Mascarriel
*Tercer informe: punto de inflexión y cambio de tiempos… *Adán Augusto: nuevas realidades, escenarios emergentes… Mario Ibarra “Lo verdaderamente importante es ser presidente de la república, pues desde la presidencia se decide todo: la vida del país; su poder es enorme…Y desde allí cambiar lo que haya que cambiar; los diputados y senadores están para […]
30 de agosto de 2021

*Tercer informe: punto de inflexión y cambio de tiempos…
*Adán Augusto: nuevas realidades, escenarios emergentes…

Mario Ibarra
“Lo verdaderamente importante es ser presidente de la república, pues desde la presidencia se decide todo: la vida del país; su poder es enorme…Y desde allí cambiar lo que haya que cambiar; los diputados y senadores están para apoyar todo lo que les enviemos…”
Esto lo dijo Andrés Manuel López Obrador a finales de octubre del 2006, en la tienda de campaña que era su cuartel general durante la ocupación del eje Zócalo – Reforma durante la segunda mitad de ese año.
Entre los presentes, un reducido grupo, se encontraban Alberto Pérez Mendoza, Nicolás Mollinedo, Jesús Zambrano y Jesús Sozamontes.
En esas 45 palabras se sintetiza, clara y contundentemente, la concepción que AMLO tiene de la presidencia, de su (aún) inmenso poder y de lo que él se proponía hacer con ese poder –“cambiar lo que haya que cambiar”.
No hay duda de que el paradigma del poder presidencial del tabasqueño es el de la llamada “monarquía sexenal”, cuyo esplendor duró de Lázaro Cárdenas a José López Portillo, periodo en el qué, el presidente mexicano en turno era sin duda un Tlatoani cuyo poder estaba muy cerca del absolutismo…

LA CONGRUENCIA…
En el encuadre que podríamos llamar “ideológico”, López Obrador es un hombre claro, sencillo y congruente.
Claro: lo que llamaríamos su “ideario político”, es diáfano, de una pieza y sin matices: se expresa en blanco y negro.
Sencillo: no hay retruécanos semiológicos ni mucho menos complejidades ideológicas en el discurso que expone ese ideario escueto y contundente: “ellos (los conservadores) y nosotros” (los cuatroteistas). El pasado (neoliberal) nefasto y corrupto y el futuro (cuatroteista) luminoso, justo y feliz, feliz, feliz…”
Congruente: el proyecto de régimen y todas las acciones emanadas desde la Presidencia están al mil por ciento aplicadas en hacer realidad ese ideario político.
Congruente: no hay más que releer lo escrito en 30 años por AMLO para ver que, lo que intenta hacer, estaba ya plasmado en los numerosos libros que ha firmado.
En ese sentido Andrés Manuel tiene razón: nunca ha tratado de engañar a nadie respecto a su proyecto político…

LA CONTRADICCIÓN…
Sigmund Freud sostuvo que el ser humano es una fractura viva: su deseo (sus sueños) de plenitud y eternidad y su colisión tremenda con la realidad precaria y mortal.
Toda empresa humana está marcada por esa contradicción: el choque entre la realidad y el deseo.
Mucho más si se trata de la creación de un nuevo régimen político.
Inevitablemente, el proyecto llamado “La Cuarta Transformación” tenía que colisionar con la realidad, como todos los que en la historia lo han precedido y como todos los que en el futuro impredecible le sucederán.
Pasado mañana, al rendir su tercer informe de gobierno, AMLO estará cumpliendo 3 años de concentrar el poder político en su persona, pues no hay que olvidar que, en los hechos, el tabasqueño empezó a gobernar el país el 1 de septiembre del 2018.
Le restarán 1 mil 126 días en el mando (el cual ejercerá a plenitud hasta el último minuto).
Está pues a la mitad del camino (recordar que su periodo concluye el 30 de septiembre del 2024).
Obrador es un animal político genuino: tiene perfectamente claro lo que pudo hacer y lo que ya no podrá hacer en su sexenio, no se engaña al respecto…

LA INDOMABLE REALIDAD…
Este miércoles 1 de septiembre se marca, pues, el punto de inflexión de la 4T.
Las transformaciones que no tienen cimiento hoy, ya no serán -no al menos en lo que resta del sexenio.
Cierto: mucho es lo que ha podido avanzar López Obrador, sobre todo en la concentración y potencialización del poder presidencial.
(Recordemos: “desde la presidencia se decide todo: la vida del país…”).
Para su proyecto de cambio de régimen, AMLO precisaba recuperar el poder incontestable y cuasiabsoluto de los monarcas sexenales del priato.
Lo ha logrado en gran medida: todo el aparato de gobierno, incluidos el poder legislativo y, en alguna medida, el poder judicial y los poderes fácticos se han adecuado a la impronta del poder presidencial.
Sin embargo, algo no ha embonado.
Ese algo es la realidad … siempre reacia, impredecible, indomable…

OTRO MUNDO OTRO TIEMPO…
El poder inmenso, incuestionable y tajante de un Miguel Alemán, un Adolfo López Mateos, un Luis Echeverría y un López Portillo se cumplía en otro México (un país casi autárquico y autócratamente gobernado); ese poder se ejercía en otro tiempo (los 50 años que han pasado desde López Portillo parecieran más que un siglo); era aquel otro mundo: el bipolar de la guerra fría. Un ejemplo: una realidad tan determinante para nosotros como el T-MEC era algo absolutamente impensable.
En aquel tiempo, en aquel mundo, en aquel México, el poder total de los presidentes mexicanos era como lo describía AMLO en aquella carpa levantada sobre la plancha del zócalo en el 2006: “enorme” y, efectivamente, “desde la presidencia se decidía todo, la vida entera del país”.
Pues bien, AMLO le devolvió a la presidencia ese enorme poder.
Y mucho es lo que ha hecho con él…

NÚMEROS CRÍTICOS…
Pero hay grandes vertientes de la realidad inconquistables para la 4T hasta el momento.
La economía es la primera, y de ella dependen todas las demás.
Los números en educación, en calidad y accesibilidad a la salud, en el combate a la pobreza, en creación de riqueza, en seguridad, en asesinatos dolosos, en feminicidios, en calidad del empleo, en pobreza alimentaria, en crecimiento energético, en competitividad, en inversión productiva, en inversión pública, en crecimiento económico y en un largo etcétera, los números son críticos, muy críticos.
Nada más para subrayar un elemento: “Sin resolver el problema de la violencia homicida y el crimen organizado no habrá 4T”, ha dicho el propio Presidente.
Lo dicho: AMLO no trata de engañarse a sí mismo. No podría…

“ALARGAR EL FUTURO…”
Tercer informe de gobierno. Punto de inflexión del sexenio.
A partir de ahora, se solidifica lo que se ha logrado (que no es poco) y se administra lo que está pendiente, demandante y, en algún caso, precario.
A partir de ahora los tiempos de la 4T son otros: ha menester “alargar el futuro”.
De ahí los ajustes en el gabinete y la revisión de estrategias.
Un mes atrás, AMLO instruyó a doña Olguita a que operara en el Congreso el asunto del periodo extraordinario para lo de la revocación de mandato.
Doña Olguita falló en el encargo y el ejecutivo apechugó un revés legislativo.
Y se le hizo claro el panorama al hombre de Palacio: tenía que adelantar los tiempos…y hacer ajustes estratégicos.
Lo de traer al gobernador tabasqueño, Adán Augusto López Hernández a la Secretaría de Gobierno, ya estaba decidido, tal y como se lo adelantamos a usted en este espacio de Rumbo Nuevo hace más de un mes, pero los tiempos no estaban aún definidos.
Luego de la debacle electoral del Morena en el CDMX, Ricardo Monreal estaba un tanto congelado: nomás no lo invitaban a desayunar a Palacio, a donde antes acudía una vez a la semana.
Le levantaron el castigo, desayunó de nuevo tamalitos de chipilín y le dieron instrucciones de acuerdo al ajuste de estrategias.
(Olvídese de que doña Olguita sea una cuña para Monreal, para nada).

HABRÁ SECRETARIO…
Y al entrar Adán Augusto al escenario, no sólo cambia el decorado, sino que se invierten algunos papeles y ciertos actores son reubicados en la trama de la obra.
Y cambian los tiempos, hay que subrayarlo.
Con Adán Augusto la Secretaría de Gobernación recupera su función elemental de control, operación y articulación política; es decir, el ex mandatario tabasqueño desempeña a partir a ahora un rol protagonista de primer orden.
Ya se vió que habrá necesidad de negociar con las oposiciones, pero, sobre todo, con los partidos satélites del MoReNa, especialmente con el PVEM.
Los verdes tienen en sus manos, con sus 40 diputados, la suerte que puedan correr las iniciativas de leyes secundarias y reformas constitucionales que envíe el ejecutivo.
Ahí Adán Augusto se las verá con dos políticos de su edad, ambiciosos, inteligentes y cabrones como son Arturo Escobar y Manuel Velazco, que son los mandones en el PVEM.
El flamante secretario de gobernación tendrá que articularse con el poder judicial, rediseñar la relación con los gobernadores tanto del MoReNa como los de oposición, en este caso, tendrá también necesariamente una relación directa con la Guardia Nacional y con el ejército y la marina, además de un larguísimo etcétera que ya iremos consignando…

NUEVO TABLERO…
El escenario de la sucesión presidencial se transforma con un nuevo tapado de peso completo: AA.
Por supuesto que, a partir de hoy, el político más cercano a López Obrador (“Adán es mi hermano”, ha dicho más de una vez AMLO allá en su Tabasco), será considerado por la comentocracia y por la clase política con tantas o incluso más probabilidades de ser candidato que la mismísima Claudia Sheinbaum.
Por su parte, tanto Marcelo Ebrard como Ricardo Monreal entienden con claridad que el tablero ha cambiado, y no precisamente a su favor.
Ambos están decididos a ser candidatos en el 2024, si no es por el MoReNa ya verán por quien, pero su objetivo principal será, hasta el día en que AMLO tome su decisión y apunte certero con su dedo de oro, convencerlo de que uno de ellos es el mejor candidato posible.
Pero, con una nueva Secretaría de Gobernación asumiendo su rol tradicional (“voy a la secretaría más importante del gobierno”, ha dicho AA), su titular será, sin duda, la figura más mediática y visible del gabinete y la más importante después del Presidente.
Coincidimos con la apreciación de Ciro Gómez Leyva sobre AA: será un gran apoyo para AMLO.
Y agregamos por nuestra parte: AA tiene la experiencia, el talento, la agudeza, la sensibilidad, la serenidad, la mesura y el gusto por la política que lo pueden llevar a un trabajo sobresaliente al frente de la SEGOB. Al tiempo…

AIRES DEL TRÓPICO…
Evidentemente, el Presidente se mostró muy respetuoso con el gobernador de Tabasco y dejó que este arreglara su separación (sólo física) del gobierno estatal conforme a su real saber y entender. Como debe ser.
Ya lo habíamos anticipado: desde la Segob, AA seguirá de facto siendo el gobernador y todo seguirá funcionando como si él estuviera aún en la Quinta Grijalva.
Al respecto, las primeras fotos “oficiales” del flamante gobernador provisional, Carlos Merino con el equipo compacto: Enrique Priego, Jaime Lastra y Emilio Contreras, es elocuente.
Por cierto, AA le entró de frente a uno de los principalísimos problemas de los tabasqueños: el transporte público urbano y suburbano.
Puso al frente de la Secretaría de Movilidad a Narciso Oropeza Andrade, de todas sus confianzas.
Un problema como el referido, no se resuelve en un sexenio, pero puede cimentarse su transformación.
Es lo que intentan en la dependencia de Oropeza Andrade.
La semana pasada salió inopinadamente nuestro viejo conocido Juan José Rodríguez Prats a pronosticar “el desastre al corto plazo” del proyecto de solución que acaban de echar a andar.
Le llovió a JJRP: de “aguafiestas”, “emisario del pasado” “ave de mal agüero”, “amargado y envidioso” no lo bajaron los defensores del proyecto llamado MOBITAB.
Me falta espacio. Le debo para la próxima entrega un análisis a fondo sobre este asunto…

“Pon las dosis exactas de ignorancia y estupidez y tendrás la fórmula infalible para el desastre”. Richard Ford

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