Maná dio show, cantó y reflexionó
Una ovación generalizada acompañó el discurso que había empezado como colofón de “Rayando el sol”, dedicado a los inmigrantes México, DF El Universal Toda la noche habían sido aplausos y gritos de euforia hasta que Fer hizo una reflexión política durante su concierto en el Palacio de los Deportes. “Sabemos que hay un nuevo Presidente”, […]
7 de octubre de 2012

Una ovación generalizada acompañó el discurso que había empezado como colofón de “Rayando el sol”, dedicado a los inmigrantes

México, DF
El Universal
Toda la noche habían sido aplausos y gritos de euforia hasta que Fer hizo una reflexión política durante su concierto en el Palacio de los Deportes.
“Sabemos que hay un nuevo Presidente”, pronunció, pero la rechifla de los 18 mil asistentes no se hizo esperar, momento en el que replicó: “Lo sé, pero así es la democracia y justo ahora hay que decirle al PRI que están ante un nuevo México, más informado y conciente, así que van a ponerse las pilas si quieren que esto funcione. Dios bendiga a México”.
Una ovación generalizada acompañó el discurso que había empezado como colofón de “Rayando el sol”, dedicado a los inmigrantes.
“Hemos estado con esta gira en 30 países y siempre hemos recordado a esos mexicanos, nuestros hermanos que ponen el pan en la mesa de los americanos. Queremos decirles (a los estadounidenses), que los respeten”, dijo al momento de desenrollar la bandera de México.

– Luz, clímax y euforia
Dos horas antes, el show de la banda comenzó con un derroche de producción de iluminación y video con “Oye mi amor”.
“Estamos contentos de volver a nuestra tierra. Esta noche vamos a echar un chingo de desmadre”, saludó el vocalista.
Después de “Déjame entrar”, “De pies a cabeza” y “Lluvia al corazón”, “Dragón” mostró la gran producción de iluminación y video.
Antes de “Mariposa traicionera”, el vocalista dio un trago a una botella de Gatorade que presumió era “brebaje de mi tierra, hecho por nuestros artesanos mexicanos. !Salud!”. Los vasos de cerveza respondieron al saludo, que fue seguido con un momento instrumental cortesía de Sergio Vallín, Juan y el baterista Alex.
Justo el cubano provocaría la euforia con un solo de batería de 15 minutos, encima de una plataforma giratoria.
El otro clímax de la noche sería cortesía de la banda completa, de la mano de “Clavado en un bar” y “Me vale”, acompañada con fuegos artificiales en las laterales del escenario y la guitarra de Dino Jones, un “músico muy chingón”, dijo Alex.
Fer y Sergio surgieron de entre el público y subieron a una isla encima de sus consolas de audios y video. Desde ahí recordarían temas su catálogo. “Te lloré un río”, “Se me olvidó otras vez”, “Reloj Cucú”, “Huela a tristeza”, “Bendita tú luz”, “Si no te hubieras ido” y “Vivir sin aire”, dedicada a Lucerna, una “suertuda”, gritaban algunos de los presentes.
“Gracias por querer esta banda originaria de la tierra del tequila, el mariachi, las tortas ahogadas y las Chivas del Guadalajara”, pronunció Fer antes de entregar “El muelle de San Blas” y “Rayando el Sol” para desaparecer en la oscuridad.
El acostumbrado zapateado en el recinto retornó a la banda para despedirse con “Labios compartidos” y “Corazón Espinado”.

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