Los brasileños elegirán entre un futuro de valores conservadores con el mandatario Jair Bolsonaro de extrema derecha o la esperanza de volver a un pasado próspero presidido por el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Por un lado, Lula dice haber mejorado los medios de subsistencia de los brasileños cuando fue mandatario de 2003 a 2010, y ha prometido atenderlos nuevamente.
Su opositor Bolsonaro, que se ha granjeado a los conservadores religiosos, asegura que el regreso del ex presidente al poder le abriría la puerta al comunismo, la despenalización de las drogas y el aborto.