*El movimiento perpetuo de la 4T y las deducciones peligrosas…
*El final del PRI y su migración al MoReNa…

Mario Ibarra
“La mejor política exterior es la buena política interior”, no es sólo una frase del Presidente Obrador, es un lema.

Y lo mejor de esta fórmula es que se puede aplicar al revés: “la mejor política interior es la buena política exterior” … ¡Y funciona igual!

O sea: sobre la reciente reunión de la CELAC en nuestro país, sobre su patrocinio, costo y usufructo político, que corrieron a cargo del gobierno autollamado de la 4T, ha menester un análisis de fondo.

Si no estudiamos las motivaciones y los propósitos de AMLO en el diseño de esta reunión, nos quedaríamos como la mayoría de la comentocracia y de la llamada opinión pública: en Babia: sin entender nada o casi nada.

Mucho hemos insistido en este espacio de Rumbo Nuevo sobre el tema: la gran ventaja de AMLO sobre sus adversarios es que, luego de 30 años de luchas políticas, no logran aún penetrar en la mecánica mental del tabasqueño, en la lógica / ilógica de sus estrategias políticas y de su ejercicio del poder.

Durante 8 días no se habló de otra cosa más que de la reunión de la CELAC y los objetivos que buscó con ella López Obrador, pero, a fe nuestra, pocos, muy pocos han logrado captar los que este perseguía al inmediato, corto, mediano y largo plazo con su verificación…

LAS DEDUCCIONES PEREGRINAS…
La comentocracia caviló:

• “Que Obrador quiso emular a Luis Echeverría, quien por allá por los setentas quiso erigirse en líder global del Tercer Mundo…
• “Que muerto Fidel Castro, el tabasqueño busca hacerse del liderazgo de las izquierdas latinoamericanas…
• “Que proponer la desaparición de la OEA es una toma de posición ‘soberana e independiente’ ante USA … ‘a fin de presionarlo…’
• “Que buscar la creación de un organismo de los países de Latinoamérica y del Caribe a semejanza de la Unión Europea es una intentona de ponerse la casaca de Simón Bolívar…
• “Que de hecho ya AMLO se resolvió a seguir la ruta de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Perú y que su apuesta para el 2024 va por ahí…
• “Que … Para qué le seguimos. La lluvia de deducciones, interpretaciones, conclusiones y demás sobre los motivos y los propósitos de AMLO respecto a la CELAC, desde las más sensatas hasta las más peregrinas, da para todos los gustos, pero ninguna le pega al clavo…

UNA CELAC “A LA EUROPEA…”
Toda jugada política de AMLO de largo aliento lleva propósitos de efecto inmediato, pero también persigue objetivos a los plazos corto, mediano y largo.
Si alguien sabe con claridad que, pensar en que la CELAC podría aspirar a convertirse un día en algo similar a la Unión Europea, es pensar quiméricamente en la más imposible de las quimeras, ese alguien es AMLO.
Pero, agitar el sueño bolivariano como uno más de los pendones de la reunión de la CELAC en México, será aplaudido por las izquierdas y los sectores progresistas del subcontinente, de tal suerte que sería un desperdicio no hacerlo.
Y muy pocos como AMLO para sacarle plusvalía política a las causas que están arraigadas en el imaginario popular de Latinoamérica desde hace 200 años, como es el caso…

“NI EN 200 AÑOS…”
Que después de la segunda guerra mundial y hasta los años noventa, México mantuvo algo parecido a un liderazgo político y, digamos “ético” en Latinoamérica, pues sí, pero aquel fue otro tiempo y América Latina era otro mundo.
Si pensar en unificar a un conglomerado orgánico de naciones tan distintas, distantes, divergentes y hasta confrontadas como las de la CELAC, es algo quimérico, buscar un liderazgo personal sobre ese enjambre sería algo insensato.
Nadie que conozca con cierta amplitud y detalle la historia latinoamericana y del Caribe luego de sus guerras de independencia a la fecha, puede albergar la más mínima ilusión respecto a esa imposible unión integral y orgánica, política, económica y cultural de los países integrantes de la CELAC.
Ni en otros 200 años.
Eso AMLO lo sabe perfectamente.
Por lo tanto, para nada que el tabasqueño ande queriendo ser el adalid de las Américas…

LAS CLAVES PARA EL 2024…
No. La reunión de la CELAC en Tenochtitlan ha sido, antes que nada, un evento de Política Interior.
Y para mejor entenderla debemos proyectarla dentro del marco del 2024.
López Obrador está convencido -y con razón- que para dejar en Palacio a Claudia -o a quien las circunstancias le señalen: Adán Augusto, Marcelo o Monreal-, debe trabajar para repetir la cifra del 2018: 30 millones de votos para el MoReNa.
Misión que muchos juzgarían hoy imposible, pero no el tabasqueño.
Para ello hay una sola clave: que en julio del 2024 el liderazgo de AMLO sobre sus huestes sea mayor y más sólido que nunca.
Y en base a ese liderazgo, jalarse la mayor porción posible del voto apartidista, que es el 35% del total.
Para las bases obradoristas, verlo proyectarse como líder continental y, de alguna manera, en actitud retadora frente a USA al hacer causa común con Cuba, Nicaragua y Venezuela, es verlo crecer en dos sentidos: hacia el mundo y en sus corazones.
Ese mismo efecto persigue Andrés Manuel sobre los indecisos y los apartidistas.
“La mejor política exterior es la buena política interior…”
Y viceversa…

EL MOVIMIENTO Y SU DISCURSO…
En nuestra última entrega reiteramos que el lopezobradorismo, que como gobierno se bautizó como la 4T, esencialmente es un movimiento.
Y como tal no puede parar ni un instante.
Si se detiene fenece.
Y este movimiento precisa de verse reflejado a sí mismo en los escenarios más llamativos que se pueda.
Requiere de la escenificación constante para desde ahí proyectarse, irradiar y al mismo tiempo auto alimentarse.
Es una dinámica incesante.
La mañaneras son, por supuesto, el mejor ejemplo de lo anterior.
Un movimiento de la naturaleza del lopezobradorismo reclama incansablemente la creación de símbolos, de signos, de señales que alimenten en sus huestes la certeza de que efectivamente se camina de un pasado execrable y casi demoniaco hacia un futuro promisorio de bonanza y fraternidad.
Como los humanos el oxígeno, así el cuatroteismo necesita de la escenificación permanente, de la auto representación incesante, la reiteración sistemática en las que se mantienen vivas las llamas de la esperanza en la 4T y la fe en el cambio.
(Que algunos las utilicen para el ejercicio del resentimiento y las ansias de revancha, es otro asunto).
En fin, eventos como el de la reunión de la CELAC le vienen ‘como anillo al dedo’ a la dinámica de la 4T, reafirman la credibilidad de sus partidarios y, por contraste, empequeñecen a la oposición partidista.
Todo, las mañaneras, la política externa, las giras de fin de semana, la política asistencial, todo conforma ese discurso del cambio y del movimiento hacia adelante, todos son símbolos que mantienen cohesionado y con la ilusión en alto al movimiento.
La reunión de la CELAC ya pasó, pero ya rindió lo que el diseño de AMLO esperaba que rindiera.
Que es de lo que se trataba…

EL MOVIMIENTO PERPETUO…
En el mismo orden de ideas, le contábamos a usted que lo de la revocación de mandato, será en realidad una ratificación de mandato.
Y la importancia que el Presidente y su partido el MoReNa le han dado al asunto, es de la misma dimensión y se ubica en el mismo contexto que la reunión de la CELAC: el 2024.
Se lo adelantamos en pasada entrega: de la mano de Mario Delgado, MoReNa ya inició sus trabajos de coordinación con los gobernadores de su partido, con sus cientos de presidentes municipales, con sus comités estatales y distritales etcétera, para el plebiscito revocatorio.
Se crearán “comités ciudadanos” de cuadra, de colonia, de distrito electoral, para promover la participación masiva en la consulta … Como arranque y ensayo de la estrategia electoral para el 2024.
El movimiento perpetuo, pues.
La ventaja que van tomando AMLO, su gobierno y su partido rumbo a la elección presidencial, pareciera, a estas alturas, inalcanzable.
Y mucho más si volteamos a ver a la oposición … Y nomás no la vemos por ningún lado…

LA HISTORIA Y EL TRICOLOR …
Ahí está el PRI, por ejemplo.
Desde 1930 la historia de México ha estado ligada a la del PRI.
Sí, el partido que fundó Plutarco Elías Calles llamado el PNR, el partido que transformó Lázaro Cárdenas y se llamó PRM, el partido al que finalmente se “institucionalizó” para ser el PRI legendario en México y en el mundo, sí, ese partido y la historia de México son, desde hace 90 años, indistinguibles.
Bueno, un priísta de cepa, llamado Andrés Manuel López Obrador es hoy Presidente de la república.
(Ojo: AMLO condena y abomina al priísmo de la etapa llamada neoliberal, que va de 1982, con Miguel de la Madrid al 2018, con Peña Nieto -incluido el interregno de Fox y Calderón-, pero pone como paradigma de régimen al PRI de Lázaro Cárdenas -1934- a López Portillo -1982-).
En plena declinación -más bien agonía- y caída, el PRI sigue siendo factor en la historia del país.
Por ejemplo, le acaba de ayudar al gobierno a sacar adelante sus recientes reformas de ley en el Congreso…

EL FINAL DEL PRI…
¿Desaparecerá el PRI del pospeñanietismo?
Es tema.
Lo que queda del PRI del neoliberalismo se debate ante un dilema que le será contundente: se alía con el MoReNa y se funde y se diluye en el lopezobradorismo y pasa a la historia, o se empeña en ser oposición.
Es claro que es la primera opción la que mejor les viene acomodando a los aun llamados tricolores.
Hoy es evidente que, en las pasadas elecciones, los exgobernadores priístas de Colima, Tlaxcala, Zacatecas, Sinaloa, Sonora, Campeche decidieron entregar sus feudos a la fuerza desatada del MoRena.
Haya sido motu propio para granjearse una jubilación tranquila y no ser investigados, haya sido mediante acuerdo tácito y manifiesto, es evidente que optaron por no ofrecerle resistencia real al avance de los guindas.
Lo del sinaloense Coppel, por ejemplo, fue una alianza abierta, pero desde antes del 2018.
El oaxaqueño Murat es más cuatroteista que Mario Delgado.
Decisiones sin duda interesadas del dirigente priísta, Alejandro Moreno, le permitieron al MoRena ganar las gubernaturas de Puebla y de Campeche.
O sea: es claro que lo que queda del priísmo post Peña cada día se mimetiza más con la 4T y su partido.
Por donde se le vea, es otra victoria política que hay que apuntarle a López Obrador…

“El problema de hacer fiestas con enanos es que termina uno achaparrándose”.
Gonzalo N. Santos.