*Sinopsis de las sucesiones presidenciales…
*Cómo AMLO sí estará en las boletas en 2024…

Mario Ibarra
El epitome del gran poder del presidente de la república era su facultad para heredarle la Silla del Águila a quién él, únicamente él, nadie más que él, decidía.
Tiempos aquellos.
Esa fue la clave de la permanencia del PRI durante 60 años consecutivos en la presidencia de la república.
El supremo poder del Monarca Sexenal se manifestaba en todo su esplendor en el momento magnífico, culminante, en que designaba a su delfín.
A partir de ese instante iniciaba su declinación.
Así funcionó el sistema durante 60 años.
La continuidad se quebró en 1988 con Salinas de Gortari: le asesinaron a su candidato, Luis Donaldo Colosio, a quien él había preparado cuidadosa, meticulosamente, para sucederlo.
Ernesto Zedillo fue un candidato de circunstancias, producto del azar, y como no se sentía en deuda con Salinas, rompió con él sin miramientos.
Zedillo supo leer los síntomas políticos, sociales, económicos, culturales, anímicos y soterrados del país en medio de un contexto mundial específico de fin de siglo y de milenio, y decidió ser el presidente de la transición democrática.
Pactó con Fox y sus promotores: designó al peor candidato posible (Francisco Labastida) y lo abandonó a su suerte. (El candidato del PRI debió ser Roberto Madrazo, a quien Fox y sus impulsores temían).
Fox quiso candidatear a Santiago Creel, Pero Felipe Calderón le ganó el pestañazo.
A Calderón se le mató su candidato, Juan Camilo Mourinho y, cuando quiso improvisar como como tal a Ernesto Cordero, se le atravesó Josefina Vázquez Mota y tan tan: hasta ahí llegó el panismo.
Enrique Peña se supo perdido desde enero del 2017.
Su gobierno desacreditado y en la picota de la corrupción; Ayotzinapa y la Casa Blanca como lastres ominosos y la inercia arrolladora de AMLO lo obligaron a pactar: puso frente al MoReNa a un candidato inverosímil (José Antonio Meade) y torpedeó al candidato panista Ricardo Anaya, fabricándole acusaciones judiciales que al cabo resultaron falaces.
Si queremos entender la impresionante victoria electoral de AMLO en el 2018, si queremos leer lo que está ocurriendo ahora (e imaginar lo que podría suceder en el 2024), ha menester recapitular esta reciente historia…

LA PREGUNTA…
Porque con AMLO han vuelto los tiempos del presidente todopoderoso.
Como en aquellos años, él, solamente él y nadie más que él decidirá quién será el candidato(a) presidencial de la 4T y, muy posiblemente, el próximo presidente(a) de la república.
Con una particularidad, tal vez determinante: durante el priato, la fuerza y el poder residían en la institución, en la Presidencia de la República; en el cuatroteismo el poder se concentra en la persona, en AMLO, totalmente.
Y el poder personal es intransferible, no es heredable.
Entonces “¿cómo le irán a hacer?”, nos preguntábamos en nuestra pasada entrega.
Es la pregunta esencial respecto a la continuidad de la 4T…

SUEÑOS DE ESCOLAPIO…
Desde sus primeros años escolares, al hoy Presidente le fascinó una clase: la de Historia… Patria.
Ahí nació su fervor y su devoción por sus héroes tutelares: Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Cárdenas.
Desde pequeño soñó con emularlos.
En el México de aquellos años, todos los escolapios de primaria nos regalábamos sueños similares.
La diferencia es que en tanto nuestra veleidosa adolescencia se llevó, como al humo el viento, nuestros sueños de heroísmo, Obrador nunca los abandonó. Al contrario: los cultivó, los vio crecer, los acapulló y se puso a su servicio.
Hoy ve cercano, verosímil, su pedestal al nivel de Cárdenas, Madero, Juárez, Morelos e Hidalgo.
Por supuesto: a quienes Andrés Manuel llama sus adversarios, sus anhelos de gloria resultan algo así como “meras quimeras tropicales de un adolescente provinciano” (la expresión la escuché de un tabasqueño), pero no menos cierto es que para muchos de los millones de fieles de AMLO, él ya está a la altura de sus héroes.
El asunto no es baladí: ningún presidente antes de Obrador se jugó el todo por el todo en una sucesión: su podio en el altar patrio. Nada menos…

EL PAQUETE…
Claro, al olimpo de la historia patria no se llega por voluntarismo, por aspiración o por afán.
No sabemos cómo, dentro de 20, 30 años, tratarán los historiadores a Obrador.
Ni siquiera podemos saber qué se dirá de él y de su 4T dentro de 3 0 4 años.
Pero eso es harina de otro costal.
Lo que aquí se quiere subrayar es el tremendo ¡tremendísimo! paquete que le dejará AMLO a su sucesor(a).
¡Nada menos que el cumplimiento de una gesta histórica!
Y aquí aparecen Adán Augusto, Claudia y Marcelo.
¿Quién de los tres le garantiza al prócer el triunfo final de la 4T…?

EL PLEBISCITO…
Sí, el nombre, el perfil y las capacidades del candidato(a) presidencial del MoReNa contarán.
Pero desde el inicio de su sexenio, y mucho más aún luego de los resultados de las elecciones federales intermedias, López Obrador diseñó al proceso de sucesión como un plebiscito.
O sea: de alguna manera, AMLO sí estará en las boletas.
Toda la estrategia para la elección presidencial ha sido diligente, esmerada, minuciosamente elaborada para que, para el votante ante las urnas, sólo haya dos opciones: si o no: con la 4T o en su contra: con Andrés Manuel o con “los conservadores”.
Las cartas están echadas…

VERSIONES…
Bajo está óptica, quienes dicen conocer bien a Obrador, están apostando por su paisano, pupilo leal, subordinado eficiente y ‘hermano’ de cariño, Adán Augusto.
A pesar de lo que dicen los sondeos demoscópicos y lo que supone la comentocracia, el secretario de gobernación sorprenderá a todo mundo en las encuestas del MoReNa para elegir a su candidato presidencial… las cuales coincidirán, casualmente, con la voluntad del hombre de Palacio.
Versiones, insístase, de morenistas -más preciso: obradoristas- de toda la vida, con 30 años caminado con Andrés Manuel…

FUEGO AMIGO…
A propósito de Adán Augusto, el fuego amigo que puso a circular el audio de su conversación con los senadores acerca del INAI, ya fue, me dicen, ubicado. Este espacio cuenta con los nombres de la Senadora que lo habría gravado y con el del funcionario del gobierno de la CDMX a quien se lo entregó.
Y si lo sabemos nosotros, por supuesto que en Bucareli y en Palacio están así mismo registrados…

AIRES DEL TRÓPICO…
Le decíamos que la otra sucesión, la de Tabasco, se pondrá calientita, calientita.
Bueno, ya lo está: Javier May, delfín de Claudia y aliado de un hermano del Presidente, José Ramiro, decidió saltarse las trancas e imponerse, a las de ‘a huefo’, como candidato del MoReNa a la gubernatura.
Error. Claudia no tiene ni tendrá -ni como candidata presidencial- injerencia en el proceso sucesorio en Tabasco.
Esos pagos son de AMLO y, en línea de heredad, de Adán Augusto.

“La persona desnuda puede cometer cualquier locura. Los que crearon grandes hombres siempre fueron vestidos”.
Rizsard Kapuscinski.