Mascarriel
*De 1988 -AMLO-, a 2024 -Claudia-; se cierra un capítulo…*Heberto Castillo como demiurgo del MoReNa… ¿Hacia dónde vamos? Mario IbarraUna pregunta para la que hay muchas respuestas, demasiadas.Todas distintas y muchas de ellas francamente contradictorias, confrontadas y hasta conceptualmente enemigas.Tanto que parecen referirse a países diferentes, a méxicos que se sitúan en las antípodas.Para no […]
18 de septiembre de 2023

*De 1988 -AMLO-, a 2024 -Claudia-; se cierra un capítulo…
*Heberto Castillo como demiurgo del MoReNa…

¿Hacia dónde vamos?

Mario Ibarra
Una pregunta para la que hay muchas respuestas, demasiadas.
Todas distintas y muchas de ellas francamente contradictorias, confrontadas y hasta conceptualmente enemigas.
Tanto que parecen referirse a países diferentes, a méxicos que se sitúan en las antípodas.
Para no ir más lejos, pongamos ejemplos mayores: si usted le pregunta a Claudia Sheinbaum hacia dónde va México, esta le responderá que vamos rumbo a la consolidación de la 4T y que a su gobierno le tocará construir “el segundo piso” de tal proyecto.
Y los millones de cuatroteistas estarán de acuerdo.
Ahora, si la misma pregunta se la hace usted a Xóchitl Gálvez, ella le contestará que tenemos que ir hacía la reconstrucción de este país, hacia la reedificación de lo que, a sus ojos, ‘ha devastado la 4T’.
Y los millones de antiobradoristas estarán de acuerdo.
Y de ahí p’al real.
La opinión de Carlos Slim será distinta a de los miles (o decenas, cientos de miles) de medianos, pequeños y microempresarios que tienen que pagarle derecho de piso al crimen organizado.
Opinarán muy diferente los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial respecto a los comerciantes del Mercado de Acapulco.
¿Hacia dónde vamos?
La respuesta que le den los productores de limón, plátano, mango y verduras de Michoacán diferirá totalmente de la que obtenga usted de parte de los directivos en México de Toyota, Kia, General Motors, Nissan, Volkswagen etc.
Y entre intelectuales la cosa está igual o peor.
¿Habrá visiones y percepciones más encontradas que las de Héctor Aguilar Camín y la de Jorge Zepeda Petterson?
¿O entre Lorenzo Meyer y Enrique Krause?
En su vecindario, incluso en su familia ampliada, difícilmente encontrará usted consenso sobre la tremenda pregunta: ¿Hacia dónde vamos?
¿Hacía donde carajos se encamina -o se precipita- este país?
Sin embargo, en encontrar la respuesta certera nos jugamos el presente y el futuro…

EL RUMBO…
Hagamos el esfuerzo. Sinteticemos.
Quien le da rumbo a una nación es el gobierno ¿de acuerdo?
El gobierno es el conductor del Estado.
El Estado es sus instituciones, más su territorio, más su población más sus capacidades de crear riqueza, justicia, seguridad, educación, salud, vivienda digna, equidad, convivencia pacífica, armonía social, orden jurídico, político y económico, libertad individual, soberanía y un kilométrico etcétera.
Sinteticemos: el Estado es la suprema institución que debe garantizarle a sus habitantes, sin exclusión, sin más cortapisas que la ley, el desarrollo de TODOS los propósitos fundamentales -materiales, espirituales y morales- de sus vidas.
Uta, suena rebonito ¿verdad?… pero el diablo está en los detalles, y aquí el detalle reside en que lo anterior es teoría y que, hasta la fecha, luego de 500 años de historia, ningún Estado, ninguno, ha logrado su perfección -imposible por antonomasia.
Pero algunos, muy pocos, han desarrollado su naturaleza de Estados Soberanos y Suficientes a grados bastante aceptables… Digamos Suiza, digamos Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda, Islandia, Nueva Zelanda. Finlandia… y párele usted de contar…

OCHO MESES…
México anda, para nuestra desfortuna, muy, muy lejos de tales Estados Nacionales.
(Aunque en ciertos rubros los superamos y rosamos la perfección. Por ejemplo: la impunidad en nuestro país araña el ¡95%! por cada 100 delitos que se denuncian; y de agosto del 2022 al de este del 2023, se denunciaron sólo el 11% de los más de 24 millones de delitos que se cometieron. O sea: por ese lado somos insuperables. Y ya no hablemos del número de asesinatos dolosos o desparecidos: ahí somos campeones mundiales).
Pero volvamos a nuestro asunto: ¿hacia dónde vamos?
Si estamos de acuerdo en que el gobierno en turno es el que tripula la maquinaria de Estado y le impone el rumbo al país, podemos decir que sabemos dónde estamos hoy, hoy, hoy: en vísperas del sexto año de la 4T y en el rumbo por todos conocido.
Pero para decir hacia dónde iremos debemos esperar un ratito: 8 meses y 14 días; hasta que el domingo 2 de junio del próximo año sepamos quien será la primera presidenta de la historia de México: Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez.
Pero, en tanto, columbremos el futuro…

“CHUPÓ FAROS…”
Para vislumbrar el porvenir es indispensable conocer el pasado.
Para poder atisbar hacia donde vamos ha menester saber de dónde venimos.
No nos vayamos muy lejos.
Partamos de las elecciones presidenciales de 1988.
Seis años antes, con el arribo de Miguel de la Madrid, el nacionalismo revolucionario fundado por Lázaro Cárdenas, como régimen, había fumado faros, es decir: murió de muerte natural.
Antes, los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo habían dejado al país en la ruina financiera ¡cuando México era el cuarto productor mundial de petróleo!
De la Madrid (1982-1988) impuso un viraje brusco y pronunciado a la administración del Estado y al modelo económico del nacionalismo revolucionario.
Llegó así el neoliberalismo, que se imponía como modelo en todo el mundo occidental…

EL GRAN HEBERTO…
El PRI llega dividido a las elecciones presidenciales de 1988.
La vieja guardia revolucionaria, llamémosle ‘el cardenismo’, resistía al interior del partido.
Se autodenominaban “la corriente democrática”.
Con la candidatura presidencial de Carlos Salinas, fueron prácticamente expulsados del PRI.
Se fueron con sus chivas a otra parte y ¡Oh milagro de milagros!, fueron recibidos con los brazos abiertos por el genuino, fidedigno y auténtico movimiento de las izquierdas históricas de México, encabezadas entonces por Herberto Castillo.
Ojo: sin este gran luchador, sin su inteligencia, sin su generosidad, sin su grandeza, no hubiese existido lo que fue el PRD y lo que hoy es el MoReNa.
Ojo, mucho ojo: en esta parte del relato reside la clave de lo que se juega en la próxima elección presidencial…

AGUA Y ACEITE…
Copularon el cielo el infierno, se ayuntaron el agua y el aceite: se unieron dos enemigos radicales e históricos: el priísmo presidencialista autoritario (llamémosle cardenismo) y las izquierdas mexicanas -comunistas, marxistas, trotskistas, leninistas, estalinistas, maoístas, castristas, socialistas, anarquistas etc.
Le entregaron la candidatura presidencial a Cuauhtémoc Cárdenas. (AMLO fue candidato a gobernador en Tabasco).
Existirá para siempre la presunción de un gran fraude electoral, pero el caso es que Salinas se cruzó la banda presidencial.
Pero de ahí nació el PRD, que postuló 6 veces consecutivas a un ex priísta a la presidencia de la república: 3 veces Cuauhtémoc, 3 veces López Obrador…
¡Sí!, no me alce las cejas, por favor: AMLO le puso el nombre de MoReNa a lo que fue el PRD, nada más…

CARDENISTAS…
Llegamos al meollo del asunto: PRD, y ahora MoReNa, se dicen partidos de izquierda, pero siempre han postulado a la presidencia a ex priístas (Cuauhtémoc y AMLO) provenientes del nacionalismo revolucionario, que aquí llamamos cardenismo.
Ninguno de los dos es de la izquierda marxista, leninista, maoísta, castrista o socialista democrática.
Ambos son cardenistas.
(Que AMLO simpatice con el castrismo, que declare que Salvador Allende es su inspiración, que invite al desfile del 16 de septiembre a contingentes de dictaduras como Cuba, Venezuela, Nicaragua y Rusia, es otro asunto, es parte de su narrativa -y en AMLO la Narrativa es todo).
Por vez primera, la autollamada ‘izquierda’ -el MoReNa, pues-, tiene de candidata presidencial a una auténtica izquierdista: Claudia Sheinbaum…

EL DETALLE…
Y aquí está el gran detalle.
Se equivocan todos (en primer lugar, quizá, el Presidente) quienes piensan que Claudia es la reproducción en género femenino de AMLO.
No. Ella es una verídica gente de izquierda.
Con su Marx bien leído. Con su historia del marxismo, del leninismo y del comunismo bien leída.
Dicen los que saben que Claudia es más dogmática que AMLO.
Ojo: es de muy distinta naturaleza el dogmatismo de un nacionalista revolucionario al de una marxista.
¿Es Claudia una marxista dogmática o una socialista ilustrada y democrática?
He ahí el detalle…

LA OTRA VERSIÓN…
Se cierra aquí el capítulo que se abrió en 1988.
Por vez primera desde entonces la autollamada izquierda presenta una candidata presidencial auténticamente izquierdista.
Frente a ella se presenta otra mujer, Xóchitl Gálvez, que representa la contraparte del capítulo histórico aquí sintetizado.
No es (sólo) la candidata de los conservadores y las élites, como dice AMLO; es la candidata del anti lopezobradorismo (que es muchas cosas) y de la otra versión nacional de la democracia, opuesta a la de la 4T.
Obligatoriamente, seguimos con el tema en nuestra próxima entrega…

“En política, el infierno linda con todas partes”.
Charles Bukowski.

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