Mascarriel
*Con fiebre de tapadismo, AMLO cumple la primera mitad de su sexenio… *Muestra “patas para gallo” el secretario de gobernación… Mario Ibarra Por supuesto que todo partido dominante aspira, quiere, desea, procura que los partidos de oposición no le signifiquen un problema mayor ni para gobernar ni para permanecer en el poder. Eso aquí y […]
4 de octubre de 2021

*Con fiebre de tapadismo, AMLO cumple la primera mitad de su sexenio…
*Muestra “patas para gallo” el secretario de gobernación…

Mario Ibarra
Por supuesto que todo partido dominante aspira, quiere, desea, procura que los partidos de oposición no le signifiquen un problema mayor ni para gobernar ni para permanecer en el poder. Eso aquí y en China.
Hablamos, claro, de regímenes que se quieren democráticos, que se dicen democráticos, que se fingen democráticos y, también, faltaba más, de regímenes genuinamente democráticos.
La regla funciona igual para todos: debilitar lo más posible a la oposición partidista equivale a permanecer en el poder.
Aquí en México tenemos un ejemplo relevante a nivel mundial de un régimen que no tuvo oposición real desde que arribó al poder en 1917 con la presidencia legítima de Venustiano Carranza hasta que, en 1988, ese régimen tuvo que hacer un fraude monumental para que su candidato presidencial, Carlos Salinas de Gortari, se cruzara la banda tricolor el 1 de diciembre de ese año.
(Por supuesto, no se trata de menospreciar las canalladas del régimen contra José Vasconcelos en 1928, contra Juan Andrew Almazán en 1940, contra Ezequiel Padilla en 1946 y contra Miguel Henríquez Guzmán en 1952 … Pero se trataba de miembros disidentes de la familia revolucionaria … “gusanos de la misma guayaba”, como diría el Alazán Tostado)
El régimen posrevolucionario tuvo en el PRI-Gobierno diseñado con indudable ingenio y talento por Lázaro Cárdenas, un modelo de aparato de Estado, de gobierno y de partido, originalísimo, único en el mundo.
O sea: el PRI -ese PRI cuyo esplendor duró de 1940 a 1990, encontró la fórmula mágica y mexicanísima de no ser una dictadura, pero de ejercer el poder dictatorialmente y de no ser una democracia, pero presentarse ante el mudo entero como un régimen democrático … ¡y ser reconocido como tal!
Había elecciones “democráticas” cada tres y cada seis años, y todos contentos.

EL SANTUARIO MEXICANO…
¿Qué siempre ganaba el PRI?
Bueno, era “decisión del pueblo mediante el voto libre y secreto”.
Y allá por los años 70 y 80, México era el adalid latinoamericano de la democracia, era un santuario para los refugiados políticos que huían de las dictaduras sudamericanas y era un severo crítico de esos regímenes militares.
Bien visto, ese es un logro del ingenio de la política mexicana ante el mundo: luminoso farol de la calle y oscuridad en su casa.
El PRI-Gobierno que murió a manos de López Portillo y enterró Miguel de la Madrid supo siempre de qué iba eso de los de los partidos de oposición: en tanto existieran virtualmente, participaran en las elecciones y se conformaran con dos o tres diputados de partido (después vinieron los plurinominales) no había problema.
El problema surgió cuando la semilla democrática sembrada en 1968 fructificó en 1988.
Ahí sí, el sistema PRI-gobierno no dio para más, tuvo que abrirse al juego democrático verdadero y 12 años después lo echaron a patadas de Los Pinos (aunque no del poder) …

ADELANTANDO EL RELOJ…
Pero esa es otra historia.
Volvamos a nuestro tema: todo partido en el poder quiere debilitar a la oposición y seguir siendo gobierno.
Ese es un principio elemental para el funcionamiento del sistema democrático de partidos inventado hace casi dos siglos y medio.
Bueno, el asunto es que aquí estamos: México, octubre del 2021, y la efervescencia política es tal que pareciera que adelantamos el reloj dos años y que viviéramos los prolegómenos del destape presidencial que se dará a finales del 2023.
La semana pasada tuvo esa temperatura, esa intensidad: se sentía en el ambiente ese aire henchido que se respira cuando el dedo de oro está a punto de señalar quién es el sucesor del monarca sexenal.
Los “chavos” de 40 años que empezaron a votar en el 2000, seguramente no saben a qué me refiero.
Se trata de una especie de vibración etérea, de una emoción expósita e indefinible pero cierta, perceptible, tangible casi, que la sociedad política disfrutaba en los días previos a uno de los momentos clave del sistema PRI-gobierno: el del ritual numénico del destape.
Aquí en la ciudad de México, esa atmósfera la percibimos muchos (lo comenté con algunos) de quienes guardamos la experiencia de los tiempos del tapadismo …

EL NEOTAPADISMO…
Ahora bien ¿Por qué?
El último tapado destapado fue Luis Donaldo Colosio en 1993.
De ahí para acá, con la declinación y caída del régimen priísta, el que fuera tan importante ritual, había desaparecido.
¿Entonces?
Bueno, es lo que tratamos de explicar.
¿Existe el ambiente el tapadismo?
Sin duda existe.
¿Por qué?
Porque hoy tenemos un presidente de la república que concentra un poder igual o superior al que detentaban los presidentes priistas.
El poder de AMLO se asemeja al de un Miguel Alemán, un López Mateos o un Luis Echeverría, por poner ejemplos.
AMLO es fundador y guía pontificial de SU partido.
Es un Comandante Supremo muy estimado por la Marina y el Ejército.
Es un jefe de gobierno que ejerce el poder como lo hacían sus antecesores priístas arriba mencionados: sin cortapisas y sin contrapesos.
Y, para completar el cuadro, no hay duda de que él designará al candidato o candidata del MoReNa a la presidencia de la república.
Eso explica lo del neotapadismo…

LA SUCESIÓN ADELANTADA…
¿Qué sucedió la semana pasada, perceptible sobre todo aquí, en CDMX?
Sucede que, incomprensiblemente, Andrés Manuel decidió adelantar sus tiempos políticos.
Saliendo de las elecciones intermedias del pasado junio, inopinadamente y para sorpresa general, dio el banderazo para la carrera presidencial al interior del MoReNa.
Con ello, el tabasqueño inauguraba una nueva era del tapadismo rompiendo una de las normas esenciales del ritual priísta: poner a los aspirantes en el escenario obligándolos a manifestarse y a moverse.
(Antes, al contrario, el que se movía no salía en la foto).
Pero ante el banderazo presidencial, no solo se ponen en marcha los tapados y sus respectivos equipos: en automático se involucran las huestes del MoReNa, los gobernadores y sus estados, los partidos de oposición, la clase política en su conjunto, las organizaciones civiles y ciudadanas, la iniciativa privada organizada, los medios informativos en masa y la república entera.
Lo cierto es que, en esta hora en que los temas deberían ser otros, al menos la semana pasada el tema de la sucesión presidencial se vivió y se sintió como si el destape fuera mañana…

EL JEFE DEL GABINETE…
Empezamos con la foto del aún flamante secretario de gobernación, Adán Augusto, con Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal a sus flancos.
La reunión la convocó, por supuesto, Adán Augusto, y sin agenda establecida.
No era necesario.
Poco o nada tienen que ver las ocupaciones de la Sheinbaum gobernado CDMX y de Monreal como responsable ante AMLO de lo que suceda en el Senado.
En lo que va del gobierno de la 4T no se habían reunido.
La cita fue, pues, para la foto.
¿Y qué decía la foto mensaje?
1.Que el nuevo titular de la SEGOB es, como antaño, el jefe del gabinete.
2.Que las reglas de la sucesión las pone el Presidente y las ejecuta Adán Augusto. Y
3.para las graderías, el mensaje fue que todo está bajo control y todos bajo acuerdo.
Pues sí; pero para las tribunas, la foto fue tapadismo puro, pues ahí estaban, entrelazados y sonriendo, tres posibles sucesores de López Obrador…

“NO SE HAGAN BOLAS…”
Al otro día, AMLO recorre varias delegaciones de CDMX con Claudia Sheinbaum.
Varias veces le alza el brazo como en señal de victoria, la apapacha, le obsequia elogios numerosos, le apunta con el dedo índice.
“Ella es la buena”, es la interpretación de la mayoría en la prensa especuladora.
(Alguien se acordó del “no se hagan bolas, es Colosio” de Carlos Salinas).
Pero por su lado, Ricardo Monreal no se queda ni quieto ni callado: se
revienta una gira mediática por cuatro o cinco de los espacios políticos más importantes en radio y tv, dejando como impronta un mensaje enigmático para algunos, nada ambiguo para otros: “si no voy por MoReNa, iré por MoReNa”.
En tanto, Ebrard aprovechando eficazmente el foro y la proyección de su cancillería.
Por supuesto, el ambiente político se intensifica a grados tales que, a profesionales del periodismo político como este reportero y varios de sus colegas contemporáneos, nos recordó los tiempos del antiguo régimen cuando el destape era inminente…

EL QUERER Y EL PODER…
¿Pero de qué tapadismo hablamos en estos tiempos de la 4T?
Bueno, de un tapadismo siglo XXI, pongámoslo así.
En el antiguo régimen, todo mundo sabía el nombre de los tapados.
El enigma, la expectativa y la emoción estaba en saber por quien se decantaría el dedo de oro.
Muchas veces el nuevo ungido estaba cantado.
Miguel Alemán, Díaz Ordaz, Luis Echeverría son ejemplos de ellos.
En otras ocasiones hubo sorpresas: Ruiz Cortínez, López Mateos, López Portillo.
¿Dónde residen ahora la emoción y el enigma y el suspenso?
El Presidente hace todo lo necesario para enterarnos y convencernos que ya decidió, que Claudia Sheinbaum es su candidata.
Pues sí; pero una cosa es querer y otra es poder.
De aquí a finales del 2023 muchas cosas pueden suceder.
Mejor dicho: muchas cosas van a suceder.
Por ello, la semana pasada, el propio AMLO se congratuló de que tanto Adán Augusto como Monreal y Marcelo, tengan los tamaños, las cualidades y la experiencia para aspirar, para ser buenos candidatos y buenos gobernantes.
Todo ello dicho en un lenguaje que recuerda la jerga del tapadismo de los años setenta…

“PATAS PARA GALLO…”
Por cierto, y sin abandonar el tema, ha menester consignar la exitosa primera aparición estelar, por decirlo de algún modo, del secretario de gobernación en el Senado.
La libró muy bien. Dio la impresión de cumplir con un evento de rutina.
Tranquilo, respondió a todas las preguntas con tino y claridad.
“Mostró patas para gallo”, comentó el Decano de nuestra mesa de los viernes, quien señaló que una de las más arduas tareas de Adán Augusto será meter en orden y ponerlos a solfear bajo su batuta a la casi veintena de gobernadores que tendrá MoReNa en esta la segunda parte del sexenio.
Tradicionalmente, los gobernadores juegan su baza por el candidato de su preferencia.
Adán Augusto debe convencerlos de abstenerse en esta ocasión.
En asunto es que, a quererlo o no, el secretario de gobernación es también uno de los tapados…
“Dicho sea -dijo nuestro Decano- en el día en que el Presidente Obrador esta cumpliendo la mitad de su sexenio, hoy jueves 30 de septiembre de 2021…”

“En política, lo importante es evitar los obstáculos de la coherencia y el lastre de los principios”.
Benito Mussolini

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