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*UCRANIA: entre la historia y la locura de Putin… *Tierra regada con sangre como ninguna otra jamás… Mario Ibarra La historia del pueblo ucraniano es un martirologio que dura ya más de 450 años. Entre los siglos X y XIII, el Principado de Kiev se constituyó en el primer Estado eslavo de Rusia, de ahí […]
28 de febrero de 2022

*UCRANIA: entre la historia y la locura de Putin…
*Tierra regada con sangre como ninguna otra jamás…

Mario Ibarra
La historia del pueblo ucraniano es un martirologio que dura ya más de 450 años.
Entre los siglos X y XIII, el Principado de Kiev se constituyó en el primer Estado eslavo de Rusia, de ahí que se tenga a Kiev como la cuna de la ‘rusidad’.
Con las incursiones de mongoles y cumanos, Ucrania se debilitó, y ya para el año de 1400, eran súbditos de la corona polaca.
Los cosacos apoyaron a los polacos durante sus largas luchas de rebelión contra Polonia, hasta que al inicio del siglo XVIII, la mitad de Ucrania, a partir de la margen izquierda del río Dniéper, se convirtió en parte del expansivo imperio ruso.
A principios del siglo XIX, a causa de la decadencia del reino polaco, Rusia se anexionó la otra mitad de Ucrania.
Durante los 200 años en que Ucrania fue parte del imperio zarista, hubo constantes muestras del nacionalismo ucraniano en todas sus regiones, las cuales fueron siempre cruelmente aplastadas por el ejército ruso.
Al inicio de la primera guerra mundial, más de la mitad del territorio ucraniano fue ocupado por Alemania.
En 1921, con el Tratado de Riga, que puso fin a la guerra ruso – polaca, Ucrania quedó bajo el dominio de la URSS.
Entre 1930 y 1940, al pueblo ucraniano le fue infligido, por Josef Stalin, uno de los genocidios más despiadados, sádicos e inhumanos de la historia…

EL GRANERO…
El 95% del territorio de Ucrania se conforma de llanuras y mesetas, la famosa estepa, las tierras negras más fértiles de Europa y, quizá, del mundo.
(Desde el siglo VII AC, los griegos conocieron la riqueza de aquellas regiones al oeste de los Cárpatos y comerciaron con sus pueblos; lo mismo hicieron después los romanos, que añadieron parte de esas tierras a su imperio).
Durante 200 años, la producción agropecuaria de Ucrania fue la principal fuente de alimento de la Rusia zarista.
Cuando los bolcheviques se hacen definitivamente del poder en 1921 y, como parte de su botín les arrebatan Ucrania a los polacos, la suerte de los ucranianos queda sellada para el resto del siglo XX: serán el granero de la URSS, pero ellos se morirán de hambre.
En 1929, Stalin decide la “colectivización” de la producción agrícola y pecuaria en toda la URSS.
Esta consistía en la estatización de todas las tierras productivas, que pasaban a manos y control de Estado Soviético.
Dejemos hablar a Martín Amis, el escritor inglés, que sintetiza inmejorablemente lo que fue la colectivización planeada por Stalin:
“Se calcula que Stalin mató (de hambre) a casi 4 millones de niños durante la colectivización. Sin embargo (…) el rasgo más sobresaliente de la colectivización fue su fracaso, profundo, abismal y con un impacto gigantesco. Con su revolución administrativa, Stalin arruinó a la URSS para el resto del siglo. Además, fue entonces cuando perdió contacto con la realidad y lo hizo con toda su furia bolchevique”. (Martín Amis: Koba el temible. Londres, 2002. Traducción al español: Anagrama, 2004).
Se calcula que la colectivización y sus terribles secuelas dejaron alrededor de 20 millones de campesinos muertos en toda la antigua URRS, pero ninguna nación fue tan castigada por esta locura como Ucrania…

LA DIALÉCTICA ARTIFICIAL…
A la llegada de los bolcheviques, la rica producción de los extensos campos ucranianos estaba organizada en base a la propiedad privada de las tierras productivas.
Existían desde grandes haciendas hasta familias campesinas con pequeñas parcelas y, entre estos dos extremos, se tendía una sólida estructura de propietarios en una variada escala, que hacían de Ucrania el graneo de Europa.
La clásica teoría marxista de la revolución mundial, sostiene que esta debe realizarla el proletariado, es decir, la clase obrera resultante de la revolución industrial del siglo XIX.
Pero en la rusia feudal zarista, como no había industria ¡pues no había proletariado!
Y he aquí que a Stalin se le ocurre que, para cumplir con la teoría marxista ¡había que industrializar a la URSS a marchas forzadas, para que así tuviera su clase obrera revolucionaria!
Pero ¿cómo…?
Fácil: financiando la industrialización con el total de la producción cerealera (trigo, centeno, avena, maíz) de Ucrania.
(Fue así como Stalin inventó “La dialéctica artificial”, brillantemente desmontada y explicada por Isaiah Berlin en su ensayo así llamado. -Incluido en su libro “La mentalidad soviética”. Ed. Galaxia Gutemberg).
La colectivización en Ucrania es uno de los episodios más infernales en la historia de la humanidad.
De la noche a la mañana, todos los productores ucranianos, desde los terratenientes hasta el último de los campesinos, fueron expropiados en sus bienes y sus propiedades.
En un instante se quedaron sin absolutamente nada…

EL INFIERNO…
Uno de los aspectos más siniestros de la colectivización fue la llamada reubicación de millones de campesinos.
Para entendernos: supongamos que a los productores del campo expropiados en Tabasco, el gobierno los llevara a Chihuahua, y a los de allá los ‘reubicaran’ en Tabasco, a trabajar en las tierras ya colectivizadas, es decir, estatizadas, porque el total de la producción pertenecía al Estado, es decir, a Stalin.
El resultado fue una hambruna terrible, brutal, demoniaca.
He aquí, citada por Amis, la segunda frase de The Harvest of Sorrow: Sóviet Collectivization and the Terror Famine, de Robert Conquest: “Quizá podríamos poner en perspectiva el presente caso (la hambruna en Ucrania) diciendo que se perdieron 20 vidas de campesinos ucranianos, no por cada palabra, sino por cada letra que hay en este libro’. Nada más esta frase representa 2 mil 700 vidas. El libro tiene 411 páginas”.
Más: “Comían boñiga de caballo, entre otras cosas porque solían contener granos de trigo entero”.
Más: Conquest citando al escritor ruso Vasilli Grosman: “Y las caras de los niños estaban avejentadas, atormentadas, como si tuvieran 70 años. Y al llegar la primavera ya no tenían cara. Más bien tenían cabeza como de pájaro. Con pico, o cabeza de rana -boca grande de labios delgados-, y algunos parecían peces muertos, con la boca abierta”.
Más: “El hambre era un hambre impuesta: se quitaba la comida a los campesinos (Para vender los cereales a occidente y así financiar la industrialización de la URSS). El canibalismo se convirtió en una práctica extendida (…), a fines de los años treinta había aún 325 antropófagos de Ucrania cumpliendo cadena perpetua en campos de trabajo bálticos…”
El infierno en la tierra…

14 MILLONES DE ASESINADOS…
Pero los 5 millones de ucranianos asesinados por hambre por Stalin entre 1933 y 1938, era sólo el prolegómeno de lo que estaba por suceder.
Luego del pacto de no agresión entre Hitler y Stalin, fuerzas alemanas atacaron Polonia por el Oeste y el ejército rojo lo hizo por el este en 1939.
Para 1940, ambas potencias se habían repartido Polonia.
Cuando Hitler rompe el pacto y ataca a la URSS en junio de 1941, la invasión inicia en los vastos territorios de Ucrania y Bielorrusia.
Arrancan entonces los 4 años más sangrientos de la historia en esa región del mundo, sin duda las más regada por sangre de seres humanos en la historia.
Timothy Snyder, lo resume así en el prólogo de su libro sobrecogedor: Tierras de sangre:
“En el centro de Europa y a mediados del siglo XX, los regímenes nazi y soviético, asesinaron a 14 millones de personas. Los territorios en donde todas estas personas murieron, las tierras de sangre, se extienden desde Polonia oriental hasta Rusia occidental, pasando por Ucrania, Bielorrusia y los países bálticos. Durante la consolidación del nacional-socialismo y del estalinismo (1933-1938), la ocupación conjunta de Polonia (1939-1941) y luego la guerra germano-soviética (1941-1945), una violencia masiva de proporciones nunca antes vista en la historia asoló esta región. La mayoría de las víctimas fueron judíos, ucranianos, polacos y el pueblo báltico, es decir, las gentes oriundas de estas tierras. Los 14 millones de personas fueron asesinadas en el curso de apenas 12 años, entre 1933 y 1945, mientras Hitler y Stalin estaban en el poder (…) Toda esta gente fue víctima de una política asesina por parte de ambos tiranos, antes que bajas de guerra”.

HITLER, STALIN, PUTIN…
Muy resumida, esa es parte de la historia de Ucrania en los últimos 100 años.
Tierra desgraciada, padeció la furia demencial de los dos más grandes asesinos en la historia de la humanidad: Hitler y Stalin.
Hoy, la misma historia y el amargo azar, han puesto a los ucranianos ¡otra vez! como víctimas de un cabrón loco tan megalómano, paranoico, maniático y endemoniado como aquellos: Vladimir Putin.
La vesania, la psicopatía de este hijo de perra es tal, que no dudaría en desatar una guerra nuclear. De ese tamaño. Europa, USA y occidente ya lo saben. Si no lo detienen en Ucrania, tendrán que enfrentarlo en Finlandia, Suecia y los países bálticos. Todo indica que lo dejarán ocupar Ucrania. A partir de ahí todo puede suceder…

LA LIBERTAD…
El ucraniano es un pueblo con más de mil años de historia.
Ucrania es un país independiente desde hace 30 años.
Con la revolución de Maidam, hace 8 años, depusieron al gobierno prorruso, corrupto y autoritario, y por vez primera en 500 años han vivido la libertad y la democracia.
Cuando en 1989 los berlineses de ambos lados del muro lo derrumbaban a golpes de martillo y de alegría, un oscuro agente de la KGV observaba, con lágrimas de ira resbalándole por las mejillas, el histórico acontecimiento. Su nombre: Vladimir Putin.
Al colapso de la URSS, dos organizaciones, pilares del régimen, resintieron el sacudimiento, pero no fueron desmanteladas: la KGV y el ejército.
Hoy, al mando de Putin, son la fuerza que lo hacen dueño de Rusia.
Y este sueña con revivir a la URSS y después apropiarse del mundo…

“NOS ESTÁN MATANDO…”
En 1933, el periodista gales, Garet James (asesinado luego por el servicio secreto estalinista) fue el primero en dar a conocer el genocidio contra el pueblo de Ucrania. He aquí su testimonio dado por un campesino ucraniano que moría de hambre:
“Antes teníamos caballos y vacas y cerdos y pollos. Ahora nos están matando de hambre. Antes alimentábamos al mundo. Ahora nos han quitado todo y no nos han dejado nada. Antes te hubiera dado la bienvenida como mi huésped, te habría ofrecido pollo y huevos y leche y excelente pan blanco.
Ahora no hay una migaja de pan para mi y para mis hijos. Hoy nos están matando”.
Al cierre de este texto, Kiev resistía.
Larga vida a Ucrania…

“Aequo pulsat pede”.
Horacio.

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