*De Maquiavelo a López Obrador: de cómo conservar el poder…
*Adán Augusto y los perfectos tiempos del señor…

Mario Ibarra
Bueno, pues cartucheras al cañón, diría el alazán tostado.
Dentro de un año, a estas alturas tendremos presidente(a) electo.
Y el actual ocupante de Palacio Nacional estará empacando sus cachivaches para irse a la…. A su rancho en Palenque, de tan eufónico nombre.
Pero, en tanto, afina el proceso de su heredad -y de su herencia-, poniendo la mayor atención hasta en el más minúsculo detalle.
Ayer quedaron establecidas las reglas definitorias que llevarán al MoReNa a la designación de su candidato(a) presidencial.
Y no fue cosa de enchílame otra, no: los tirones y tiroteos, las reclamaciones y los desacuerdos menudearon hasta poner en riesgo, en ciertos momentos, el mandato final de la asamblea.
Pero al cabo ahí están las pistas abiertas, ahí están las reglas, ahí está la meta ya desplegada, ahí está listo el podio y ahí están relucientes, destellantes, los trofeos para los primeros lugares.
Destaca por supuesto el más grande y relampagueante de todos: el de la candidatura presidencial.
Pero aquí no habrá girado la pirinola del ‘toma todo’ y del ‘todos ponen’; no: no habrá un solo ganador: el segundo, tercer y cuarto lugar tendrán sus respectivos premios… Nada desdeñables, por cierto.
Cartucheras al cañón y chin – chin el que se raje, como diría el gran alazán tostado…

MAQUIAVELICO…
En todo este escenario, en toda esta puesta en escena, detrás de toda esta representación está la mente del autor del guion, del director de escena y principal promotor del espectáculo: Andrés Manuel López Obrador.
Si el maese don Nicolás Maquiavelo asistiera a la obra, sin duda aplaudiría no sólo con reconocimiento, sino hasta con admiración.
¿AMLO un maquiavélico?
¡Claro, y sobresaliente!
Los ignorantes usan la expresión ‘maquiavelismo’ para señalar una política de simulación, engaños y felonía.
Los aún más ignorantes usan el término como sinónimo de perfidia, de maldad y de perversión políticas.
No. Maquiavelo fue el primer pensador occidental en asignarle a la política un carácter científico, es decir: racional y objetivo.
Fue el primero en liberar a la política de los prejuicios de la religión y de la moral religiosa.
Bien entendido, el maquiavelismo es la descripción de ‘el arte’ de mantenerse en el poder, lo cual es “el primer deber del príncipe”.
De ahí que para el hombre de poder sea “más seguro ser temido que ser amado”.
Sostenía Maquiavelo que los gobernantes “deben conducirse con la astucia del zorro y la fuerza del león” para ordenar lo presente y prevenir lo que viene.
En un sentido de congruencia, el maquiavelismo es la capacidad del político para entender su poder en su contexto y aplicarse a prolongarlo.
Obvio: lo anterior no significa que el fin justifica los medios. No. Para nada…

LA PERMANENCIA…
Visto así ¿Qué intenta AMLO?
Asegurar la permanencia de su 4T.
Para entender mejor el asunto, ha menester recordar que, durante el priato, la mayor demostración del inmenso poder del presidente era el prurito de heredarle el poder a quién él quisiera.
Pero ni Carlos Salinas, ni Ernesto Zedillo, ni Fox, Calderón y Peña Nieto pudieron heredarle el poder a su favorito.
La transición democrática acotó severamente su poder.
Pero Obrador lo ha recuperado con creces.
Por eso todos -y todos es TODOS- pensamos que él y sólo él decidirá quien será su sucesor(a) en la presidencia de la república.
Sin embargo, AMLO quiere convencernos de lo contrario…

LA VACUNA…
Para ello ha ideado una jugada maquiavélica, en el mejor sentido del término.
El candidato presidencial del MoRena saldrá de una encuesta abierta, y todos los participantes obtendrán su respectiva medalla.
El segundo lugar será líder morenista en el Senado.
El tercero encabezara la bancada guinda en la Cámara de diputados.
El cuarto ocupará seguramente la Secretaría de Gobernación.
Y los demás serán senadores o diputados plurinominales o funcionarios del nuevo gobierno morenista… Si logran conservar el poder, claro.
Con esto, AMLO estaría vacunando al cuatroteísmo contra los riesgos de fracturas.
He ahí un escenario inédito…

LA JUGADA…
Desde luego, hay otras lecturas.
Por ejemplo, Jorge Castañeda señala que, en lo hechos, el Presidente ya le impuso a su sucesor(a) al estado mayor cuatroteista para el potencial nuevo gobierno.
De ello se desprende la idea de que AMLO ha optado por heredarle el poder no a un individuo, sino a un equipo, a un conjunto de leales que ayer, digámoslo así, juramentaron fidelidad eterna al obradorismo y su 4T.
La jugada parece original y talentosa, pero su verificación ya no dependerá de Andrés Manuel.
Es como aquel entrenador de futbol que presumía nunca haber perdido un partido.
“En el pizarrón, yo les entregué el partido ganado; que en la cancha ellos lo hayan perdido, pues ya es su pedo…”, decía.
Pero en política no hay nada nuevo bajo el sol…

“A VOLAR, PALOMAS…”
A propósito del tema, Héctor Aguilar Camín recuerda que, hace cerca de 50 años, Luis Echeverría intentó algo semejante.
A mediados del sexenio echeverrista, José López Portillo era un burócrata de cuarta.
Pero en 3 años, Echeverría lo llevó de una subsecretaría equis a la dirección de la CFE, y de ahí a Secretaría de Hacienda, de donde salió investido de candidato presidencial.
Aguilar Camín subraya que López Portillo era “entrañable amigo” de Echeverría.
“Viendo lo inexperto que era, quiso ayudarlo nombrándole gente que le manejara la campaña y lo acompañara en el gobierno”, apunta.
(En los hechos, López Portillo fue candidato único).
Previo al destape, el tabasqueño Leandro Rovirosa Wade había situado “a siete distinguidos priístas como precandidatos”.
Entre ellos figuraban Porfirio Muñoz Ledo, que Echeverría designó como presidente del PRI y Augusto Gómez Villanueva como secretario general.
Lo que resultó es que ya López Portillo presidente, mando a Muñoz Ledo como embajador a la ONU, a Gómez Villanueva como tal a Italia y a Echeverría ¡a las islas ¡Fiji!, con el mismo cargo.
Aguilar Camín enfatiza, con tino, que hasta que lo enviaron al otro lado del mundo, Luis Echeverría, ya expresidente, seguía conectado a la red privada de los Pinos….

EL TELÓN…
En el pizarrón, AMLO ha entregado el partido ganado. Pero…
El partido apenas empieza.
Las reglas ya están escritas y firmadas.
Destaca la ‘Ley del Silencio’, que ordena a gobernadores y funcionarios federales a guardarse sus preferencias hacia cualquier corcholata.
Los tres posibles: Adán Augusto, Claudia y Marcelo van con todo por la candidatura. Y todo es TODO.
Para ninguno de ellos la derrota es opción.
Por otro lado, los tres saben que no tienen ningún chance de empujar a alguno de los suyos para que los supla en sus respectivos puestos.
Esa decisión es sólo del Presidente.
Ahora bien: la fiesta -novedosa, atractiva, divertida, inédita-, se desarrolla de acuerdo al libreto escrito por AMLO.
Esto es: sigue siendo el único factor.
Y, en cuanto a la agenda política y temática, tiene a la república comiendo de su mano.
Se levanta el telón.
Se vale apostar, señoras y señores…

“Hace muchos años un paisano me enseñó que en política se debe construir el equilibrio entre la razón y la pasión. Serenidad y paciencia, los tiempos del señor son perfectos”.
Adán Augusto López Hernández.