Mascarriel
Mario Ibarra Rumbo Nuevo *El día del Presidente y el regalote de los panistas… *Espectacular arranque de Adán Augusto en el Congreso… El día del informe es el día del Presidente. Esta modalidad la instauró Lázaro Cárdenas en 1936. La Constitución de 1824 estableció el mandato de que el Presidente, vía el Congreso, informara cada […]
6 de septiembre de 2021

Mario Ibarra
Rumbo Nuevo

*El día del Presidente y el regalote de los panistas…
*Espectacular arranque de Adán Augusto en el Congreso…

El día del informe es el día del Presidente.
Esta modalidad la instauró Lázaro Cárdenas en 1936.
La Constitución de 1824 estableció el mandato de que el Presidente, vía el Congreso, informara cada año del estado de cosas en la república. Nunca fue una preocupación mayor para los mandatarios, principalmente ocupados en evitar que alguna revuelta los quitara del poder.
Era un trámite insustancial e insignificante.
Benito Juárez nunca presentó un informe que no cupiera en 2 cuartillas.
Porfirio Díaz, en su informe de 1884, dio lectura a 10 cuartillas.
En 1910, en un texto de 14 páginas, informaba que México estaba mejor que nunca, que nuestro camino hacia el progreso, la paz, la modernidad y el bienestar general estaba más despejado y seguro que nunca.
Mjum…

EL TATA…
Venustiano Carranza restauró el protocolo de presentar el informe el primer día del periodo ordinario de sesiones del Congreso, pero sin darle mayor sustancia al asunto.
Fue Lázaro Cárdenas, el creador del presidencialismo mexicano y de la monarquía sexenal, quien convirtió el 1 de septiembre en El Día del Presidente.
En 1936 presentó un informe de 60 cuartillas, que fue transmitido por radio en Cadena Nacional.
Como había expulsado del país al jefe máximo; como había declarado la desaparición de poderes en 14 estados, como había realizado la mal llamada “expropiación petrolera”, como se había hecho del control de los poderes legislativo y judicial, como estaba creando las grandes centrales obreras y campesinas y estaba ya convertido en el “tata” de todos, la pleitesía generalizada, la celebración sin límites, la glorificación del Presidente en el día de su informe, se dio, digamos, de manera “natural”.
Ahí empezó todo.

“NI LOS VEO NI LOS OIGO…”
Los subsiguientes monarcas sexenales fueron agregándole mayor pompa, sofisticación, oropel, suntuosidad y relumbrón al ritual, de acuerdo a su temperamento, su talento y su estilo personal.
Miguel Alemán inauguró las transmisiones por TV en cadena nacional, añadiéndolas a las de la radio.
López Mateos cimbraba con su oratoria al Congreso…y al resto de los mexicanos.
Díaz Ordaz dijo el 1 de septiembre de 1968 que él era el único responsable de los sucesos del 2 de octubre, inevitables, señaló, “para salvar a la patria de las fuerzas oscuras internas” y de la conjura comunista internacional.
Luis Echeverría les recetaba a los mexicanos informes de 5 horas de duración.
López Portillo gustaba de gemir y lloriquear “en la más alta tribuna del país”, al grito de “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”.
Miguel de la Madrid fue el primer presidente interpelado desde las curules -el héroe fue el diputado Porfirio Muñoz Ledo.
Carlos Salinas el primero en recibir abucheos, silbidos y hasta mentadas, que le hacían lo que el viento a Juárez: “ni los veo ni los oigo”, decía.
Vicente Fox fue el último jefe del ejecutivo que rindió desde el atril del Congreso su informe de gobierno, en el 2005…

LA MULTITUD “ENTUSIASTA…”
Es una historia que debería enseñarse en las escuelas.
(Para que sepan de dónde venimos; para que nunca vuelva a repetirse).
El 1 de septiembre era El Día del Presidente, que era homenajeado, lambisconeado, exaltado, mimado y adulado de manera grotesca respecto a él y la institución que representaba y de forma ignominiosa, abyecta y vil respecto a sus aduladores.
Para empezar, era día feriado.
La radio y la TV empezaban sus transmisiones desde la casa presidencial con el tlatoani terminando de desayunar con su familia.
De ahí seguía una larga entrevista en vivo y en directo.
Salía de Pinos a Palacio en coche descubierto, a cruzarse la banda; de allí se dirigía al Congreso en el mismo coche, seguido por jóvenes y atléticos soldados de las guardias presidenciales; en las aceras, multitudes de burócratas, estudiantes de primaria y secundaria, sindicalistas y priístas previamente convocadas, aleccionadas, transportadas y situadas, vitoreaban y agitaban banderas al paso del carro presidencial, desde donde el monarca sexenal saludaba con majestad condescendiente a sus súbditos…

EL BESAMANOS EN PALACIO…
Al informe eran invitados los hombres más ricos, los más influyentes, los más poderosos (los más “machucones” diríase hoy), además, claro, del gabinete, todos los gobernadores, el ejército, la marina, la diplomacia acreditada et al.
Un pachangón.
El informe variaba de acuerdo al hombre y las circunstancias, pero lo que verdaderamente importaba era ver si rompía el récord vigente de interrupciones por aplausos.
(Obviamente, Luis Echeverría pensaba en ese récord al decidir aventarse un informe de más de 4 horas).
Terminaba todo con el llamado “saludo presidencial” (mucho mejor nombrado por la gente como “el besamanos”) en Palacio.
Allí, los cientos de invitados, más otros tantos que se les sumaban hasta contarse por miles, hacían cola para estrechar la mano del tlatoani, que después de la ceremonia, tenía que meter su saludadora e hinchada extremidad en agua fría por un buen rato…

FIN DE RITUAL…
Todo esto terminó, ‘a Dios gracias’, como decían nuestras abuelas.
Pero no: terminó gracias a la democracia que fue llegando poco a poco, hasta sacar al PRI de Pinos, rompiendo así con uno de los rituales fundamentales (bien visto, quizá el más importante) del régimen priísta inventado por Lázaro Cárdenas y cuyas formas, símbolos, idiosincrasia, subcultura, concepciones y mentalidad para entender la política y el mundo, siguen vigentes en buena medida (bueno, hasta don Lázaro aparece en logotipo del actual gobierno autollamado de la Cuarta Transformación) …

LAS MEJORES GALAS…
Como sea, para quienes venimos de aquellos tiempos, es reconfortante ver al Presidente López Obrador presentar su informe ante su gabinete y unos cuantos invitados.
Será la pandemia y lo que usted mande, pero el ritual del informe ha cambiado mucho y para bien.
Claro, no todo. Como todos sus antecesores, desde don Lázaro a la fecha, Andrés Manuel expuso los mejores números, las acciones más relevantes, los resultados más lucidores y las cifras más espectaculares que su gobierno pueda presumir.
O sea: el informe es el INFORME: el día en que el Presidente exhibe a su gobierno con sus mejores galas.
Que hay otras cifras, sin duda, como siempre.
Y acciones no tan exitosas, y números no tan alegres y resultados no tan halagüeños, sí, sin duda, como siempre…

RÉCORDS Y PONDERACIONES…
Por cierto, y esto es importante: cifras, números, estadísticas y resultados, no son invención del Presidente.
Es el gabinete y su aparato técnico de primer nivel quien nutre al mandatario de todo el material para el informe.
La información sobre las remesas las proporciona Banxico; en efecto, hay récord histórico en su monto.
El salario mínimo ha tenido un incremento real del 50% en estos 3 años. Récord meritorio.
El comportamiento del peso mexicano frente al dólar es el mejor de cualquier primer trienio desde 1995. AMLO tiene todo el derecho de presumirlo.
Ahora, sucede que desde hace 3 años el dólar americano tiende a la baja frente a las otras monedas fuertes del mundo: en ese periodo, perdió 4.1% de su valor ante el euro; 4.3% ante el dólar canadiense y 6.2 ante el yuan chino.
En el mismo lapso, el peso se ha revaluado apenas 1.8 frente al dólar americano. Pero algo es algo y no puede reprochársele al Presidente que pondere la chamba de Banxico…

LOS OTROS DATOS…
Pero también le dieron datos incorrectos; por ejemplo, los referentes a la deuda externa.
Al 30 de noviembre del 2018, la deuda externa del Estado mexicano era de 10.7 billones de pesos y equivalía al 46% del PIB nacional.
Según datos de Hacienda, al 30 de agosto pasado, la deuda externa es de 12.4 billones de pesos, equivalente al 50% del PIB.
O sea: sí hay crecimiento de la deuda (1.7 billones) y sí se ha incrementado su dimensión frente al PIB.
Otrosí: le hicieron decir la Presidente que el índice de la Bolsa Mexicana de Valores de diciembre del 2018 a agosto del 2021 había batido récord, con un alza de 27.7%.
Error: en el primer trienio de Fox la BMV creció 34%.
Otro: Dijo el Presidente que La Inversión Extranjera Directa del primer semestre de este año marcaba récord histórico.
Incorrecto: fue mayor la del primer semestre del 2020, con 24 mil millones de dólares.
Y el récord histórico corresponde al primer semestre del 2013, con 31 mil 500 MDD.
Esas fallas en el informe son detectadas de inmediato por los despachos financieros nacionales y extranjeros.
Y le reclaman al Presidente, cuando son los funcionarios de Hacienda, con Rogelio de la O a la cabeza, los responsables de la información falsa…

EL REGALAZO AZUL…
Pero bueno, AMLO tiene motivos suficientes para estar contento con su tercer informe.
¡Hasta un regalote le tenían preparo los panistas!
Hay panistas pendejos. Lo dicen ellos mismos, con Gustavo Madero al frente.
Dicen también que el coordinador de los senadores del PAN, Julen Rementería, sabe de (alta) política profesional lo que usted y yo sabemos de cálculo infinitesimal: nada.
Sucede que este cuate, en su ignorancia, contrató a dos “asesores” que son tan burros como él, pero más extremistas, radicales y fanáticos.
Uno se llama Luis Alberto Rosas; es un influencer tuitero radical de derecha y admirador de Santiago Abascal, dirigente del partido Vox, que intenta nada menos que restituir la dictadura franquista en España.
El otro asesor se llama Chistian Camacho, y es igualito -o peor- que Rosas.
Estos le recomendaron a Rementería que invitara al dirigente de Vox, que es un ultraderechista y xenófobo visto como una de las cabezas del renacimiento del fascismo y el nazismo en Europa. Nada menos.
Qué mejor regalo podía esperar AMLO: los panistas, con su coordinador en el Senado al frente, ratificando y reconfirmando todo lo que en MoReNa se les señala: que se pasan de conservadores, que son proto franquistas, proto nazis y proto fascistas.
Obvio, al otro día AMLO los hizo pedazos en su mañanera.

AIRES DEL TRÓPICO…
De campanillas la primera aparición estelar del flamante Secretario de Gobernación, Adán Augusto (A.A.) López Hernández.
Más de 20 minutos, entre abrazos, saludos efusivos y selfis a diestra y siniestra, le llevó llegar, de la entrada al recinto de la cámara de diputados hasta la tribuna.
Aparte de ser el primer titular de gobernación que lo hace en 13 años. Mejor, imposible.
“Arranque de potro fino”, dice la comentocracia del altiplano, que trata con palpable cortesía al ex gobernador tabasqueño.
Por falta de espacio dejamos para la próxima entrega la ruta de AA de aquí a fin de año…

“En política, decepcionarse en una forma de evaluar los hechos; la otra es entusiasmarse”. George Orwell.

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