Mascarriel
*Adán Augusto y “los tiempos del señor”… *AMLO: la soledad del despacho, los lentos corredores de Palacio… Tenemos ya una de las claves para ir entendiendo el arcano de la sucesión presidencial. Nos la acaba de regalar Adán Augusto López Hernández. Ha dicho que será en octubre cuando le informe a todo el respetable si […]
13 de febrero de 2023

*Adán Augusto y “los tiempos del señor”…

*AMLO: la soledad del despacho, los lentos corredores de Palacio…

Tenemos ya una de las claves para ir entendiendo el arcano de la sucesión presidencial.
Nos la acaba de regalar Adán Augusto López Hernández.
Ha dicho que será en octubre cuando le informe a todo el respetable si va o no va por la candidatura presidencial.
Entonces ya sabemos: si Adán sale al escenario y nos dice, aventando el Do de pecho: “saben qué: voy… ¡va que va…!”, en ese momento, este escribidor pasaría a contar sus ahorritos para….
¡Sí!, para apostárselos enteritos al paisano, al amigo, al pupilo, al “hermano” del presidente López Obrador: Adán Augusto López Hernández.
¿Por qué?
Porque, si en octubre el hoy secretario de gobernación nos informa que ha presentado su renuncia como tal y que se prepara para participar con todo en su aspiración a la candidatura presidencial del MoReNa, es que, de alguna manera, o de mil maneras, habría que entender que él, Adán, es el bueno…

LA PREMISA…
O sea: si en octubre AA dice: “voy”, es que se siente cincho; será que se sabe con la candidatura en la mano.
Por supuesto: a partir de esta premisa, se puede especular sin medida, podemos armar las más abstrusas o las más lindas conjeturas.
Como hemos insistido en este espacio, por más que el Presidente Obrador nos insista en que los tiempos de la 4T son tiempos nuevos (lo cual es cierto en muchos aspectos), sin embargo, el obradorismo ha traído de regreso prácticas especificas que hacen recordar, para aquellos que tienen 40 años de edad, los tiempos dorados del priísmo.
Por ejemplo: el apabullante poder del presidente de la república.
Desde Carlos Salinas de Gortari, ningún presidente había concentrado en su persona -y en la institución presidencial-, tanto poder de decisión y de acción como López Obrador.
Otrosí: como en los tiempos dorados del priato, no hay un mexicano con dos dedos de frente que no esté absolutamente convencido que será el presidente Obrador, en la penumbra y soledad de su despacho, o bien en las lentas caminatas nocturnas por los interminables pasillos de Palacio Nacional, quien decidirá a solas, completamente a solas, la candidatura presidencial del MoReNa.
En una versión renovada, el tapadismo ha regresado.
Recuérdese: la magia hechizante del tapadismo radicaba -y radica ahora-, en el convencimiento, de parte del respetable, de que el Presidente, él y nadie más que él, decidía -y decidirá- la candidatura presidencial de su partido…

EL MEOLLO…
Algo habrá visto, algo habrá sentido, algo habrá columbrado, algo habrá intuido Adán Augusto para decirle a sus seguidores (por cierto, crecientes en número y de manera exponencial en todo el país) que en octubre les dirá si va a o no va por la candidatura presidencial del MoReNa.
No quiere esto decir que en esas fechas el Presidente ya tenga decidido a quien intentará heredarle la banda presidencial.
Pero es indudable que, estando en el meollo de los acontecimientos, AA sabrá a ciencia cierta como va mascando la iguana.
Tendrá muy claras sus posibilidades reales de ser el elegido.
De no tener esa claridad, AA optará por hacerse a un lado.
Sin embargo, el escenario y los escenarios que se vislumbran para dentro de 9 meses, nos dibujan a un AA con mucha mayor fuerza como precandidato de la que hoy ostenta, entendiendo que esta es ya muy considerable y que, más allá de los que digan las encuestas, en este momento sus posibilidades son idénticas a las de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, cuando menos…

EL MEJOR…
Como hemos vendo señalando, la candidatura de la alianza opositora será un factor si no determinante, sí de gran peso en la decisión final del Presidente Obrador.
Un candidato(a) opositor fuerte, con arrastre, con capacidad, con proyección hacia la gente; un candidato(a) atractivo y, a la vez, con formación, carisma y talento, obligará al Presidente a considerar cual de sus precandidatos es el mejor calificado para enfrentarlo.
Cierto, en este momento ese candidato(a) no se ve.
Pero es también indudable que aparecerá.
Incluso, los dos más señalados por las encuestas como preferidos por la opinión pública, Enrique de la Madrid y Lily Téllez, se convertirían, a la hora de la hora, en candidatos bastante competitivos.
El gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, podría resultar un candidato más arrebatador y, por consiguiente, mucho más peleador que la senadora Téllez o el hijo de Miguel de la Madrid.
En suma, AMLO elegirá al mejor de los suyos para el momento preciso, para la coyuntura especifica que se viva a finales de año, considerando siempre, a quien se enfrentará su candidato o candidata…

LOS TIEMPOS…
Mario Delgado ha dejado en claro cual será el método (llamémosle “visible”, llamémosle “oficial”) para la selección del candidato(a) presidencial del MoReNa.
Se llevarán a cabo dos rondas de encuestas entre noviembre y diciembre.
Más allá de lo intrincado y peculiar que resultan las encuestas aplicadas por MoReNa, nos resulta claro que habremos candidato morenista en plena época de posadas.
Y en una de esas, AMLO decide presentar a su candidato presidencial la noche buena del 24 o la noche vieja del 31 de diciembre – ya sabemos que al presidente le gusta bridar ese tipo de sorpresas.
Adán Augusto se ha referido en más de una ocasión a “los tiempos del señor”, en referencia, claro, a los tiempos del señor de Palacio Nacional.
“Los tiempos del señor”… No es aventurado afirmar que el hombre de Bucareli conoce mejor esos tiempos que la Sheinbaum o que Marcelo.
Ello implicaría una indudable ventaja.
Pero bueno: por lo menos los cada día más y más crecientes partidarios de Adán Augusto ya tienen fechas y señales concretas: AA no quiere que anden a tientas y en la incertidumbre: a finales de octubre les dirá voy o no voy.
Si les dice: Voy, ¡aguas Marcelo!, ¡aguas Claudia!… como político, Adán tiene una característica sobresaliente: juega siempre a la segura…

“Bondad sin indulgencia universal, coraje sin fanatismo, inteligencia sin desesperación y esperanza sin ceguera, atributos necesarios en aquellos que se disponen a conducir multitudes”.
Leszek Kolakowsky.

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