Luces y Sombras
La Poesía de Carlos Eduardo González Gutiérrez Agenor González Valencia Tengo frente a mí un espléndido libro de poesía. Lo estoy leyendo con entusiasmo, ya que cada una de sus páginas trae alegría a mi corazón. Repaso los versos y algo en mi interior hace que me sienta pleno de felicidad al llevar a mi […]
21 de febrero de 2015

La Poesía de Carlos Eduardo González Gutiérrez

Agenor González Valencia

Tengo frente a mí un espléndido libro de poesía. Lo estoy leyendo con entusiasmo, ya que cada una de sus páginas trae alegría a mi corazón. Repaso los versos y algo en mi interior hace que me sienta pleno de felicidad al llevar a mi mente el ritmo y ensoñación de cada uno de estos espléndidos poemas.

Yo soy tu reloj de arena,
lo sé, lo sabes, lo siento.
Soy el punto cardinal
que marca distancia y tiempo.

Carlos Eduardo González Gutiérrez indudablemente es un poeta, cuyas metáforas son como el así lo manifiesta: el péndulo del agua, vertiente en el rio, mar embravecido. Esta poesía lleva el encanto del silencio, la otra cara del tiempo, y como afirma: la huella digital de todos tus sentimientos.

Me llena de alegría repasar cada uno de sus poemas en los cuales se manifiesta la presencia de algo soñado, que no apaga su luz y que le da calor al alma del poeta. Él no quiere que se apague la luz que lo cobija porque tiene temor de quedarse dormido en una orilla.
Para el poeta las noches son oscuras, tristes y muy frías. Gozo con esta lectura y hay revelaciones tan tristes como la ausencia y como una lágrima, tal como así lo siente.
En recuerdo de la madre, se expresa como si estuviese frente a ella. Veamos:
Mamá, esta noche te invito a ver las estrellas.

Tú, allá donde te encuentras.
Yo, aquí extrañándote.

La poesía refleja en cada uno de sus versos, el permanente amor que Carlos Eduardo sentía por su madre Gabriela Gutiérrez Lomasto. En homenaje a ella escribió Recuerdo que para mí es un inolvidable poema. Leo con sentida emoción cada uno de sus versos y cuando se refiere a Gabriela, lo estoy mirando en una entrega de cariño en el cual trasmite su pensamiento, tal como él lo manifiesta en una lluvia de sueños.

El poeta se manifiesta en homenaje a quien él, como asienta hizo de su nombre un sacerdocio y supo escribirlo en los labios del agua.

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