Mascarriel
*30 año años de lopezobradorismo… y contando (II) *De la toma de pozos a la tribuna de la ONU… Mario Ibarra ¿En qué nos quedamos? En que, tras una fulgurante irrupción en la política estatal con resonancias sorprendentes a nivel nacional, eso que hoy llamamos el lopezobradorismo nació en enero febrero de 1992, con los […]
15 de noviembre de 2021

*30 año años de lopezobradorismo… y contando (II)
*De la toma de pozos a la tribuna de la ONU…

Mario Ibarra
¿En qué nos quedamos?
En que, tras una fulgurante irrupción en la política estatal con resonancias sorprendentes a nivel nacional, eso que hoy llamamos el lopezobradorismo nació en enero febrero de 1992, con los primeros “éxodos por la democracia” encabezados por Andrés Manuel López Obrador.
Vimos en nuestra pasada entrega cómo, en 1988, la candidatura de AMLO por parte del FDN logró cimbrar al PRI-Gobierno, que decidió dar un golpe de mano en Tabasco para tomar el control de la campaña de Salvador Neme Castillo.
En CEN del PRI presidido a la sazón por Luis Donaldo Colosio, se detectó que la campaña de Obrador crecía de manera que resultaba ya francamente amenazante, de tal suerte que se decidió que fueran a Tabasco el gobernador con Licencia, Enrique Gonzáles Pedrero y el operador estrella de Colosio, Roberto Madrazo para hacerse cargo de la campaña electoral.
Vimos que al final, de la mano de Madrazo, el PRI se impuso con relativa facilidad y con evidente holgura, pero algo muy importante y de enormes consecuencias para el futuro quedó establecido en Tabasco en 1988: allí había nacido una oposición real, activa y muy contestataria y, lo más trascendente, esa oposición había germinado con un liderazgo, con un sorprendente caudillo llamado Andrés Manuel López Obrador…

EL NACIMIENTO…
Vimos así mismo cómo de 1989 a 1991 AMLO desplegó una intensa campaña de proselitismo y organización del nuevo partido del cual él era el presidente estatal, el PRD, de manera que, para las elecciones intermedias de 1991, este era un partido bien constituido, mejor organizado y competitivo, listo para poner en jaque al PRI y el gobierno estatal.
Y así fue: el PRD compitió casi al tú por tú con el PRI, sobre todo en los municipios de la región conocida como “la Chontalpa”, que rodea a la capital Villahermosa y que concentra el 70 por ciento de la población tabasqueña.
Al darse a conocer los resultados oficiales, AMLO los rechazó rotundamente, denunció un fraude electoral y, en protesta, pero sobre todo en reclamo del reconocimiento de los supuestos triunfos del PRD en varios municipios, marchó al frente de sus huestes rumbo a Tenochtitlan.
Esas marchas, es la tesis de estos apuntes, son el nacimiento de ese movimiento político, social, ideológico y un tanto cuanto para religioso que, al cabo de 30 años, ocupa Palacio Nacional al frente del gobierno de la república…

LA GUERRA AMLO – ROMA…
Nos quedamos en la pasada entrega en que, luego de las marchas sobre el altiplano, AMLO y su naciente movimiento regresaron a Tabasco con una muy buena cosecha: en una más de sus características concertacesiones, el gobierno de Carlos Salinas cedió las alcaldías de Cárdenas, Macuspana y Jalpa de Méndez, cuyo ayuntamiento fue ocupado por sendos consejos municipales encabezados por el PRD.
Ello marcó también el final del gobierno de Salvador Neme Castillo, torpedeado desde sus inicios por buena parte del priísmo tabasqueño y por la oligarquía estatal.
Un dato relevante para los historiadores, es que Manuel Gurría Ordoñez, que sustituyó a Neme al frente del gobierno tabasqueño, era un pupilo y seguidor de las ideas políticas de Carlos Madrazo Becerra, de tal suerte que su principal objetivo al ocupar la Quinta Grijalva fue preparar la candidatura de Roberto Madrazo al gobierno del estado.
Este dato, subrayamos, es muy importante en la historia del lopezobradorismo, pues la guerra personal entre AMLO y Madrazo resultó una escalera determinante para que Obrador se convirtiera en figura descollante de la política nacional….

ADAN AUGUSTO…
Así, apuntamos, en otro dato que en los archivos de Rumbo Nuevo esperará a los historiadores futuros, en el gobierno de Manuel Gurría, resultante en buena medida de los exitosos “éxodos por la democracia” de Andrés Manuel, debutó en la política el hoy secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, quien renuncia al PRI en 2001, se allega a López Obrador hasta llegar a convertirse en el político más cercano al hoy presidente de la república, el de su mayor confianza, lo cual lo hace un posible sucesor de AMLO en Palacio Nacional.
No es, por lo tanto, ninguna circunstancia extravagante que la columna vertebral del gobierno de Tabasco, al cual renunció Adán Augusto para integrarse al gabinete presidencial, se integre por funcionarios que conformaron, así mismo, el eje del gobierno de Gurría, como Enrique Priego, Jaime Lastra y Hernán Bermúdez, entre otros…

EN BANDEJA DE PLATA…
Bien, en marzo de 1992, luego de instalar los consejos municipales en Cárdenas, Macuspana y Jalpa de Méndez, AMLO se queda un poco menos que ocioso, sin desafió inmediato al frente.
Pero, como decíamos, político sin suerte es político sin gracia, y he aquí que, por esas fechas, en una de las numerosas reestructuraciones administrativas de su historia, PEMEX decidió despedir a miles de trabajadores eventuales de la región sur, que comprende el sur de Veracruz, Tabasco y Campeche.
Por supuesto, los petroleros despedidos protestaron en masa.
Pero eran protestas espontáneas e inarticuladas, sin un eje orgánico y desmembradas.
Así, la fortuna le ofrecía a Obrador, en bandeja de plata, una bandera y una multitud enardecida, pero sin organización y sin liderazgo.
Podríase decir que, en un instante, AMLO se convirtió en el adalid de esos miles de trabajadores petroleros.
Habida cuenta del reciente éxodo por la democracia, Andrés Manuel no tuvo que batallar para convencer a los petroleros que debían marchar sobre la metrópoli.
No tardos ni perezosos emprendieron la marcha.
Llegaron petroleros de Campeche y arrancaron de Villahermosa.
En el camino se les fueron uniendo contingentes numerosos en Agua Dulce, Coatzacoalcos y Minatitlán.
El entonces gobernador de Veracruz, Dante Delgado, interesado en que el problema petrolero no se le convirtiera en una calamidad estatal, no sólo facilitó la marcha de la procesión encabezada por Obrador, sino que incluso les proporciono muy estimables apoyos logísticos y materiales…

NOCHE DE LUNA EN EL ZÓCALO…
Llegaron a México, ocuparon el zócalo, y el gobierno de Salinas no tuvo más remedio que negociar con AMLO para que sus huestes levantaran su campamento frente a Palacio Nacional.
Por parte del gobierno federal, la negociación la encabezó Manuel Camacho, pero la mayor parte del procedimiento corrió a cargo de Marcelo Ebrard, a la sazón secretario del gobierno del D.F.
De allá viene la relación ente AMLO y Marcelo.
Sin resolver del todo el asunto, Andrés Manuel logró no obstante una considerable “indemnización por cansancio y desgaste”, que en los hechos significó varios miles de pesos para cada petrolero.
Sin embargo, lo más importante, es que el “éxodo de petroleros”, ocupó, durante semanas, el espacio principal en los periódicos, en la radio y la TV, confirmando al tabasqueño como una naciente y muy llamativa nueva figura de la política nacional.
AMLO ya negociaba de tú a tú con el gobierno federal.
(Fue en ese plantón en el zócalo, cuando, en una noche con la luna llena esplendiendo sobre las torres de catedral, López Obrador se soñó, por vez primera, presidente de México. Ahí mismo, esa misma noche, tomó la determinación que, en caso de que el sueño se tornara realidad, él no viviría en Pinos, sino que lo haría en Palacio Nacional).
Pero el problema petrolero, insistimos, no estaba resuelto, ni mucho menos.
Ahí encontró AMLO una mina de oro.
A su regreso a Tabasco no sólo siguió encabezando las demandas de los despedidos, sino que se involucró a fondo con las reclamaciones de los campesinos tabasqueños por las afectaciones y la contaminación que PEMEX causaba en sus parcelas.
Un asunto que Andrés Manuel conocía muy bien, y que a partir de ese momento convirtió en una más de sus enseñas de lucha.
A su frente se abría un amplio horizonte, sumamente fértil para el crecimiento de su liderazgo…

UN DILUVIO DE DINERO…
AMLO organizó de manera coherente las demandas de los campesinos tabasqueños, principalmente en la región de la Chontalpa, y, cuando hubo que tomar pozos petroleros productivos como recurso para presionar al gobierno federal por soluciones, Obrador no dudó en ponerse al frente de sus huestes y recibir alguno de los garrotazos con que, “las fuerzas del orden”, reprimían a los demandantes.
Otro triunfo.
El movimiento creció hasta obligar al titular de la SEDESOL, Luis Donaldo Colosio, a buscar una solución inmediata y determinante al asunto.
Colosio era ya el candidato presidencial de Salinas de Gortari, pero sabía muy bien que si un problema de las dimensiones del conflicto de los campesinos tabasqueños con PEMEX, se salía de madre, ello podría ser motivo de que el Gran Elector cambiara de opinión y lo desechara como su delfín.
De manera que hubo arreglo.
El gobierno federal asumió indemnizar a los demandantes por afectaciones de PEMEX a sus tierras, y destinó una colosal suma de dinero para el efecto.
Fueron decenas de miles de campesinos y pequeños propietarios beneficiados.
Llovieron sobre la Chontalpa tabasqueña diluvios de dinero.
Por cierto, por parte del gobierno estatal de Manuel Gurría, el encargado de palomear el registro de afectados para su consecuente pago, fue el entonces subsecretario de gobierno, Adán Augusto López Hernández.
Por parte del gobierno federal los operadores de lo que se llamó la “CIAR 100”, fueron Manuel Silva y Noe Pascasio.
Quien esto escribe, nunca en su vida vio ni volvió a ver un diluvio de dinero como como el vertido por esa nube portentosa que fue la CIAR 100…

LA ESTRELLA ASCENDENTE…
Naturalmente, el liderazgo de AMLO creció y se fortificó.
Los éxodos por la democracia y de los trabajadores petroleros lo habían ya posicionado como un líder político y social de envergadura nacional, aunque, seguía siendo más que nada una figura de dimensiones regionales.
Sin embargo, ya preocupaba al gobierno federal.
Y en esas instancias llegaron las elecciones tabasqueñas de 1994.
AMLO era, fuera de toda discusión, el candidato del PRD a la gubernatura.
Cuauhtémoc Cárdenas acababa de perder la elección presidencial.
Su liderazgo político en el PRD en particular y en las izquierdas del país, empezaba a debilitarse.
La estrella del tabasqueño ascendía en el horizonte…
(Continua)

“Un hombre parece tener más carácter cuando sigue su temperamento que cuando sigue sus principios”.
F. Nietzsche.

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