Mascarriel
*Hacia las elecciones más polarizadas desde 1910 *Tabasco: oposición le entrega Centro a MoReNa… Mario Ibarra Quien a estas alturas del partido quiera hacerla de profeta o de “saurín” (así decían los abuelos) respecto a los resultados de las elecciones del próximo 6 de junio, está condenado al fracaso y a lo que es peor: […]
12 de abril de 2021

*Hacia las elecciones más polarizadas desde 1910
*Tabasco: oposición le entrega Centro a MoReNa…

Mario Ibarra
Quien a estas alturas del partido quiera hacerla de profeta o de “saurín” (así decían los abuelos) respecto a los resultados de las elecciones del próximo 6 de junio, está condenado al fracaso y a lo que es peor: al ridículo.
Desde el punto de vista de la objetividad y la imparcialidad, a 54 días de la jornada comicial, lo impredecible y el suspenso dominan el horizonte electoral.
Esto lo tienen más que claro en Palacio Nacional, y quien más al pendiente de la situación está es el presidente López Obrador.
Y el que más se preocupa y se ocupa de la situación es, por supuesto, él mismo.
Todos sabemos por qué.
Este 6 de junio se juega el futuro de la 4T.
El 1 de julio del 2018 -se ha dicho hasta la saciedad-, una mayoría inobjetable votó por el cambio.
El hartazgo hizo explosión y la gente, hastiada y encabronada por las promesas incumplidas por los regímenes de la transición democrática y, sobre todo, por la corrupción, la injusticia, la inseguridad, la impunidad, la desigualdad y la pobreza, le compró en las urnas la oferta de cambio que Obrador les venía ofreciendo desde hacía 30 años.
Tuvo que competir 3 veces por la presidencia de la república para que esa gente, impulsada por las condiciones arriba apuntadas, se decidiera a darle la oportunidad a él a y su propuesta de transformación del país.
El próximo domingo 6 de junio, transcurridos 29 meses de su gobierno, la gente saldrá a votar no por la propuesta de cambio de la 4T -esa la compró en el 2018-, sino por la naturaleza, el carácter y los modos en que esa transformación se está manifestando.
Se votará por dos opciones: vamos bien y le seguimos o: no nos gusta el rumbo y mejor marcamos un alto y lo pensamos más cuidadosamente…

PLEITO ENTRE HERMANOS…
En los hechos, se trata de un referéndum que, por las características de estas elecciones -las mayores en la historia del país-, se tratara de una referenda (plural de referéndum).
Esto así porque en cada uno de los estados de la república, en cada municipio, en cada uno de los distritos para elegir a diputados federales, la elección tendrá características particulares.
Y se llevará a cabo en un contexto de polarización política como no veíamos desde el triunfo de la revolución de 1910.
¿Cómo así?
Sencillo: el pleito entre Lázaro Cárdenas y Plutarco Elías Calles fue por el liderazgo de la revolución y por el rumbo irreversible que está tomaría.
Ganó Cárdenas, sepultó al callismo y dio a luz al régimen priísta, que gobernaría hasta 1988.
O sea, lo de Calles y Cárdenas fue un pleito al interior de la familia revolucionaria.
Una disputa entre hermanos, vaya…

PLEITO DE FAMILIA…
El otro cambio de gobierno que se verificó en medio de una coyuntura de polarización, fue precisamente el de 1988.
Pero otra vez: fue un pleito entre miembros de la misma familia.
Con López Portillo, el régimen instaurado por Lázaro Cárdenas llegó a sus últimas consecuencias, al fin de su decadencia y a su postrera agonía.
El sexenio de Miguel de la Madrid fue, digamos, un “gobierno bisagra”, que cerró una etapa en la historia del país y abrió otra: se clausuraba el régimen creado por Cárdenas y se instauraba uno nuevo: el de los tecnócratas (hoy bautizados por el presidente Obrador como neoliberales).
El priísmo ortodoxo no estuvo de acuerdo con el cambio.
Integrados en lo que denominaron la “Corriente Democrática” al interior del PRI, fueron expulsados del partido por la tecnocracia, que postuló a la presidencia a Carlos Salinas de Gortari.
Los ortodoxos, que fueron muchos, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Efigenia Martínez y Andrés Manuel López Obrador entre otros, tuvieron una enorme fortuna: la izquierda histórica mexicana, agrupada en el Partido Socialista Mexicano (conformado por el Movimiento Revolucionario del Pueblo, por la Unidad de Izquierda Comunista, por el Partido Socialista Unificado de México, por el Partido Mexicano de los Trabajadores y el Partido Patriótico Mexicano) había postulado al gran líder de la izquierda Nacional, Heberto Castillo, como su candidato a la presidencia de la república, pero no les daba para competirle al nuevo PRI de los tecnócratas
Sabedores todos ellos que el cardenismo era una corriente política histórica (y una fe popular) aún viva, se echaron en brazos del hijo de don Lázaro, Cuauhtémoc, y lo postularon como su candidato a la presidencia.
De tal suerte, la corriente priísta ortodoxa se apropió, casi milagrosamente y de la noche a la mañana, de la izquierda histórica mexicana unificada.
Prueba de ello es que ni el PRD, ni ahora el MoReNa, tuvieron nunca un candidato presidencial proveniente de la genuina izquierda histórica.
Sus candidatos han sido dos ex priístas: Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, 3 veces cada uno.
Pero ese es otro cuento……

CONFRONTACIÓN Y ENCRUCIJADA…
Lo que aquí nos interesa es patentizar que, en la polarizada elección presidencial de 1988, el pleito fue, otra vez, entre priístas.
Pero la confrontación en este 2021 -más aún que hace tres años, se verificará en una coyuntura de polarización nacional como, insístase, no se había dado desde el triunfo de la revolución de 1910.
Y esas dos partes confrontadas van a decidir, democráticamente y en las urnas, si el carácter, el rumbo y los métodos de la 4T es lo que precisa el país, o si, por el contrario, la transformación emprendida por el lopezobradorismo debe se cuestionada, revisada e, incluso rechazada.
Con 30 meses en el ejercicio del poder, el cuatroteísmo ha logrado cambios numerosos y sustantivos en el aparato político y en los métodos de administración de la república.
Esa es la causa de la polarización.
Unos opinan que ese es el camino correcto que conduce al bienestar de la nación y otros, al contrario, sostienen que la ruta es equivocada y que lleva al país al desastre.
De ese tamaño es la confrontación.
Por fortuna, contamos con un sistema político democrático que, como todos lo del mundo, es imperfecto y será siempre perfectible, pero que, así y todo, permitirá que este 6 de junio, una mayoría de ciudadanos decida entre dos opciones: vamos bien y le seguimos por ahí o vamos mal y nos detenemos y la pensamos mejor…

PARTIDOS OPOSITORES DESFONDADOS…
Ese es el conflicto.
Ese es el escenario.
La elección es otra cosa.
Para el MoReNa sólo hay dos sopas: ganar o ganar.
Para la oposición es exactamente lo mismo.
Oposición. Si hablamos de los partidos, estaría difuminada, hasta el punto casi de la inexistencia.
PAN, PRI, PRD no se han repuesto del tsumani del 2018 y derivan moviéndose casi como zombis.
Tal parece que no se han dado cuenta de lo que les sucedió.
Esto así porque siguen en las mismas.
No han tenido la capacidad para recapacitar, para reflexionar, para hacer la autocrítica honesta, verás, objetiva y, para ellos, tan necesaria como el oxígeno para los humanos.
O sea: los partidos, como oposición, no le preocupan mayormente al MoReNa…

SER O NO SER: LA REFERENDA…
Por eso AMLO ni los toma en cuenta en su narrativa cotidiana contra los “conservadores”, los “neoliberales”, los “fifíes”, la “prensa corrupta”, las Organizaciones de la Sociedad Civil, los empresarios, los medios informativos, los Órganos Autónomos del Estado (INE, IFAI, COFECE) etc.
Su estrategia político – electoral es, para sus fines, que es ganar las próximas elecciones, la correcta.
Si alguien sabe de qué va este tiro (porque de que hay tiro hay tiro) es AMLO.
No es una contienda comicial entre el MoReNa y los partidos de oposición.
Es una batalla entre los seguidores, beneficiarios y defensores de la 4T contra la ciudadanía que ya, a estas alturas la rechaza.
El Presidente ha definido la situación: “se trata de definirse a favor o en contra”.
Se trata de una referenda. Punto…

LOS PLEITOS INTERNOS…
Como en los tiempos del priísmo y del panismo, ahora también con la 4T, el primer factor es lo que sucede en el gobierno y en el partido en el poder.
Si no hacen las cosas como es debido, pagan el precio en las urnas.
Y en el gobierno y en el partido oficial han cometido errores.
Ahí están las disputas al interior del MoReNa, para no ir más lejos.
Claro, al tener el poder, el pleito por las posiciones, los puestos, las candidaturas y los cotos es mucho más áspero, radical y despiadado que en los otros partidos.
Más si, como hasta ahora, las encuestas siguen marcando como favorito al partido oficial…

LOS PRESIDENCIABLES..
En el partido en el poder, la elección intermedia siempre ha sido el primer agarrón entre los aspirantes a la candidatura presidencial.
Hoy no es la excepción.
En la CDMX, la Sheinbaum le puso una buena tranquiza a Ricardo Monreal, arrebatándole uno de sus grandes bastiones, la Delegación Cuauhtémoc, dejándolo casi fuera de la repartición de candidaturas.
El otro aspirante, Marcelo Ebrard, optó, de momento, por las de Villadiego, y mejor se fue de gira a Moscú, Pekín y anexas.
Prefirió agazaparse y reservar fuerzas para la tercera y definitiva parte de la carrera…

FÉLIX, TATIANA, CLARA LUZ…
La bronca canija se dio en los estados.
En Guerrero, Félix Salgado les gano la partida al equipo de los Sandoval – Ackerman.
En Nuevo León, Clara Luz se impuso a Tatiana Clouthier, y doña Clara, en caída libre, ya se ubica en la tercera posición en la intención del voto.
Influye que no es morenista ni simpatizante de la 4T. Priista de toda la vida, igual que su marido Abel Guerra, compadrísmo del “bronco” Jaime Rodríguez.
En Michoacán, le dieron cran al histórico Cristóbal Arias e impusieron a Raúl Morón.
En San Luis Potosí eligieron mal candidato.
En Campeche, Laida Sansores pierde puntos de ventaja cada semana.
En fin: malas decisiones que pasarán factura…

EL INCIERTO HORIZONTE…
Por eso, a 54 días de la jornada electoral, en la mayoría de los estados todo pronóstico es no sólo arriesgado, sino francamente conjetural.
Pero, no obstante, hay el piso más o menos firme que nos dan las encuetas para contemplar el horizonte.
Si ayer domingo hubiesen sido las elecciones, lo más seguro es que el MoReNa se hubiese llevado sin dificultades las gubernaturas de Nayarit, Zacatecas, Colima, Campeche, Baja California, Michoacán y Guerrero.
La oposición se habría quedado con claridad con Querétaro, Baja California Sur y Nuevo León.
Y a estas horas no tendríamos aún los resultados finales de los sucedidos en Sinaloa, Sonora, Chihuahua, San Luis Potosí y Tlaxcala.
En CDMX, MoReNa arrancó el año con una cómoda ventaja de 48% en la intención del voto.
En la suma de encuetas de la semanada pasada, esa preferencia se había reducido a un preocupante 32%.
Los pleitos internos de los morenos y buenas candidaturas de la oposición, explicaría en parte este descenso en CDMX.
Más allá de estas consideraciones, en los estados competidos, no hay nada escrito.
MoReNa conserva la ventaja para retener la mayoría simple en la Cámara de Diputados, pero la mayoría calificada se le pone más difícil cada día.
La elección se cierra en la mayoría de las entidades.
Hoy, seguro, seguro, no hay nada para nadie.
Comprobamos una vez más que en política se debe ser cronista y y no hacerle al profeta….

AIRES DEL TRÓPICO…
Ejemplo elocuente del desastre que son los partidos de oposición, lo dan PAN, PRI y PRD en la mera tierra del “preciso”, allá en Tabasco.
Para el municipio de Centro, la joya de la corona, el MoReNa se ha decantado por Yolanda Osuna, que más que una profesional de la política, lo es del servicio público, vinculada a los sectores educativo y cultural.
De solido prestigio personal y probidad a toda prueba.
Una buena candidata, aseguran nuestros corresponsales.
Para aspirar a dar la batalla con posibilidades de victoria, PAN, PRI y PRD debieron ir en alianza y con un solo candidato.
Tenían dos muy buenos competidores: los exgobernadores Manuel Andrade y Andrés Granier.
Como aún andan atarantados por la paliza que les endilgaron en el 2018, toman las peores decisiones, como la de poner a competir a Granier por PAN-PRI y Andrade por el PRD.
Lo que le facilita enormemente la tarea a la candidata de MoReNa, que cuenta con el total apoyo del Gobernador Adán Augusto, con la asesoría táctica y estratégica de un Humberto Mayans, erudito en estos menesteres y, sobre todo, sin duda, la simpatía del Presidente Obrador…

Si la amenaza proviene del poder, hay que tomarla en serio…O lo que es lo mismo: cuando el agua te llegue al cuello, no preguntes si es potable.
Lucas de Antuñano.

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