Mascarriel
Mario Ibarra *AMLO: el estilo personal de gobernar… *Tabasco: candidatos locales y “metropolitanos…” Termina el año que vivimos en peligro…Pero la amenaza persiste. Bien a bien, no sabemos cómo nos va a ir con las vacunas contra el covid-19, de tal suerte que, como siempre que nos enfrentamos a lo desconocido, nos aventamos a cruzar […]
14 de diciembre de 2020

Mario Ibarra

*AMLO: el estilo personal de gobernar…

*Tabasco: candidatos locales y “metropolitanos…”

Termina el año que vivimos en peligro…Pero la amenaza persiste.
Bien a bien, no sabemos cómo nos va a ir con las vacunas contra el covid-19, de tal suerte que, como siempre que nos enfrentamos a lo desconocido, nos aventamos a cruzar el río crecido sin salvavidas y a ver qué sale.
No hay de otra.
Ni para nosotros ni para el resto del mundo.
No que esté a discusión si, a la larga, derrotaremos al maldecido bicho.
No: de eso no hay duda.
Lo que no sabemos aún es cómo y a qué costo y cuánto tiempo nos tomará.
Los cálculos científicos más serios estiman que hacia las navidades del 2021 posiblemente podamos cantar victoria.
Cómo que el maldecido bicho presiente que vamos con todo y que alistamos un arsenal mundial de vacunas contra él, porque de súbito ha recrudecido su virulencia y ahí están Estados Unidos, parte de Europa y México mismo padeciendo un alza espeluznante en el número de contagios, de camas ocupadas y de fallecimientos.
Por supuesto, eso de que “el bicho presiente” nuestra ofensiva total, es una manera de hablar.
Si en Europa ha repuntado, si en Estados Unidos se ha re-disparado y si en México se ha recrudecido la pandemia, es porque han fallado los programas de control y la estrategia de combate al coronavirus.
En nuestro país, asómese usted a los mercados, a las calles céntricas y a las plazas comerciales y constatará que a una enorme porción de mexicanos el bicho de plano les vale gorro.
Se comportan como si la pandemia fuera ya un mal recuerdo.
Claro: la mayoría no puede hacer otra cosa: 50 millones de mexicanos viven prácticamente al día.
O salen a buscar la papa o fallecen de inanición.
En fin, se nos va el 2020 pero el bicho sigue aquí, matando miles de personas en todo el mundo e infectando a millones cada día.
Pluguiese a los Dioses que, a estas alturas del 2021, arrancando el puente Guadalupe – Reyes, la pandemia del covid-19 ya sea, entonces sí, un mal recuerdo…

POLÍTICA, GRILLA, POLACA…
Pero mientras la función tiene que seguir.
Y la función principal en nuestro país es la política, vulgo: “grilla”; jerga: “polaca”.
Deveras: desayunamos, comemos y cenamos política; bebemos política; respiramos política.
Esto así porque el principal vector de política, el Estado, se ha convertido en un incesante chacuaco de grillescas humaredas.
En efecto, el gobierno de la 4T, a través de las mañaneras (y los fines de semana durante las giras de AMLO), pone a girar políticamente al país, un día sí y otro también.
Esas mañaneras son la expresión más directa del estilo personal de gobernar del presidente López Obrador.
Podría decirse que, en buena medida, sus mañaneras son su principal instrumento de gobierno…No: está mal dicho: son su principal medio de hacer política.
Pero bueno, el asunto es que este año ya terminó, pero desde ahora, tanto en Palacio como en Morena y como en los partidos de oposición y entre la ciudadanía -organizaciones incluidas, ya se prepara la “madre de todas las batallas” de este sexenio: las elecciones intermedias a realizarse el 6 de junio próximo…

LA 4T Y LA REALIDAD…
Como recordará el lector asiduo de esta columna, en nuestra pasada entrega nos referimos al horizonte a primera vista plácido que contemplaría Morena rumbo a esas elecciones.
Con un Presidente arriba del 60% de aprobación (a pesar de un año muy difícil, desastroso en varios aspectos y con resultados cuestionables de políticas públicas) ¿qué puede preocuparles a los morenos?, nos decíamos.
Si a pesar de todos los pesares 6 de cada diez mexicanos en edad de votar mantienen su fiel respaldo al Presidente, esa elección no entrañaría riesgo alguno de derrota, diría la lógica.
Pero en política 2 + 2 no son 4, ni 4 x 2 dan 8.
En elecciones intermedias, la popularidad del Presidente no se transmite por ósmosis inversa a su partido.
Lo demostramos con los ejemplos de Fox y Calderón.
Con un nivel de aprobación similar al actual de AMLO (en el 2009 Calderón estaba más arriba incluso, con un 65% de respaldo), Fox y Felipe perdieron sus elecciones intermedias.
Y con un nivel de aprobación del 45 por ciento y a la baja, Peña Nieto las ganó.
Quien mejor sabe lo anterior es Andrés Manuel y quien más a fondo pondera la situación es López Obrador.
Pero, además, en el 2021 la realidad y la 4T van irremediablemente a ajustar cuentas.
Un gran número de decisiones políticas -desde la cancelación del NAIM, la apuesta por PEMEX y CFE y un muy largo etcétera, hasta las recientes reformas constitucionales sobre el outsourcing, las Afores y la autonomía del Banco de México, rendirán sus efectos en los próximos meses.
Será lo que hemos llamado “la respuesta de la realidad a las medidas de la 4T”.
Un verdadero ajuste de cuentas.
De pronóstico reservado, el choque sacará chispas, ya verá usted…

ALIANZAS Y DISCURSOS…
Por eso uno de los temas al cierre de año es el de las alianzas partidistas rumbo al 6 de junio. (los otros fueron la pandemia, los costos de la corrupción, la inseguridad y la caída de la inversión productiva).
Apenas PAN, PRI y PRD anunciaron oficialmente que van en alianza en 158 distritos electorales en la elección de diputados federales y alcaldes y por varias gubernaturas a definir, desde la tribuna de las mañaneras, AMLO condenó la alianza “antinatural e inmoral” de los tres grandes perdedores del 2018.
El presidente del Morena, Mario Delgado le hizo la segunda a Obrador, y por ahí se fueron todos los jilgueros de la 4T.
Normal. Es política. Ni modo que aplaudieran.
Pero eso de las alianzas electorales lo inició AMLO cuando fue presidente del PRD a finales de los 90´s. Zacatecas, Michoacán y Tabasco fueron los primeros estados en los cuales Andrés Manuel promovió alianzas electorales con otros partidos.
Luego, en las presidenciales del 2006 y del 2012, aún en el PRD, AMLO fue candidato aliancista.
Como en el 2018 ya con Morena.
O sea: a la hora de la hora todos les entran a las alianzas, incluso a algunas tan ofuscantes y anómalas como la de Morena con el PES.
Pero en el discurso electoral se vale decir lo que sea de los rivales…

LA CASA DEL JABONERO…
Uno de los más inteligentes, ecuánimes e intelectualmente honestos partidarios de AMLO, el escritor y periodista Jorge Zepeda Patterson, prolonga la misma línea de pensamiento respecto a las alianzas.
Dice que la del PAN-PRI-PRD es sólo “para oponerse, para estorbar, para evitar, para desandar” lo hecho por la 4T.
Impugna Zepeda “la cuestión ética” de la alianza y reclama sobre la supuesta ausencia de “calidad moral” en la intentona de “vender los defectos de la 4T” en las elecciones por venir.
Cuando entramos en política, que es la casa del jabonero, hasta a los analistas más sobrios y mejor articulados como Zepeda Patterson, resbalan.
Toda oposición se alimenta de los errores del gobierno, los magnifica, los exagera.
Zepeda debe recordar cómo AMLO elaboró, con las pendejadas de Fox, Calderón y Peña, un discursó macerante e implacable, que al final resultó fulminante, letal.
Añade el escritor y periodista (bueno en ambos oficios) que la del PRI-PAN-PRD es “una alianza para obstaculizar”.
De nuevo que recurra don Jorge al maese de maeses, don AMLO, inmejorable en el arte de obstaculizar el camino de los gobiernos desde la oposición.
Zepeda, demócrata de izquierda, termina afirmando una tesis muy parecida al autoritarismo dogmático: “no existe una alternativa a la 4T”, en la alianza electoral de marras.
Le digo: en casa del jabonero…

VIVIR O MORIR, NO MÁS…
En realidad, el asunto es más sencillo…y más amplio.
Sencillo: lo cierto es que PAN, PRI y PRD van en alianza porque no tienen alternativa.
O juntan fuerzas o Morena los aplasta, los acaba, los desaparece.
(Como borrará a Movimiento Ciudadano, si Dante no recapacita y se une a los aliancistas).
O sea: para empezar, hablamos del mero instinto de conservación.
Y amplio: la alianza monta un escenario para que se suban ciudadanos sin partido que pueden resultar candidatos atractivos.
Por el sólo hecho de significar un acuerdo histórico, la alianza llama de inmediato el interés de cierta parte del electorado.
Al conformar un movimiento político con organizaciones de la sociedad civil como México Sí, que aportará el contenido programático y aspiracional, buscará hacérsele aceptable a ese 40% de votantes apartidistas que deciden su voto días antes de la jornada electoral.
O sea: la mentada alianza sí es un reto para Morena.
Y AMLO lo sabe mejor que cualquiera de los morenos…

COLAPSO E INVENTO…
Pocos analistas lo vieron.
Sólo Aguilar Camín, Escalante Gonzalvo, Silva-Herzog Márquez, Jorge Castañeda -y quien esto escribe, dicho sea con el debido rubor- apuntamos, en la primera semana de junio del 2018, que el sistema de partidos que condujo la transición democrática de 1988 al 2018, había colapsado con la aplastante victoria del Morena.
Los dos años y medio transcurridos lo fueron confirmando.
La alianza electoral PAN-PRI-PRD lo vuelve categórico.
Esos tres partidos -nunca olvidarlo- empujados por una sociedad cada día más alerta, más informada y más exigente, entretejieron la urdimbre para que la democracia fuera una realidad por vez primera en la historia de México a partir de 1997. Nada menos. No se olvide…
Pues bien: PAN, PRI y PRD arribaron a la primera estación electoral del 2021 bajo este ominoso imperativo: o inventaban algo o se morían.
Inventaron su alianza…

CUADRATURA AL CÍRCULO…
Finalmente, entre Carlos Tello Díaz y Jesús Silva-Herzog Márquez le redondearon una interpretación razonable, entendible y verosímil a la contradicción entre los resultados de gobierno de este 2020 y la alta aprobación del Presidente.
Las últimas encuestas de este diciembre no son diferentes a las anteriores.
Demotécnia, Buendía y Laredo, El Financiero, Reforma, GEA-ISA y Parametría
coinciden: 60% de aprobación para el Presidente y 51% en desaprobación promedio en los diferentes rubros de economía, seguridad, empleo, corrupción, crimen organizado, justicia, desarrollo, pobreza, y demás.
¿Qué sucede entonces?
Pues que cuando el encuestador interroga sobre la opinión en salud, educación, economía etcétera, el ciudadano juzga resultados.
Cuando se le inquiere sobre la gestión del Presidente juzga intenciones, promesas, confianza, cercanía, empatía.
Visto así, en efecto, el encuestado está opinando y calificando cosas distintas.
Luego, la opinión reflejada en las encuestas se vuelve comprensible…

DESCIENDE NÚMERO DE VÍCTIMAS…
Otro dato oficial importante es el estudio del INEGI sobre victimización en 2019.
Los meses de inactividad de la pandemia, de marzo a septiembre, alteraron un tanto el método de medición del ENVIPE, lo que puede reflejarse posiblemente con cifras ligeramente por debajo de la realidad.
No obstante, el nivel de ciudadanos víctimas de algún delito durante el año pasado descendió perceptiblemente a 24 mil 270 víctimas por cada 100 mil habitantes contra las 28 mil 850 por cada 100 mil en el 2017.
En total, el ENVIPE cuantifica poco más de 30 millones de delitos, de los cuales 9 de cada 10 no fueron denunciados.
El costo total de este tipo de delincuencia fue de ¡282 mil millones de pesos!, incluidos los 92 mil millones presupuestados para seguridad…

COSTOS DE LA CORRUPCIÓN…
Y hablando de costos, otra de las estadísticas importantes con que cerramos el año es la relativa a la llamada “Prevalencia de la corrupción”, medición trianual realizada por el INEGI.
Si en 2016, doce de cada 100 mexicanos tuvieron que enfrentar un acto de corrupción (cohecho, amenazas, tortuguismo, extorción etcétera) de parte de la autoridad, en el 2019 fueron 16 de cada 100 las personas que atravesaron por igual situación.
El estudio del INEGI reconoce que el actual gobierno ha realizado “ajustes normativos y constitucionales” para combatir la corrupción; sin embargo, en la ultima medición los índices subieron.
El ciudadano común se ve obligado a pagar actos de corrupción, mayormente en los rubros de seguridad, propiedad y trámites ante el Ministerio Público.
En 2016 el “costo promedio” de cada mordida fue de 2 mil 300 pesos. En 2019 aumentó a 3 mil 800 pesos.
Ahora multiplique esa cifra por el número de casos de corrupción registrados: 18.5 millones… ¡y váyase de bruces!

AIRES DEL TROPICO…
Por medio de la esposa del gobernador Adán Augusto, los tabasqueños agradecen a los mexicanos la ayuda que estos enviaron -y siguen enviando, para ayudarles a superar el desastre de las inundaciones.
Parece que ya van de salida. Enhorabuena y ánimo.
En otro orden de ideas, aquí en Tenochtitlan, se da como un hecho que Octavio Romero (PEMEX), Javier May (Bienestar) y Mónica Fernández (Senado) están enfilados a la candidatura para el gobierno estatal.
De hecho, los dos primeros ya se dan aires de “elegidos”.
Lo cierto, nos dicen fuentes cercanas a Palacio, es que AMLO acordó con Adán Augusto para que este prepare a su vez dos o tres candidatos locales sólidos y viables, previendo el posible desgaste de los mencionados.
Encargaremos a nuestros corresponsales en Tabasco investigar quienes son los tres precandidatos del gobernador…

“Eran tan inocentes como para creer que la pobreza es un crimen que se puede olvidar ganando dinero”.
Celal Salik.

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