Mascarriel
*”Que hay tiro y que no hay tiro y lo que cuenta es tirar… ¡Lotería! *Los números del MoReNa y las restas de la oposición… Mario Ibarra “¡Claro que hay tiro!”, dijo el Presidente López Obrador el pasado miércoles, refiriéndose, por supuesto, a la disputa por la presidencia de la república en el cada día […]
13 de junio de 2022

*”Que hay tiro y que no hay tiro y lo que cuenta es tirar… ¡Lotería!
*Los números del MoReNa y las restas de la oposición…

Mario Ibarra
“¡Claro que hay tiro!”, dijo el Presidente López Obrador el pasado miércoles, refiriéndose, por supuesto, a la disputa por la presidencia de la república en el cada día más cercano 2024.
Al siguiente día, jueves, el tabasqueño se auto corrigió: “el tiro es al interior de PRIAN”, dijo.
Pero luego de la gira presidencial por su muy querido sureste, quedó claro que el tiro verdadero sucede al interior del MoReNa.
Es correcto: desde la perspectiva de hoy, hoy, hoy (Fox dixit), no se ve por donde los partidos de oposición puedan armar una propuesta, una estrategia y un proyecto que emocione a quienes estarían dispuestos a votar en contra de la 4T y del lopezobradorismo.
Aparte de que tampoco se ve de dónde y cómo PAN, PRI y PRD van a encontrar el candidato ideal -atractivo y convincente, audaz e inteligente- que se monte sobre esa hipotética -muy hipotética- plataforma política.
Y es que, para resultar competitivos, PRI, PAN, PRD (y acaso MC) tienen todo, pero todo por hacer de aquí a julio del 2024, y no se les ve ni disposición, ni capacidad, ni imaginación ni claridad para intentarlo en serio.
Su principal ¡principalísima! dificultad, es su patética carencia de dirigencias capaces y competitivas, Marko Cortes en el PAN y Alejandro Moreno -el mentado alito- en el PRI, se han ganado a pulso su diploma de enterradores de sus respectivos partidos.
En el PRD, Jesús Sambrano, posee la experiencia, los conocimientos, la sensibilidad política y la visión social como para diseñar una estrategia electoral capaz de ponerle difíciles las cosas a los morenos, pero… ¡virtualmente se ha quedado sin partido!
De las elecciones del 2021 y de las recientes, el partido del sol azteca salió convertido en un enfermo agónico y desahuciado, en un inminente cadáver.
Para pelearle con posibilidades al MoReNa en el 2024, la alianza precisaría afinar sus tácticas para ponerlas al servicio de una estrategia que responda a un proyecto que se ajuste a una visión del México actual y del futuro inmediato, todo ello como fruto de un examen preciso de la historia de nuestro país en los últimos 50 años.
Menuda tarea.
Ah, y poner el proyecto en una propuesta electoral sencilla, atractiva, convincente y emocionante.
Casi nada…

LAS LECCIONES…
Los resultados de las elecciones recientes dejan lecciones claras para todos los partidos, incluido el MoReNa, claro está, y también para el gobierno de la 4T y para el estratega que reside en Palacio Nacional.
Para la alianza PRI, PAN, PRD las enseñanzas son contundentes y perentorias.
En Oaxaca y Quintana Roo fueron cada quien por su lado… y así les fue: fueron literalmente barridos.
En Aguascalientes, Durango y Tamaulipas, fueron unidos y con buenos candidatos; ganaron en las dos primeras entidades, pelearon palmo a palmo en Tamaulipas.
En Hidalgo fueron unidos PAN, PRD y PRI, pero enfrentados con el gobernador Omar Fayad, al que ningunearon y no le permitieron ni siquiera opinar sobre quien hubiese sido el mejor candidato… los arrasaron.
Su argumento de que el gobernador Fayad se había mostrado muy cercano al presidente Obrador y de que iba a entregarle el estado, puede resultar verosímil, pero en lugar de tratar de convencerlo, de dejar que pusiera a su candidato y orillarlo así a meterse con todo al proceso electoral, el mentado “alito” y el coordinar del PRI en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, se montaron en el carro de la soberbia y la arrogancia, impusieron como candidata a la esposa de este último y así les fue: le dieron hasta por debajo de la lengua.
De los 4 estados en donde fueron unidos, ganaron 2 y perdieron 2.
Quintana Roo y Oaxaca estaban perdidos desde hace mucho tiempo: los gobernadores Alejandro Murat y Carlos Joaquín se convirtieron al lopezobradorismo; ahí no había nada que hacer.
Y algo parecido sucedió en Hidalgo; si bien no puede probarse que Omar Fayad haya claudicado ante AMLO, sí fue clara su excelente relación con el Presidente y, luego de que los aliancistas le pasaron por encima, pues sencillamente se cruzó de brazos y se volteó para otro lado, con el resultado consecuente…

AMARILLAS….
La advertencia para el Morena y la 4T son sus propios números.
En los estados en donde arrasó, su cosecha de votos disminuyó ostensiblemente respecto al 2018.
En Oaxaca y en Quintana Roo, su votación cayó 50%.
En Hidalgo y Aguascalientes, 40%.
En Durango 35% y en Tamaulipas 15%.
En Durango desecharon al precandidato que había encabezado las encuestas internas y pusieron en su lugar a quien apenas quedó en tercer lugar.
A esto habría que agregar que López Obrador les entregó Quintana Roo y Oaxaca prácticamente ganados de antemano, y lo mismo puede decirse, en buena medida, de Hidalgo.
Esta circunstancia difícilmente se replicará en el 2024.
La conclusión eventual es que la notable reducción del voto morenista respecto al 2018 debe ser (sin duda en Palacio Nacional lo es) un foco de preocupación para el partido lidereado por Mario Delgado.
Un dato a tomar muy en cuenta rumbo al 2024, sin duda…

ADÁN Y EL MC…
En lo que toca a MC, de Dante Delgado, los avisos contenidos en los resultados de las elecciones de hace dos semanas, no resultan para nada celebrables.
Salvo en Quintana Roo, en donde alcanzó el 16% de los votos, producto de llevar como candidato a un morenista renegado, en los demás estados no superó el promedio de 3.5 de los votos.
Suficiente para mantener el registro, claro, pero nada para presumir.
Sin embargo, MC sigue siendo la niña de los ojos, el pastel por el cual se relamen tanto la alianza opositora como el MoReNa.
Dante insiste en que irán solos en Coahuila y Edomex el próximo año y en las federales y presidenciales del 2024.
Alejandro Guerrero, un columnista que tiro por viaje publica información relevante, dura, confidencial y calientita proveniente de Palacio Nacional -y que nunca ha sido oficialmente desmentido y ni siquiera mencionado en las mañaneras-, asegura, en su entrega del pasado jueves, que el Presidente le encargó a su secretario de Gobernación (azas de su paisano, amigo y “hermano”, a decir del propio mandatario) que se asegure de que MC no hará alianza con la trinca PAN, PRI y PRD.
Si Adán Augusto logra garantizarle al Presidente que, en efecto, MC irá solo en las presidenciales, tendrá la candidatura presidencial en la bolsa, apunta el columnista…

BRETADURAS…
El jueves mismo, AMLO celebró que, según síntomas que él advierte, la alianza que encabezan PRI y PAN empieza a agrietarse.
Y ya sabemos que los muros que se agrietan, más temprano que tarde se derrumban.
“Qué bueno -dijo, palabras más palabras menos el Presidente- que el PAN y el PRI se reconstituyan cada uno por su lado, que recuperen su identidad perdida”.
Lo único que sabemos con certeza respecto al 2024, es que si la alianza opositora no se tonifica y se fortalece (ya apuntamos líneas arriba los requisitos que ello implica), el MoReNa retendrá la presidencia sin muchos sobresaltos.
Ahora, si el PAN y el PRI se fueran cada uno por su lado, la fecha de la jornada electoral a verificarse exactamente dentro de 2 años, será un día de campo para la 4T.
(Dígase de paso que ese es el escenario soñado de Claudia Sheinbaum, quien, en el caso contrario de una competencia reñida en el horizonte, sería el rival más débil que podría presentar el MoReNa).
El mismo jueves (que estuvo políticamente muy nutrido) salieron al foro Alejandro Moreno, Marko Cortes y Jesús Sambrano para sostener que la alianza sigue, que la misma decreta “una moratoria constitucional” y que se alista para ganar la presidencia de la república.
Mjuum…

EL BAILONGO….
Resumiendo: buena, mala o regular, la música para el baile del 2024 la pondrá la alianza opositora.
Y lo que hacen el Morena y la 4T (con sus 22 gubernaturas, por supuesto) muy atentos al compás que les marca la batuta presidencial, es prepararse para bailar al son que les toquen.
Más allá de la debilidad o la fortaleza con que los aliancistas se presenten a la cita electoral dentro de 700 días, en Palacio se preparan para lo que según ellos será la madre de todas las batallas.
“Que los aliancistas se hagan bolas, se reconstituyan o se desintegren, ese es su purrum; nosotros vamos con todo, vamos preparados para aplastar a los enanos o para vencer a lo gigantes”, le comentó a MASCARRIEL un morenista
tabasqueño que tiene entrada franca a Palacio Nacional…

LA OTRAS CORCHOLATAS …
Y tan disminuida y muda se muestra la alianza opositora, tan desorientada e inexpresiva, que el supremo líder del MoReNa (azas presidente de la república) tuvo que empezar “destapar” a los precandidatos de la susodicha coalición.
Por lo pronto, AMLO apuntó que el PAN podría tener un buen candidato en la persona del gobernador de Yucatán, Mauricio Vila y, que, por su parte, el PRI tendría un aspirante competitivo si postula al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
O sea: AMLO no solo se da el gusto de jugar con tres corcholatas (así bautizó a los aspirantes del MoReNa) propias, sino que se ve en la necesidad (por decirlo de algún modo), de poner en el tinglado a los precandidatos de la oposición -Alejandro Murat y Mauricio Vila, para empezar.
Lo nunca visto: el Presidente barajando sus posibles candidatos a la presidencia ¡y tambien los de la oposición… !!!
Esto se pone bueno… Y apenas arrancamos….

“Esto es política, esto es el poder, la lucha por el poder; y muy pocos están aptos para entenderlo y, menos aún, los capaces para tomar parte en el toma y daca…” John Le Carré

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