Renunciar a la militancia en el PRI pero sin despojarse de la riqueza económica que ese partido político le prohijó en medio de la penuria económica paterna, tiene a Manuel Andrade Díaz en una crisis existencial que lo hace perder la memoria y lo calza y viste como hipócrita, según se desprende de la entrevista que concedió al noticiario Telereportaje como precandidato del PRD a la presidencia municipal de Centro.
No se cumplían si quiera 24 horas de que el senador Juan Manuel Fócil Pérez difundiera en su cuenta personal de WhatsApp, pasado el mediodía de este martes, la renuncia de su ahora correligionario a las filas del Partido Revolucionario Institucional —organización que hiciera público la desafiliación voluntaria por la tardenoche a través de un boletín de prensa—, cuando el gobernador quinquenal del siglo 21 comenzó a evidenciar secuelas del accidente automovilistico que provocó, en claro estado de ebriedad, la noche del 14 de agosto de 2020 en la periferia de la ciudad, específicamente, sobre la carretera Villahermosa—La Isla.
Aquellas imágenes que hicieron estallar las redes sociales con una población vecina de la ranchería Miguel Hidalgo preocupada por el rescate del conductor del pochimovil colisionado pero más por la mujer en estado de embarazo que iba en la unidad como pasajero, y al mismo tiempo rodeando el vehículo de color azul marca Yaris donde se resguardaba Andrade Díaz, indudablemente son parte de las leyendas y anécdotas por las que también se recordara la pandemia del covid19.
La justicia por propia mano de las personas que atestiguaron el siniestro y salieron a dar auxilio a las víctimas, no se concretó gracias a la oportuna presencia de elementos de la Secretaría y Protección Ciudadana, quienes llegaron a rescatar y conducir a los separos de esa institución al conductor del automóvil que provocó el accidente y que iba acompañado del ex diputado Javier Hernández Díaz.
Convertido en protagonista de lo que en los tiempos de gobernante difundió en público como una de las características del tabasqueño («En Tabasco te arman un chisme en la mañana y en la tarde te lo confirman», solía decir no sin jococidad), tras aquel accidente comenzó a distanciarse del PRI —partido del cual fue presidente estatal en el periodo 1996—1998— e intensificó la vida disipada que llevó durante los cinco años que fue gobernador de Tabasco 2002—2006.
Por ejemplo, en uno de sus encuentros con periodistas afines en el restaurante bar El Submarino, uno de los temas que abordó —según algunos de los contertulios— fue la manera y forma como ganó la reelección como candidato priista y salió airoso de la elección extraordinaria de gobernador de 2001 después que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anulara la contienda ordinaria de 2000.
«Ni el pelo me vio Raúl», celebró, entre sorbo y sorbo de cerveza en referiencia a su contrincante del PRD, también por segunda ocasión consecutiva, César Raúl Ojeda Zubieta.
Sumido en la nostalgia del pasado glorioso, Andrade Díaz concretó su dimisión al PRI luego de una militancia partidista de más de tres décadas, la cual empezó a tomar sentido cuando asumió la secretaría general del Movimiento Nacional de la Juventud Revolucionaria de ese partido en 1989—1992. De ahí saldría para ocupar otros cargos de mayor jerarquía partidista al tiempo de obtener la primera de tres curules plurinominales que ha ostentado (1992—1994, 1998—2000 y 2016—2018).
Hace tres años, fue candidato al senado pero perdió y…tras el escarnio público originado por el accidente automovilistico que provocó en plena crisis sanitaria anduvo del tingo al tango sin poder eludir el rechazo o animadversión de las nuevas generaciones de priistas. Y entonces…
Apareció este miércoles en Telereportaje para caer en más de una contradicción que lo mostraron ajeno a la realidad o encontrarse incómodo con la casaca negro amarillo del PRD, partido al que combatió por más de 30 años hasta que se convirtió en precandidato del enemigo de juventud…
Desmemoriado, Andrade Díaz declaró a micrófono abierto que al asumir la titularidad del Ejecutivo local en enero de 2002 recibió una deuda de «mil millones de pesos». Sin embargo, olvidó que durante la administración estatal de cinco años que encabezó no sólo ratificó sino que conservó al frente de la Secretaría de Planificación y Finanzas al mismo funcionario que había ocupado ese cargo durante el interinato creado por el Congreso estatal tras la anulación de la elección de gobernador del 14 de octubre del 2000, a Fernando Calzado lo promueve como candidato a diputado local, para la defensa de su cuenta pública en el nuevo gobierno y fue con Andrés Granier, las cabezas de una de las comisiones de hacienda y al contrario de la defensa, sirvió para denostar las cuentas públicas de Andrade al que nunca defendió.
Calzada ahora es subsecretario de educación no solo no se acostumbra a estar en ese bajo nively con conducta queda claro que es un hombre verdaderamente problemático. La secretaria Egla Cornelio debe de tener mucho cuidado.

En esta incongruencia está el cinismo, la hipocresía y en la misma cuenta pública de aquel año, según consulta del reportero, aparece la desmemoria, la amnesia: ese documento refiere una cantidad cercana a los 580 millones de pesos y registra que durante ese periodo constitucional el gobernador interino Enrique Priego Oropeza no contrato deuda pública ni bancaria, así como empréstito alguno.
Al aceptar la precandidatura del PRD a la alcaldía de Centro, renunciar a la militancia al PRI, Andrade Díaz regresa al protagonismo mediático tal como lo hiciera en los días, semanas y meses posteriores a la fallida elección de gobernador de 2000: como cobrador de Coppel…
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo