Para la organización ambientalista Metab, lo acontecido en el complejo Pajaritos, es una muestra de lo que puede acontecer en territorio estatal, pues dijo que a pesar de estar concesionada a la Iniciativa Privada este complejo, la falta de mantenimiento y negligencia de la empresa Petróleos Mexicanos originó este percance, y evidentemente este estado se encuentra en riesgo.

Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
El presidente de esta agrupación no gubernamental, Javier Torres, dejó en claro que este acontecimiento, en donde hasta el momento se reportan 13 muertos, no deja duda completamente de la negligencia de esta empresa y con más de un centenar de heridos, es el resultado de una mala política petrolera que se ha tenido por décadas, en donde por su gracia Tabasco se encuentra inmerso.
Indicó que es evidente que la falta de mantenimiento y de reparación por parte de la ex paraestatal para con las instalaciones, esto puede ocurrir también en territorio tabasqueño, ya que dijo que una de las mayores demandas que tienen este tipo de organizaciones, es que nadie, absolutamente nadie repara, mantiene o da servicio a las instalaciones que circulan en todo territorio tabasqueño.
Mencionó que cabe recordar lo que pasó con el pozo Terra 123, en donde la empresa minimizó esta situación y dijo que no pasó absolutamente nada, cuando es evidente que los daños ambientales son severos e indicó, que la mayor parte de las instalaciones que están en territorio tabasqueño, en los 17 municipios del estado Tabasco, no reciben mantenimiento, no tienen recursos para hacer las reparaciones necesarias, los empleados trabajan de forma inhumana y que evidentemente, puede ocurrir una desgracia como lo que sucedió el pasado miércoles en el municipio de Coatzacoalcos, en Veracruz.
Dijo que esto es un llamado a tiempo para que las divisiones de Petróleos Mexicanos y aquellas empresas que le trabajan, realicen las adecuaciones, mantenimiento de cada una de las instalaciones petroleras que se tiene en el territorio estatal, ya que mencionó que no se quiere una desgracia, y como diría el refrán, después del niño ahogado pozo tapado.