Mascarriel
*AMLO: hoy, debut mundial… *Adán Augusto: mejor, imposible… “Juntos haremos historia”, tal fue su proclama. Mario Ibarra mibarra17@hotmail.com Ya empezaron; y a tambor batiente. ¿Empezaron, kemo sabi? No: empezó AMLO, porque resume y es todo lo que, nominalmente, está detrás de él: MORENA, la coalición “Juntos haremos historia” y los famosos 30 millones de votos. […]
29 de octubre de 2018

*AMLO: hoy, debut mundial…
*Adán Augusto: mejor, imposible…
“Juntos haremos historia”, tal fue su proclama.

Mario Ibarra
mibarra17@hotmail.com
Ya empezaron; y a tambor batiente. ¿Empezaron, kemo sabi? No: empezó AMLO, porque resume y es todo lo que, nominalmente, está detrás de él: MORENA, la coalición “Juntos haremos historia” y los famosos 30 millones de votos.

Legitimidad, credibilidad, confianza, fe de todos los suyos, mando republicano, oposición partidista en añicos (la suma de PAN, PRD y PRI es igual a cero), Congreso subordinado y…¡73% de aprobación en octubre!, (Enkoll.com): un inmenso poder…

El gran peligro de todo poder exorbitante es su propia desmesura.

Si ese poder lo detenta un individuo, y si no es un santo o un sabio, corre permanentemente el riesgo de incurrir en la omnisciencia y la omnipotencia del ego.

La teología judeocristiana considera esa tara sicológica como el pecado capital mayor: la soberbia.

“La soberbia no es grandeza sino hinchazón, y lo que está hinchado parece grande, pero no está sano”, apuntaba San Agustín.

“No entra en el paraíso aquel que tiene un gramo de soberbia”, se lee en el Islam.

Cuándo Zeus y su pléyade divina decidían castigar al héroe, lo enceguecían de soberbia, y, así, él mismo urdía su propia perdición.

Poder colosal y soberbia: dualidad maligna que genera entropía social, caos político y provoca catástrofes históricas.

Pluguiese a los dioses que tal simbiosis luciferina no embruje nunca al presidente López Obrador. El país lo pagaría muy caro y a la mayoría de los ciudadanos de a pie nos llevaría toditita la chingada…(que no sería el nombre de un rancho).

“Hacer historia…”
Y si “juntos vamos a hacer historia”, pues a lo que te truje, Chencha.

Histórico es -en el sentido de inédito en el México institucional-, que un presidente electo, aún no investido constitucionalmente, tome decisiones determinantes y de consecuencias de pronóstico reservado.

Histórica es la consulta ordenada por AMLO, porque, a decir de los que dicen que saben y que le echaron montón, fue “inconstitucional, patito, inducida”: Rafael Pérez Gay; fue “sesgada, parcial y sin representatividad”: J. Fernández Menéndez; “ambigua, confusa, no representativa”: Guillermo Valdés Castellanos; “precaria y difusa, polarizada, apresurada”: Roy Campos; “coja, en muchos sentidos, falsa”: Carlos Puig; “consulta partidaria, de MORENA y los suyos”: José Fonseca…

Y del mismo jaez podríamos citar cien más. ¿Y para qué? “Haiga sido como haiga sido”, ya fue.

El Ampayer…
Nada que ver con lo que mandata la constitución, pero AMLO ordenó que se hiciera como se hizo, y tan tan.

Que no es seria, ni profesional, ni representativa, ni objetiva, ni estricta, ni confiable para muchos, ese es otro asunto.

Obrador entra a las redes el viernes y, aceptando que la consulta tiene fallas, “es un proceso creíble y confiable”, concluye. Y aléguenle al ampáyer. Pero…

La consulta y toda su parafernalia son sólo el decorado de la fiesta; la decisión la tenía don Andrés desde antes; ¿cuánto tiempo antes?; no nos metamos en honduras…

“Hoy debut mundial hoy…”
A estas horas ya conocemos el resultado. La fiesta es hoy. Otro suceso históricamente inédito: la presentación mundial del presidente López Obrador, tomando una decisión presidencial un mes antes de cruzarse la banda tricolor; lo nunca visto.

Lo hace con bombo y platillos, con la atención de los mercados mundiales y con los reflectores de la opinión política internacional sobre su figura.

Y lo consuma muy a su estilo: “aquí estoy, así soy, y de tal manera voy a gobernar…”

Con la pompa reducida a dos palabras: “si va”; o “no va”; y asunto que terminó; se hace o ya no se hizo el Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Tan sencillo cómo eso…

“No pasa nada…”
¿De consecuencias impredecibles, en el caso del “no va…”?

El lunes pasado, a bordo del avión, un relajado Andrés Manuel enviaba, sonriente, el mensaje: “no va a pasar nada, ninguna crisis, tranquilos”.

El mismo lunes, se apuntaba en MASCARRIEL que AMLO tiene todo a su favor para realizar su quimera de figurar a la vera de Juárez, Madero y Cárdenas luego de hacer realidad la 4T.

Legitimidad, credibilidad y fe de los suyos, mando republicano sin traba alguna, Congreso a sus órdenes, finanzas controladas, acuerdo con USA y Canadá y un largo etcétera favorable. ¡Asaz de un 75 por ciento de aprobación pública…!

Pero ese “todo a su favor”, debe corregirse por un “casi todo…”

A don Andrés le falta algo imprescindible: la confianza del sector empresarial interno y de los mercados financieros nacionales e internacionales, con su consecuente ventaja: el flujo de capitales e inversiones al país; o sea: le falta la lana, nada menos…

Y para la 4T se necesita lana, lana y más lana.

Si hoy dice SÍ al NAIM, habrá dado un paso decisivo en su proyecto de nación; si el no es NO, probablemente habrá problemas; y posiblemente graves.

No en automático, no mañana, pero hacia la mitad del sexenio la realidad le pasará facturas y el entorno se le dificultará en medio de una economía mundial estancada y a la baja, como sin duda se verá…

De por sí AMLO ha puesto la vara altísima; con lana escasa y cara, pues más cañón va estar…

El nombre del juego…
La consulta que lo faculta para tomar la decisión que mejor le parezca se efectuó el pasado 1 de julio, y la ganó AMLO con más de 30 millones a su favor, se argumenta, razonablemente, en su beneficio.

Pero el nombre del juego es otro, y Andrés Manuel lo ha manejado con su habilidad característica.

El asunto del NAIM le vino como anillo al dedo y lo utiliza magistralmente.

El propósito es dejar establecido y claro quien manda y cómo manda; que las reglas son otras; que no se aceptan presiones, jaloneos, chantajes o directrices de ningún tipo; que el suyo es OTRO régimen.

“Manotazo sobre la mesa”, se le llama.

Con o sin NAIM, eso quedará nítidamente asentado; y de tal jaez será la impronta del sexenio…

Cuento chino…
A los mexicanos de a pie, la gran mayoría, les vale gorro el aeropuerto. No vuelan ni volarán. No saben lo que significa ni les importa.

Santa Lucía no es opción real; es un cuento chino de los ingenieros Rioboó y Jiménez Espriú. Al tiempo.

La decisión que tome AMLO, la que sea, no le restará ni una milésima de ese 74% de aprobación que hoy tiene.

Él lo sabe: “no pasa nada”, sostiene.

MASCARRIEL hace votos, sinceros, para que sus dioses lo asistan y se incline por la opción mejor para México y, por ende, para él mismo…

Asesores chafas…
Antes de saberse la suerte del NAIM, dos de las principales calificadoras, Moddy`s y Fitch, ya arrimaron las castañas al fuego. Fitch bajó la calificación de deuda de Pemex y ambas advirtieron que la de riesgo-país de México puede correr la misma suerte.

AMLO se enojó con Fitch y le pidió que se hiciera “responsable” de haber apoyado la reforma energética “que no ha producido ni un barril de crudo”.

Aquí, sus asesores, supuestamente especialistas en la materia, le están fallando a don Andrés.

De reformas como la educativa y la energética hay que esperar resultados tangibles al mediano y largo plazo.

20 años –una generación-, en el caso de la reforma educativa; de cinco a diez años, en lo concerniente a la reforma energética.

En la industria petrolera mundial, de la localización del punto de perforación del poso, a la producción del primer barril de crudo, el tiempo promedio necesario es de 1 mil 500 días; cuatro años.

Es evidente que, sobre el tema, sus asesores no han informado suficientemente, y bien, al presidente electo…

Hechos y calificaciones…
Las calificadoras tasan hechos y elaboran proyecciones a partir de ellos.

No se les puede pedir corresponsabilidad por decisiones de otros.

A los mercados les alertó la designación de Octavio Romero como director de Pemex; el precio de los bonos de deuda de la empresa subieron y eso a Pemex ya le costó 500 millones de dólares; eso es un hecho.

Ahora la petrolera tendrá que pagar intereses más altos cuando salga a conseguir dinero; eso es un hecho.

Por ello es inconsecuente pedirle a una calificadora responsabilidad por hechos que son resultado de las decisiones de otros: gobiernos, gobernantes, empresas.

La calificadora gradúa riesgos aplicando categorías, guarismos y criterios del movimiento de capital en los mercados financieros internacionales.

En esa órbita se mueve México, y con esos parámetros nos miden. Buenos o no, esos son los hechos…

PD 1: Periodistas y medios critican a AMLO, él critica a medios y periodistas. Muy bien. Se vale. La libertad de expresión es de ida y vuelta. Y nadie es dueño de la verdad.

PD 2: Polemizar con periodistas es admitirlos como interlocutores, así sea de rebote. Claro, de ahí a reconocer, de ambas partes, las razones del otro, hay distancia.

Aires del trópico…
Estaba Adán Augusto votando en la consulta y le rodeó la troupe de reporteros, informan los corresponsales de MASCARRIEL. Les dio carnita para los titulares del viernes. El crédito de 6 mil 800 millones de pesos está prácticamente en la bolsa. Dos aspectos sobresalientes: el próximo gobierno arranca con el acelerador a fondo con su gasto de inversión prácticamente desde enero. Muy bien. Como es gasto de inversión en proyectos de infraestructura y desarrollo para los cuales la federación destina partidas específicas y etiquetadas, esos casi 7 mil millones podrían multiplicare por 3 y llegar a 21 mil millones de pesos. Más que bien. La deuda pública estatal de corto plazo, 3 mil 300 millones, es perfectamente manejable. Los primeros proyectos como plantas potabilizadoras, de tratamiento, inversión en salud y desarrollo arrancarán de inmediato.

No es exagerado decir que Adán inicia su gobierno en condiciones tan favorables como ningún otro mandatario estatal antes que él. De ese tamaño. Tiene su destino –político- en sus manos. Y el propósito de AMLO de que sea el mejor gobernador del país. Mejor, imposible…

Vera incessu patit dea; virtus post nummus.

Virgilio.

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