Mascarriel
Mario Ibarra *AMLO y 4T: primer tercio y cuenta regresiva… *Pandemia trastoca plazos para el cambio de régimen… Todo cambio de régimen es una revolución. Revoluciones las hay violentas y las hay pacíficas. Las primeras son radicales, contundentes y totales. Las segundas son labrantías, graduales y relativas. Toda revolución quiere cambiar la realidad. La realidad […]
30 de noviembre de 2020

Mario Ibarra

*AMLO y 4T: primer tercio y cuenta regresiva…

*Pandemia trastoca plazos para el cambio de régimen…

Todo cambio de régimen es una revolución.
Revoluciones las hay violentas y las hay pacíficas.
Las primeras son radicales, contundentes y totales.
Las segundas son labrantías, graduales y relativas.
Toda revolución quiere cambiar la realidad.
La realidad resiste tercamente a toda revolución.
Las revoluciones violentas destruyen los sistemas políticos y las estructuras económicas del régimen derrotado para de ahí arrancar prácticamente desde cero.
Las revoluciones pacíficas intentan transformar el aparato político y el sistema económico sin pagar el precio de la guerra civil y manteniendo la cimentación básica de la nación, pero sus objetivos son los mismos: el cambio radical político y económico para desde ahí construir la revolución total, desde la educación, la salud, las instituciones (empezado por la Constitución), la seguridad, la redistribución de la riqueza hasta la cultura misma, la moral (ahí está el florilegio de ética recientemente lanzado por la 4T desde una de las mañaneras), las emociones y los sueños de una nación.
Cambio de régimen; revolución; del latín ‘revolvere’: poner arriba lo que estaba abajo…

VIOLENTOS Y PACIFÍCOS….
(Ejemplos -para mejor entendernos.
Revoluciones violentas:
La francesa (1789) que llevó a la guillotina a Luis XVI y a María Antonieta, que derivó en el terror jacobino que engendró a Napoleón y desembocó en la restauración.
La rusa (1917) que ejecutó al zar Nicolas II y a su familia, que derivó en la dictadura estalinista (50 millones de seres humanos asesinados), que engendró al imperio soviético, que implosionó en 1989 al derrumbarse su siempre precaria economía de guerra. De todo ello salió otro dictador; Vladimir Putin.
La China (1950). 50 millones de muertos del maoísmo, fracaso económico total hasta la revolución dentro de la revolución de Xin Jiao Pen en los 80s.
Férrea dictadura política y economía de mercado sumamente exitosa.
Simbiosis sorprendente de dictadura comunista y capitalismo neoliberal de avanzada.
La cubana (1959). 60 años de dictadura de la familia Castro. Economía desastrosa. 60 años de racionamiento. Ausencia total de libertades democráticas. Éxodo masivo.
Revoluciones pacíficas:
España (1978). Fin a la dictadura franquista e instauración de la democracia. Nueva constitución política. Éxito económico, social, educativo, cultural, deportivo etcétera en 20 años. La clave fue conservar lo conservable del franquismo y renunciar a la venganza, para desde ahí construir la nueva sociedad democrática. España es ejemplo histórico de revolución pacífica exitosa.
Venezuela: Hugo Chávez llega al poder en elecciones democráticas que gana por una muy amplia mayoría. Paulatinamente desarticula el sistema democrático venezolano y sus instituciones hasta constituirse en una dictadura con una impresentable facha democrática. Su sucesor, Nicolas Maduro, ha llevado a Venezuela a la peor crisis económica, política, social y humanitaria de su historia. Hoy, el país con las mayores reservas petroleras del mundo importa la gasolina que consume. La inflación para este año será de 4 mil por ciento. La inflación acumulada en los 5 últimos años es de ¡más de un millón por ciento! Un pollo cuesta 15 millones de bolívares, equivalente a 2.5 dólares. 5 millones de venezolanos han abandonado su país en los recientes 5 años…)

CIMIENTOS Y COLUMNAS…
Hace exactamente un año, en el discurso celebratorio de sus primeros 365 días como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador daba por hecho que, al cumplirse el segundo año de la 4T, estarían ya puestas y firmes las bases principales y las columnas graníticas (economía, salud, seguridad, justicia, combate a la corrupción, combate al crimen organizado y su violencia desbocada, combate a la pobreza, fortaleza del ejecutivo) para levantar la gran construcción de la 4T. “Una transformación es una revolución”, le dijo hace poco AMLO a Epigmenio Ibarra, su cronista de cabecera.
La 4T se plantea como una revolución pacífica.
El 1 de diciembre del año pasado, el presidente estimaba que para esta precisa fecha -la de mañana martes-, el gobierno que encabeza habría no sólo cimentado firme y ampliamente la estructura política, económica y social de la 4T, sino que ostentaría ya resultados positivos y elocuentes para sustentar la eficacia del nuevo régimen y para sostener su irreversibilidad. . .

EL PROYECTO Y LA ILUSIÓN…
El Presidente se planteaba su sexenio subdividido en tres bienios.
El del arranque para el desmantelamiento político del anterior régimen, el rediseño institucional del aparato de gobierno y, al mismo tiempo, la cimentación política, social, económica y cultural de la 4T.
El segundo bienio (2021-2022) sería para el afianzamiento, la solidificación y la fortificación del nuevo régimen en todos los órdenes.
El bienio del cierre (2023-2024), sería de un crecimiento económico espectacular del 6% del PIB, con la 4T lanzada sobre el futuro sin más limites que sus propias capacidades para inventarlo y reinventarlo.
En el inter, por supuesto, estarían resueltos todos los grandes problemas nacionales: estaríamos cerca ya de un sistema de salud como los de Noruega, Finlandia y Dinamarca.
La violencia asesina estaría totalmente controlada y reducida a los promedios de España o Canadá.
El narcopoder igual: controlado y acotado.
La educación compitiendo con la de Corea del sur o Japón.
Los niveles de bienestar integral a la altura de los de Inglaterra y Francia.
La corrupción desarraigada y convertida en un mal recuerdo.
O sea: en ese proyecto, AMLO entregaba en el 2024 un país totalmente distinto al que había recibido. La 4T como régimen sólido y exitoso.
Y el futuro como una pista clara y abierta para la fiesta de la justicia, la equidad, el bienestar, la fraternidad y la felicidad.
Algunos señalaron el propósito cuatroteista como utópico e irrealizable.
Pero la gran mayoría de mexicanos en edad de votar que se lo “compraron” a López Obrador en el 2018, siguen creyendo en ese plan, su ilusión no ha decaído aún, y el apoyo que le otorgan todavía al Presidente se sostiene en el 60%…

LOS PRONÓSTICOS…
Tales eran las manifiestas expectativas hace un año, a pesar de que la economía sufrió en el 2019 un decrecimiento del menos 1%, a pesar de que los cambios realizados en el sector de salud pública generaron problemas no contemplados como desabasto y protestas del personal médico, a pesar de que PEMEX cerró con déficit de 600 mil millones de pesos, a pesar de que 2019 fue el año con más asesinatos dolosos desde que se lleva el registro… a pesar de muchos otros pesares, el Presidente emitió un mensaje pródigo en certezas y pronósticos fastos los cuales, en su diagnóstico, estaríamos mañana 1 de diciembre constatando y festejando…

RESULTADOS Y NITROGLICERINA…
Como se ha sostenido en este espacio desde el arranque de la 4T, la primera aduana para empezar a revisar, evaluar y ponderar resultados es justamente el cierre del segundo año de gobierno.
Cuando se ha ejercido exactamente el 33.33% del periodo sexenal.
De aquí hacia adelante, el gobierno del la 4T -al igual que sus antecesores- ya sólo dispondrá de un argumento sólido y válido y genuino: resultados, resultados y resultados.
Los buenos lo fortalecerán y le allanarán el camino hacia adelante.
Los malos serán cargas de nitroglicerina para el arsenal de sus adversarios.
Como en toda democracia…

EL ANNUS HORRIBILIS…
Pero este 2020 ha resultado el año que nadie esperaba, incluido por supuesto el presidente López Obrador.
El año en que hemos vivido y seguimos viviendo en peligro.
Nuestro annus horribilis.
La máxima prueba que ha enfrentado el gobierno en particular y la sociedad en su conjunto es el terrible y pandémico ataque del covid-19.
En nuestra entrega del pasado lunes 16 de este noviembre que hoy termina, le adelantábamos a usted parte del balance que hará público la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los resultados que han obtenido todos y cada uno de los países del orbe en su batalla particular contra el maldecido bicho.
Le advertimos a usted que en ese balance de la OMS no salíamos bien librados, ni como gobierno ni como sociedad.
Y aquí sí, todos los mexicanos, como un solo individuo, debemos enfrentar los resultados y asumir nuestras responsabilidades.
En los países en que el combate contra el coronavid puede calificarse como exitoso, el mérito es compartido por el gobierno y los ciudadanos.
El primero propuso -y/o, impuso-, una estrategia certera, oportuna y bien diseñada científicamente, que los ciudadanos se encargaron de hacerla eficaz y exitosa…

REPROBADOS…
Partiendo sin duda de los datos estadísticos de la OMS, la agencia Bloomberg ha publicado un estudio detallado sobre los resultados obtenidos por aquellos países (53) cuya economía genera un PIB anual superior a los 200 mil millones de dólares. México entre ellos.
El índice de Bloomberg mide número de infectados y su promedio de mortalidad; mide el número de pruebas y su utilización eficiente; estima el impacto del confinamiento sobre la economía; toma en cuenta las medidas del gobierno para la recuperación económica; valora el impacto sobre las libertades de movimiento, reunión, traslado etcétera; funcionamiento hospitalario sobre mortalidad; personal médico afectado y fallecido; eficacia del gobierno para proveerse con suficiencia y oportunidad de las vacunas; disciplina social, etcétera.
Los diez países que mejor han hecho la tarea, son, en ese orden Japón, Nueva Zelanda, Taiwán, Corea del Sur, Finlandia, Noruega, Australia, China, Dinamarca y Vietnam.
Los diez países que peor resultados han obtenido son, en ese orden, Polonia, Francia, Filipinas, Irán, Colombia, República Checa, Bélgica, Argentina y México…

LA REFUTACIÓN…
Al otro día de darse a conocer el estudio de Bloomberg, el presidente López Obrador manifestó su desacuerdo con esas cifras desde la tribuna mañanera.
Él sigue convencido de que México ha tomado las medidas correctas y las decisiones adecuadas en su batalla contra el covid-19, y que los resultados
son hasta ahora positivos.
Esa es la visión gubernamental, totalmente atendible, dado que el propio Presidente asegura está sustentada en datos duros.
Pero bueno, lo cierto es que tenemos ahí dos versiones y dos visiones sobre un mismo asunto: la pandemia en México.
¿Cuál de las dos a la postre será la certera?
Al final de la pandemia (que tendrá un final, sin duda) lo sabremos con certeza…

EL MARCO TRÁGICO…
Lo que sí resulta inevitable, lógico, imperativo, para aquellos que se aprestan a calificar los resultados del primer bienio de la 4T, es que toda evaluación deberá hacerse dentro del marco trágico de la pandemia.
Por ejemplo, las últimas mediciones del INEGI sobre pobreza laboral.
Al cierre de octubre hay en México 11 millones 400 mil personas más en situación de pobreza laboral, respecto a octubre del año pasado.
Quiere esto decir que sus ingresos no les bastan para la adquisición de la canasta básica, cuyo costo para una familia de 4 personas es de 6 mil 700 pesos al mes, cuando sus ingresos llegan apenas a los 4 mil 800 pesos, según datos del CONEVAL.
El INEGI sitúa a 56 millones de personas en situación de pobreza laboral.
Terrible
Pero sería erróneo e injusto responsabilizar por entero al gobierno de la 4T por índices tan lastimosos; sin duda el factor coyuntural más importante a considerar debe ser la pandemia.
Y lo mismo sucede en otros rubros de la economía, la salud, la educación, el empleo, la producción industrial, las finanzas públicas etcétera.
O sea: es indiscutible que el proyecto de la 4T ha sido afectado con severidad -aun por medir- por la pandemia…

LAS MUERTES EN EXCESO…
El daño mayor es el de las muertes, como bien lo ha expresado el Presidente.
Y en este asunto hay también discusiones de fondo, que se zanjarán al fin de la pandemia, pero que desde ahora ya nos informan sobre los resultados letales del coronavid en nuestro país.
Hay un método sencillo, expedito y diríase infalible para conocer la cifra de letalidad real, incontrovertible, debida a la pandemia.
Es la suma de las llamadas “muertes en exceso”.
Todo país como México lleva un registro de la mortalidad anual: cuantas personas mueren cada año, de qué edades, por qué causas, por entidad federativa etcétera.
Es un registro preciso a partir de las actas de defunción y que va prácticamente al día.
Sabemos con certeza cuantas personas deberían, en situación de normalidad, fallecer este año.
Pues mal: tres estudios distintos de la información disponible hasta el 30 de octubre, coinciden en que nos acercamos rápidamente a las 400 mil muertes en exceso en este año.
Y no hay ninguna otra causa posible que la pandemia del covid-19.
Lo que deja a las cifras oficiales de decesos del doctor López-Gatel casi 300 mil muertes por debajo de las reales.
Por supuesto, es información que tendremos limpia también al fin de la pandemia…

AIRES DEL TRÓPICO…
“Qué joder y ya llegando”, podría espetar el gobernador de Tabasco Adán Augusto López Hernández.
Y es que sólo había dos estados de la república que a pesar de la pandemia vieron crecer su PIB: Tabasco y Baja California Sur.
Concretamente, la economía tabasqueña tuvo un repunte promedio de 2.3 de enero a septiembre de este año, según datos del INEGI.
Desde luego que si se considera que Tabasco perdió casi la mitad del valor de su economía en los 12 años previos a la conquista del gobierno por MORENA, un crecimiento promedio de 2.3% en los primeros 8 meses del año parece mediocre, pero no lo es.
Para una economía que conoció el desastre y se acercó peligrosamente a la inanición, sobre todo durante el gobierno de Arturo Núñez, recuperar el crecimiento es vital y extraordinario.
Y que llega el temporal y Tabasco se va de nuevo al agua.
¡Qué joder y ya llegando!

“Nunca habrá suficientes víctimas para expiar un crimen que nadie ha cometido”.
Isahia Berlin.

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