Señalamientos, ataques y pocas propuestas y resolutivos, el resultado de la última sesión

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

Por su parecido al protagonista del dibujo animado del celuloide, propios y extraños bautizaron al diputado José Sabino Dagdug Herrera como Toy Story. Con esa investidura, el legislador del PRD intentó intimidar a Mario Rafael Llergo Latournerie pero sólo fue eso: Un intento.
La segunda sesión del Congreso estatal inició precedida de un apagón parcial de dos minutos, a las 13:44 horas, en el edificio del Palacio Legislativo. Para ese momento, ya el ex priista había ratificado su incorporación al bronx legislativo conformado por Esther Alicia Dagdug Lutzow y Rosalinda López Hernández.
En la primera asamblea que inició a las 11:44 y concluyó dos horas con 21 minutos después, Llergo Latournerie dio lectura al punto de acuerdo que en el orden del día aprobado por el pleno supuestamente presentaría la diputada López Hernández. Una propuesta que la mayoría del PRD y aliados rechazaron, prácticamente, a ciegas.
Hasta ahí, la medición de fuerzas sólo era para el apunte reporteril. El diputado Tito Campos Piedra, el más viejo de la legislatura 61, jugaba con abrir y soltar el guardapapeles de su curul. El golpe del madero sirve de distracción y provoca risas entre sus correligionarios. Pero llegó el infaltable y legalmente punto de asuntos generales.
Ahí, volvió la discrepancia. Esther Alicia Dagdug Lutzow subió a tribuna a cuestionar la actividad de la Secretaría de Salud. López Hernández, la secundó. Y cuando Ana Bertha Vidal Fócil contraatacó, se fue la luz.
Llergo Latournerie ya había exhibido y desatado los nervios de la bancada perredista. Y ninguno de sus rivales supo responder a su pregunta: ¿Qué es más importante, la denuncia de la comisión del delito o quien presenta la denuncia?
Desde su curul, Rafael Acosta León enfrentó al orador pero este pidió respetará su intervención. O, en su caso, que utilizara la tribuna. No lo hizo. Quien si enfrentó el reto fue Francisco Javier Cabrera Sandoval: «Hay que tener la lengua larga y cola corta» para hablar, dijo.
Y así con esa diferencia arrancó la segunda sesión a media luz. Ahora, Llergo Latournerie propuso un punto de acuerdo para llamar a comparecer al secretario de Planeación y Finanzas, Amed Ramos Troconis. Al fundamentar su iniciativa, Toy Story, con la ira sólo contenible por la diputada Neyda Beatriz García Martínez, gritó desde su curul: «¡Pobrecito!», cuando el legislador independiente le recordó que en la plenaria de la semana anterior lo había «insultado».
Afortunadamente, sólo fue un enfrentamiento de lejitos.