
¿Merecemos los mexicanos las pésimas élites políticas que tanto han dañado al país?
Lo más seguro es que sí, porque a nuestros políticos no los adoptamos del exterior ni nos cayeron de marte: los parió la nación mexicana… Sí: la misma que ha parido a esos miles o decenas de miles de asesinos y carniceros monstruosos que se divierten torturando a sus víctimas y luego desmembrando sus cadáveres y que presumen sus prácticas de antropofagia en videos escalofriantes…

UN PAIS EN LITIGIO…
Después de la caída de Agustín de Iturbide en 1823, y de la presidencia de Guadalupe Victoria (1824-1829), el país entró en disputa.
El enorme territorio de la Nueva España y su futuro, sobre todo su futuro, entró en litigio.
Las élites criollas, divididas entre centralistas y federalistas (luego liberales y conservadores, respectivamente) se enfrascaron en una trifulca interminable, con revueltas, golpes de Estado, asonadas, camorras y contiendas interminables, cuya principal consecuencia fue la perdida de la mitad del territorio a manos de los Estados Unidos.
Para fortuna del país (en gestación apenas, hay que subrayarlo) le brotó la que quizá sea la mejor, la más genial, la más decidida y generosa, la más fértil de sus generaciones históricas: la de los liberales del 57…

A HOMBROS DE GIGANTES…
Redactores de la Constitución de 1857, pelearon por ella en la llamada “Guerra de los tres años ” (1858-1861) y fundaron a la nación mexicana.
(Vino después la intervención francesa y el Imperio de Maximiliano, pero esa es otra historia.
Ignacio Comonfort, Epitacio Huerta, Santos Degollado, Ignacio de la Llave, Luis de la Rosa, José María Lafragua, Manuel Doblado, Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Ponciano Arriaga, Francisco Zarco, Joe María Mata, Mariano Escobedo, Jesús González Ortega, Ignacio Zaragoza, Juan Zuazua, Leadro Valle, Santiago Vidaurri, Ignacio Vallarta, Ignacio Ramírez, Manuel Altamirano, Miguel Lerdo de Tejada, Ignacio Mariscal, Matías Romero y demás, conformaron una generación grandiosa, una élite integrada mayormente por mestizos, que desplazó del poder a los criollos.
Eran liberales, libertarios, nacionalistas, intelectuales, institucionalistas y, sobre todo, demócratas: rabiosamente, celosamente, incorruptiblemente Demócratas. (Por eso la mayoría, hacia el final, rompió con Juárez).
Benito Juárez fue lo que fue, por ellos.
Juárez fue, como dice Enrique Krause, un místico del poder, que se desplazó a hombros de esos gigantes.
Pero el indio de Guelatao no era demócrata, como ellos.
Si Juárez no hubiera muerto, seguiría en la presidencia.
(Pero esa es otra historia)…

LOS CIENTÍFICOS Y EL JODIDAJE…
Las generaciones del porfirismo y sus élites políticas -los llamados ‘científicos’, con Limantour al frente-, hicieron la tarea que se plantearon: pacificar y ordenar al país, modernizarlo, insertarlo en la revolución industrial que transformaba al mundo aceleradamente.
Y lo hicieron bien… Pasándole todo el costo al México jodido, al México indígena, al México semi esclavista del Valle Nacional, de las 5 mil haciendas que había en el territorio y al México y en la explotación de las minas.
Pero, más allá de quienes pagaban el pato -los jodidos- las élites políticas porfiristas hicieron lo que se habían propuesto: subir a México al tren de la modernidad.
Claro, se subió una parte, mientras la otra, la mayoría enorme y mísera, les pagaba el boleto.
Pero, al final, el país que dejó don Porfirio al subirse al Ipiranga, era, en muchos rubros, diferente y mejor al país destrozado y sin rumbo que recibió del juarismo al cabo de 50 años de luchas fraticidas…

TECNÓCRATAS PERO DEMÓCRATAS…
La élites políticas revolucionarias y posrevolucionarias hicieron su chamba.
La misión educadora del vasconcelismo aún daba frutos en los años sesenta.
Luego, las élites políticas de los universitarios tomaron el poder con el alemanismo, y edificaron el país que hoy tenemos.
Cuando el nacionalismo revolucionario murió de muerte natural, llegaron los tecnócratas en 1982, que enterraron al estado paternalista, insertaron a México en la nueva economía mundial -el neoliberalismo- y, asunto de gran importancia, alentaron, con Ernesto Zedillo, la instauración de un régimen democrático -¡por vez primera en su historia!- en nuestro país…

¿RELEVO GENERACIONAL…?
Y en esas andamos.
Nuestra transición democrática permitió que llegara a la presidencia un palurdo como Vicente Fox; un demócrata conservador como Felipe Calderón y un muñeco de celofán, desarticulado e inepto como Peña Nieto.
La asunción de Andrés Manuel López Obrador fue la consecuencia ineluctable de esos 25 años de transición democrática.
Pero ¿qué tenemos por delante?
El presidente Obrador habla del relevo generacional en el poder.
Mas ¿es Claudia representante de una generación distinta a la de AMLO?
¿Los es Xóchitl?
¿Tenemos esperanza de que arribe una nueva generación de políticos con sus inevitables élites para que saque al país de atolladero en que se encuentra, dividido en dos mitades rijosamente confrontadas y, al parecer, irreconciliables?

PAYASOS EXITOSOS…
Y aquí es donde dan ganas de ponerse a llorar: si el prototipo de esas nuevas élites políticas que esperamos, es Samuel García ¡pues estamos bien jodidos!
Un merolico, un payaso y, lo peor, un corruptazo. (Quienes saben, desde hace seis meses nos dijeron que Samuel no sería candidato presidencial, porque no podría dejar a un palafrenero que le cuidara el rancho durante los meses de campaña; si llegaba una administración no controlada por Samuel, abrirían los cajones gubernamentales y lo que se iban a encontrar -un boquete de miles de millones de pesos- representaba la muerte política de Samuel y , muy probablemente, dar con sus huesos en la cárcel.
Sin embargo, en 10 días de precampaña, el Fosfo fue la estrella; dejó en segundo plano a Claudia y Xóchitl.
Tanto en medios informativos como en redes sociales, Samuel y su mujer fueron los
amos: 22 millones de reproducciones en TikTok y en Instagram, por 6 millones de Claudia y 3 de Xóchitl.
No es difícil imaginar lo que hubieran logrado el Fosfo y su Mariana en la campaña presidencial. Eso es lo terriblemente preocupante…

Abrimos ahora la pausa de las pascuas navideñas. Con el favor de nuestras
deidades, cruzaremos el puente Guadalupe – Reyes. Nos reencontramos en este espacio el lunes 8 de enero. Felicidad, Salud y Armonía para todos, Siempre……

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